25. Lo siento, preciosa.

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Poché POV:

La semana paso tan lindo justo como odiaba que pasara.

Había perdido el contacto con Daniela acoso de todo mi pesar y había resultado mucho más difícil de lo que esperaba, aunque era un mal necesario tanto para ella como para mí.

Me aterra va el hecho de que existía la posibilidad de meternos en problemas, aunque era algo de muy bajas posibilidades, ya que el doctor nunca dijo que no debíamos relacionarnos con su salud minutos. El punto era, que no me sentía bien.

Desde siempre en el hospital he tenido esa molesta conciencia que me dice que debo hacer bien las cosas.

Y estar con Daniela mientras era la residente a cargo, simplemente no sonaba como algo que esa parte de mi conciencia quisiera tolera.

El domingo me tocaba entrar la guardia, así que me levanté temprano para alcanzar a ver algo interesante en el piso antes de comenzar.

Ese día el doctor grito no estaba en el hospital, así que en cierta manera yo me quedaba a cargo de los internos, lo cual hacía la guardia más pesada.

Inicie yo sola, no había más residentes, sólo estaban las enfermeras con las que fui para asegurarme que todo estaba bien.

- Buenos días María José- me saludo la jefa de enfermería.

- ¿Acaso son buenos?- pregunté riendo.

- ¿Donde dejaste tu positivismo?- preguntó divertida, pero algo confusa, ya que normalmente mi ánimo al llegar era el mejor a diferencia de esa mañana.

- ¿Como va todo?- le pregunté- ¿algo interesante?

- Todo sigue en orden- me dijo y fui a ver los expedientes de mis pacientes asignados, exactamente como lo dijo, todo seguía en orden.

Fui a la lista de cirugía y al parecer estaba asignada en 3 de ellas, sería una tarde interesante.

Para la hora de cenar ya había terminado con el trabajo del día, así que fui al comedor donde encontré a Judith, a quien había buscado todo el día y no pude encontrar.

- ¿Donde estas?- pregunte al sentarme en frente de ella.

- Urgencias- respondió sin verme- a alguien se le ocurrió mandarme ahí.

- ¿Qué pasa?- preguntó mirándome extrañada, normalmente no soy el tipo de persona que le gusta pedir favores.

- ¿Te gusta tu grupo de la clase de cirugía?

- No mucho en realidad.

- Mi grupo es muy lindo, ¿sabes?

- No voy a cambiarlo- rodé los ojos y la miré enfadada- No quiero un grupo malo, el doctor se enojara.

- No, en serio, es muy lindo y son muy inteligentes- sobre todo Daniela, pero eso me lo guardaba para mi.

- Y porque querría cambiarlo.

- Es que yo...- empece a balbucear algunas excusas y ella me miro bastante confundida.

- María José, respira ¿por que quieres cambiarlo?

- Ven- le dije para que me siguiera, ella había terminado de comer y yo podía hacerlo más tarde.

Caminamos a una terraza del segundo piso, donde normalmente no había nadie, se supone que eran horas de guardia y no podíamos ir, pero el hospital estaba muy tranquilo.

- Entonces...- dijo Judith cuando nos sentamos en unas de las sillas.

- Hay una chica en mi clase, que... me gusta en cierto modo, estuvimos saliendo y esas cosas, pero mi conciencia me dice que está mal seguir con ella si sigo en su grupo.

Me miro por unos segundos y no pude descifras su expresión.

- Eres demasiado exagerada, a quien le importa si está en tu grupo o no- dijo quitándole importancia.

- A mi...- Le respondí encogiéndome de hombros.

- Ay, Dios, porque no me mandaste una amiga menos... María José!

- Te estoy escuchando- dije enfadada.

- lo se.

Hubo un silencio mientras que ella pensaba y yo evitaba su mirada.

- Te cambio el grupo, pero en dos semanas y sólo si tú haces mi examen- me dijo negociando.

- Hecho- Sonreí y le di un abrazo- eres la mejor.

Después de hablar con mi amiga regresé al piso para continuar la guardia, me asignaron una cirugía extra y la noche pasó volando.

A las 4 am decidí ir a dormir algunas obras y por la mañana volví con los pacientes y el resto del día pasó bastante lento.

A las 3 sabía que tenía clase con el grupo de Daniela, así que busqué al doctor para que me dijera que hacer.

- No puedo ir hoy- me explico cuando llegue a su oficina- ¿puedes ir con ellos? No es gran cosa, una de las chicas preparó la clase de hoy, sólo es ir a ver y aclarar dudas- agrego.

- ¿Quien?- pregunté

- Daniela- Ay, Dios.

Salí de la oficina y fui a la sala en el área de enseñanza.

Todos sus compañeros estaban ya ahí y Daniela estaba preparándose para dar la clase.

- Hola- Saludé en general y me senté en el escritorio al frente de la clase, siempre había odiado ese lugar- su profesor no vendrá, hoy estaré yo con ustedes- dije y evitaba la mirada de abril, me sentía culpable por haberla dejado en caso de ser una simple exageración.

La clase se volvió muy aburrida y comencé a dedicarle miraditas a Daniela, que cuando las notaba se ponía nerviosa y terminaba por equivocarse.

Después de lo que parecieron dos horas eternas, terminamos y nos levantamos para irnos.

Me quedé esperando a Daniela, quien seguir recogiendo sus cosas.

- No tienes derecho a mirarme así- dijo seria cuando iba a salir.

- ¿Como?

- ¡Así! no lo hagas- dijo molesta.

- Lo siento, preciosa- le di un beso en la mejilla y salí de la sala.

Por una parte, sabía que debía dejar de comportarme así con ella, pero tampoco quería perderla definitivamente.

Mi doctora favorita (Calle y Poché)- Pausada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora