23. Ella es mia.

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Espero y les haya gustado este maratón, la verdad es que me gusto mucho hacerlo, así que en algún momento muy no muy lejo les haré otro, ¿que dicen?

MARATÓN: 5/5

- Buenos días doc- salude a mi profesor al llegar a clase.

- Buenas tardes- me respondió, se veía algo aburrido de esperar por los alumnos.

Fui a mi lugar de siempre, saqué mi cuaderno para tomar nota del tema y una pluma.

Aún faltaba un par de minutos para que comenzar a la clase comencé hacer dibujos sin sentido en mi cuaderno, en lo cual era bastante mala, pero me mantenía distraída.

Comencé a escuchar a mis compañeros llegando al salón y vi de reojo el profesor que se levantó para comenzar con la clase.

- Como saben- Comenzó a decir el maestro- se acerca la primera evaluación para el social de la materia, lo que significa nuestro primer examen- sonrío con superioridad.

Camino a su escritorio y tomó unos papeles de una carpeta.

- Para empezar, esta semana tenemos cuatro cirugías con mis residentes, bastante interesantes, al menos para ustedes; los espero hoy a las 8pm en el piso de cirugía, harán grupo de e irán a una; si todos van, prometo que yo seré quien haga el examen y no María José.

Todos comenzaron a hacer comentarios, María José no era una mala persona, pero todos le tenían miedo en el salón.

- ¿A quien esperó entonces?- Preguntó el profesor divertido y todos levantamos la mano.

El profesor sonrió satisfecho, tocaron la puerta y se dio la vuelta para abrir la sala.

- Buenas noticias, tenemos 11 estudiantes para esta noche- dijo el profesor después de abrir la puerta, y pude ver que se trataba de María José.

La clase terminó pronto y salimos de la sala, fuimos a buscar algo de comer y comprar café ya que nos espera una larga noche, cuando se acercó la hora, volvimos al hospital para buscar a nuestros residentes.

- Es en realidad muy sencillo- nos comenzó a explicar María José cuando llegamos- cada residente toma dos estudiantes y pasarán la noche con ellos, tengo que aclarar que deben estar dentro del quirófano- dijo y la mayoría rio.

Los compañeros de María José comenzaron a escoger a los estudiantes, sabía que a mí me tocaba con ella, pero al parecer no se los digo a los residentes.

Uno de los residentes comenzó a llamarme y María José lo asesino con la mirada.

- Ella no está dentro de la elección, es mía- le dijo molesta y yo sentí como mi estómago se encogía. ¡Me encanta!

El residente miro a María José confundido, pero no dijo nada; ventajas de ser ella.

No éramos número par en mi grupo, así que en teoría, alguien se debía quedar sin compañero, Poché tenía todo calculado.

- Aunque no me guste la idea de tenerte sólo en el quirófano, eso tendremos que hacer, yo estoy un poquito atrasada con unas cosas, así que puedes ir a hacer lo que quieras hasta que nos toque entrar, que es en un par de horas.

- claro que no me iré, tengo a la chica más linda del hospital conmigo.

Sonrió y me hizo una seña para que la siguiera, camino hasta un carrito de los que usaban los doctores para poner medicamentos y las fechas de los pacientes. Estaba buscando algo pero al parecer no lo encontraba.

- ¿Que buscas?- le pregunté, aunque no me escucho.

Que al lado de nosotros había una puerta que llevaba al almacén de piso y entré para ver qué había, normalmente mi curiosidad me arrastraba a hacer cosas tontas.

Era un cubículo pequeño con tres filas de estantes con cosas que hasta ahora no sabía lo que era, así que asome mi cabeza por la puerta para ver a María José.

- ¿No te sirve algo que esté aquí adentro?

- Si, iré a revisar, aquí no hay nada- dijo algo enfadada.

Fue hacia mí y me hice a un lado para que pudiera entrar y cuando estuvo dentro la abrace por la espalda.

No te como su cuerpo se relajo entre mis brazos se puso sus manos sobre las mías para acariciarlas.

- Tengo trabajo, preciosa y no me estas ayudando.

- Sé que mueres de ganas por quedarte conmigo- le dije y le di un beso en el cuello.

- No sabes cuantas- Me respondió y giro para quedar frente a mí y verme- pero, tenemos que irnos.

Me acerqué a ella y la pegue a la pared para que no se fuera y la besé, tenía ganas de hacerlo desde que llegué al hospital.

Al principio María José estaba tensa, pero fue siguiéndome unos segundos después.

Me separé un poco de sus labios que la mire esperando que dijera algo.

- Daniela, esto no es Gray's Anatomy, no puedes meterme al armario para besarme- me dijo sería- nosotros vamos a la sala de residentes.

Me tomó de la mano y me llevó a la sala, en realidad estaba muy cerca, cuando vio que no había nadie, me jaló del brazo para que entrara y después lo hizo ella cerrando la puerta a sus espaldas.

Se acercó lo suficiente para dejar besos sobre mis labios.

- ¿No tenías mucho trabajo?- le pregunté sarcástica entre los besos.

- Tu me provocaste.

Me pego a la pared y me dejo aprisionada entre sus brazos; comenzó a besar mi cuello, sentía como succionaba mi piel y dejaba una huella humedad donde ponía sus labios.

Toda mi piel se erizo, esto se sentía condenadamente bien.

Tome el borde de su bata, la jale más hacia mí e hice la cabeza hacia atrás para que tuviéramos acceso a mi cuello.

Ella seguía dejando pequeños besos por mi piel y comencé a sentir un extraño calor mi entrepierna, y no me tome por tonta, sabía perfectamente lo que significaba, pero no esperaba que unos simples besos con mi guapa reciente llegarán a eso.

Me tomó de las manos y entrelazó nuestros dedos, me jalo en dirección al sillón y con cuidado me dejo caer sobre este, mientras ella se acomodaba sobre mi regazo y seguía besándome.

Pasé una de mis manos por debajo de su blusa y acaricia su abdomen, ganando como respuesta un jadeo de ella ahogado en mis labios.

Se alejó unos centímetros de mí y cerró los ojos.

- Dios, Daniela, me encantas- susurró en mi oído.

Nos quedamos en silencio y escuché su respiración alterada.

- Perdón por provocar esto- dije con remordimiento.

- No digas nada- Me dio un rápido beso en los labios- es lo mejor que me ha pasado en el día, ahora vamos- se levantó de mis piernas para que yo también lo hiciera se quedó un momento parada mientras retomado su respiración normal y salimos de la sala para que continuará con lo que tenía que hacer.

Mi doctora favorita (Calle y Poché)- Pausada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora