Mi doctora favorita (Calle y Poché)- Pausada

27. Fue lo primero que te dije.

El sábado por la mañana amanecí con un espantoso dolor de cabeza, de hecho era la primera vez en mi vida que tenía resaca y es peor de lo que dicen que es, sobre todo el remordimiento de haber visto como María José salía de la fiesta.

Me quedaba un bastante tiempo para volver a verla, así que servía para aclarar mis ideas, yo estaba dispuesta a ignorar los últimos siete días y volver a tener laminado, pero ella era un caso muy diferente, su orgullo no lo dejaría.

Después de lo que pareció un fin de semana interminable, llegó el lunes, que significa clase con María José, quería esperar que después de lo que pasó, ella intentará volver a retomar nuestra relación, aunque, honestamente, era algo tonto esperarlo.

María José no llego a clase ese día, ni el siguiente ni el resto de la semana; yo me debatía si debía o no intentar buscarla, aunque no lo hice y cada día me odio por Diego iba en aumento.

El siguiente lunes por fin se apareció en el hospital, o sólo en clase, porque supongo que no pudo faltar toda la semana a sus guardias.

- Buenas tardes- Saludo cuando entro al salón de clases, no nos miraba y tenía cara de pocos amigos- el doctor no vendrá y me quedaré con ustedes, ¿alguien tiene asignado el tema de hoy?

El grupo entero dijo que no y ella comenzó a preparar las cosas para dar la clase.

- Les daré el tema de hoy y al final haremos examen.

Todo el grupo comenzó a quejarse y a pedirle que lo cambiara de día, pero ella no accedió. Hola de nuevo, María José.

Como nos lo dijo, ella dio el tema de ese día, y nos preguntaba hasta que terminábamos por equivocarnos. Para suerte mía, ella evitaba hablarme, así que me salvé de la primera parte de la clase, aunque el examen fue peor, quizás lo hizo ese día a medianoche cuando te enojas porque no puedes ir a dormir, sumando el odio que seguramente tenía hacia mí, no resultó nada bien.

Al final de la clase todo salimos con la vista al suelo, el día no podía ser peor, o eso pensé justo antes de encontrar a Itzel afuera del salón.

- ¡Daniela!- me habló.

- Oye... voy rápido, hablamos luego.

- ¿Estas bien?- Preguntó justo cuando salió María José del salón y nos dio una mirada asesina y camino por el pasillo alejándose; Dios, ¡que hice!

- Nos vemos luego- le dije enfadada sin esperar una respuesta.

Caminé por el mismo pasillo hasta que vi a María José caminando hacia el elevador.

Apretó el botón, se detuvo a esperar y finalmente la pude alcanzar.

- Poché- dije bajito cerca de su oído.

No giró a verme, no dijo nada ni dio alguna señal de qué hubiera escuchado, esto sería mucho más difícil.

- María José- Volví a decir, giro hacia mí, me miró molesta y volvió a voltear hacia el elevador- por favor- tome su brazo.

- ¿Que quieres?- preguntó irritada.

- Quiero hablar contigo- le pedí algo tímida.

- no tenemos absolutamente nada de qué hablar.

- Yo si- seguí insistiendo.

Lo pensó durante unos segundos hasta que volvió a mirarme.

- Tienes de aquí a que llegue al piso 11.

- ¡Me estás volviendo loca, María José! y no de la manera en que me gustaría decirlo. Sigo sin entender porque no podemos estar juntas.

- Quizás al inicio no tenía razones- comenzó decir, llego al elevador, subimos en el- pero supongo que ahora si lo hay, ¿no? y no creo que seas tan estúpida para no saber a lo que me refiero- dijo aun molesta.

- No fue mi culpa, de verdad.

- Interesante- dijo sarcástica- ¡fue lo primero que te dije, Daniela!- levantó la voz.

¿Alguna vez han escuchado que en un momento de tensión era buena idea besarse? Pues yo sí y se me ocurrió la grandiosa idea de hacerlo.

Me acerqué lo suficiente a ella para dejarla contra la pared, tome su cara, aunque fue horrible, porque ella me alejo de inmediato.

- No esperarás que aparezcas besándome y me olvide de las fiesta, ¿no?- dijo menos molesta, pero aún la notaba diferente- déjame en paz, Daniela, deja que mi odio por ti baje y quizás, sólo quizás, vuelvo a buscarte- dijo mirándome con severidad. El elevador llego al piso y abajo.

¿Eso significa que aún tenía posibilidades de regresar con mi residente malhumorada?