35. Nunca creí que llegariamos a esto

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POV Calle:

- ¿Puedo seguir haciendo preguntas toda la noche?- Le pregunté mordiendo mi labio, no estaba segura si le molestaba o no mi curiosidad.

- Podemos hacer lo que quieras el resto de la noche- dijo sonriendo, sabía que hacía esto a propósito para ver si tenía alguna reacción ante sus palabras.

- ¿Siempre supiste que querías ser doctora?

- ¿Que es esto? ¿Una charla de motivación?- dijo burlándose y yo rodé los ojos.

- No, solo quiero saber, supongo que puedes conocer un poco de alguien si sabes su motivación- dije sería.

- Pues, supongo que es algo que siempre he querido, sabes, como esas niñas pequeñas que siempre están jugando a ser doctora y crecen y siguen pensando que es lo que de verdad quieren, después uno de mis abuelos tuvo un problema de salud y los médicos no supieron que hacer y termino muriendo, ahí reafirme lo que sabía, así qué unos años más tarde hice mi solicitud y heme aquí, ocho años después- dijo riendo.

- Es bastante tiempo- Dije, algo que nunca me agradó es que tendría que estudiar como 10 años, pero vale la pena, pues es lo que todos me han dicho- pero sigues viéndote genial- dije y volví morder mi labio. Ay Daniela, sigue elevando su ego.

- Todas las doctoras somos guapas, aunque unas más que otras, por ejemplo, mi novia- río y me dio un beso rápido los labios- ¿Que hay de ti? ¿Cuales son tus razones?

- Aún estoy buscando razones- dije después de suspirar.

- ¿Y que esperas en el futuro?- pregunté curiosa, ella rió, y luego se puso otra vez seria mientras pensaba su repuesta, supuse.

- En realidad no mucho, seguir trabajando en ese hospital y ya veremos lo que la vida nos prepara.

- Y...- continue diciendo pero me interrumpió.

- Son demasiadas preguntas por hoy, Daniela.

- Y ¿que hacemos ahora entonces?- pregunté.

- ¿Quieres tener una relación conmigo en Facebook?

- ¿No se te ocurre una peor idea?- pregunté incrédula.

Sería divertido ver la reacciones de los demás y todos creerían que es broma.

- Muy tarde, porque lo acabo de hacer- dijo después de desbloquear su teléfono- y tú- me quito el mío de la mano- estás a punto de confirmarla- sonrió, hizo algo con el y me lo devolvió.

De todas las ideas de María José, está había sido la peor, ella tendría más problemas que yo, aunque por otro lado, había querido eso desde hacía tiempo, que los demás supieran que salía con mi guapa y genial residente.

- ¿Quieres ir a caminar?- preguntó Poché tranquila, no sabía cómo ella podía seguir así de tranquila, mientras yo sentía que las cosas no estaban bien.

Subimos a su habitación a buscar suéteres para salir, ya que a estas alturas del año, hacía suficiente frío para hacerte temblar si salías así a la calle.

Bajamos otra vez a la sala y salimos, ella me tomó de la mano y sólo caminamos sin rumbo, el lugar donde María José vivía, era bastante lindo, había muchas tiendas, restaurantes y cafés y la mayoría eran muy buenos.

Después de una media hora de caminar decidimos pasar a una cafetería para entrar en calor, ya que de otras formas, no lograba hacerlo con María José. Ella pidió un café del que ni siquiera escuché su nombre y yo un simple chocolate. No me sorprendía terminar con diabetes después de esta noche.

Tomamos las bebidas y fuimos a sentarnos a una pequeña sala que tenía para sus clientes.

Se sentó en uno de los sillones para dos y yo me sentí muy cerca a el acurrucada en su cuerpo. Al menos con ellos no tenía objeción.

- Me gustan las noches que no vas al hospital y podemos pasar juntas, ¿sabes?

- A mi también me gustan, debo pedir más cambios de guardia- dijo bromeando.

- Nunca creí que llegaremos a esto- dije después de un rato en silencio.

- Pues créelo, porque aquí estamos.

- Y me encanta- terminé de decir.

Terminamos de tomar el café en silencio, ella acariciaba mi cabello y debes en cuando daba besos sobre mi cabeza. Era el tipo de momentos que te gustaría que se quedara estáticos para vivirlo siempre, me gustaba esa tranquilidad que María José me daba, no lo podía encontrar en otro lugar y ella me lo daba todo.

- ¿Volvemos a casa?- Pregunto después de terminar y yo asentí con la cabeza, nos levantamos y salimos al frío de la noche otra vez para volver a casa de María José.

Tardamos media hora más en volver, pero fue más rápido, ella hacía bromas y yo reía con ella.

Al volver a entrar a su casa, hicimos lo mismo de siempre, me prestó una pijama y fuimos a dormir.

Mi doctora favorita (Calle y Poché)- Pausada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora