51. Por tonta

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Quedaba solo una semana más de clases y sería libre por toda las vacaciones de verano, los dos meses que espero con ansias cada año para dedicarme a comer dormir y ver películas. Y aunque la semana que quedaba sería la peor, estaba dispuesta a dar todo de mí para irme de verano sin cargos de conciencia por no estudiar lo suficiente.

El primer examen final que tendría, era el de clínicas quirúrgicas, y la encargada de hacerlo era María José, al cual todos le teníamos miedo.

Me gustaba creer que María José podría ser linda y no hacernos sufrir demás por el, pero esa no era ella.

Así que lo único que me quedó fue suplicarle todo el fin de semana porque me diera un día para estudiar el temario de la clase con la condición de que tenía que acompañarla un par de días a algún lugar que no quiso mencionar durante mi primera semana de vacaciones. Básicamente fue un ganar-ganar para mí.

Así que el martes, al salir de mi última clase, compré un café y subí al piso 11 para esperar a María José a que terminara su guardia y poder ir a su casa a estudiar, por más que me doliera desaprovechar esa oportunidad.

A las tres y pasados, salió de la sala de residentes con su bolsa, su basta y una gran sonrisa. Me levanté al verla y di algunos pasos para abrazarla al  estar frente a frente.

Me dio un beso en la frente y tomo el termo del café que tenía en la mano. Tomo un poco y respondió con una pequeña sonrisa.

- Ya vámonos de aquí antes que llegue otra apendicitis, por favor- dijo riendo y me jaló de la mano hacia los elevadores.

- ¿Ha habido mucho trabajo?- le pregunté cuando subimos.

- Ha habido unas cuatro desde la mañana y retrasó lo que teníamos programado para hoy, pero ya está todo bien, puedo ser libre- dijo y se acercó para abrazarme y darme un beso en los labios aprovechando que no había nadie más.

Siempre había odiado a la gente que se besaba en lugares con mucha gente, es decir, ¿tanta es su necesidad?

Al llegar a la planta baja, salimos y fuimos al estacionamiento para tomar el camino que ya conocía perfectamente hasta casa de María José.

- Oye- llame su atención a mitad del camino- ¿podemos parar por algo de comer? En serio tengo mucha hambre.

- ¿Comida china?- Preguntó harta supongo que la pizza o hamburguesas que siempre comemos.

- Perfecto- sonreí.

Pedimos la comida para llevar y fuimos a su casa que ya estaba muy cerca.

- Podemos comer, estudiar y si nos sobra tiempo podemos ponernos creativa- dijo María José mientras abría la puerta principal de su casa.

- No sé dibujar ni hacer nada- dije intentando bromear.

Paró de girar las llaves y me miró con cara de pocos amigos.

- No entras a mi casa por tonta- dijo cuando abrió la puerta.

- ¿Es en serio?- Pregunté y la miré con cara de cachorro- si me dejas entrar, tengo algunas ideas en mente- dije y mordí mi labio inferior.

Me miro con los ojos entrecerrados y me tomó de la muñeca para hacerme pasar.

- ¿Me dices tu clase de ideas?- preguntó acercándose.

- Quizás más tarde.

- Oh no, ya no puedes decir más tarde.

Me tomó de la cintura y me cargo para subirme a las encimaras de la cocina que estaban al lado nuestro.

Separó mis piernas para poder colocarse entre ellas y dio un par de besos en mi cuello.

- ¿Me dices?- insistió.

Deje escapar un suspiro y tenía muchas ganas de seguir con esto, pero realmente necesitaba estudiar.

Al no contestar, María José siguió con algunos besos más en mis labios y jalando el borde de mi pantalón para acercarme más a ella.

- Oye, ¿podemos comer antes de que se enfríe?- Dije para poder separarnos.

Ella giró los ojos pero accedió y me ayudó a bajar.

La comida estuvo muy buena, considerando que no siempre la comida china es la mejor.

Al final, María José se resignó y se concentró en la universidad.

- Podemos comenzar con balance electrolítico que es el primer tema del manual y tengo un par de preguntas del tema y después avanzamos con los demás. Si no recuerdas lo básico no tienes ningún sentido estudiar todo lo demás.

Recogimos todo para poder ir a estudiar a la sala y sin hacer demasiado.

Casi habíamos terminado de estudiar los temas de la clase, pero se hizo tarde y como a las 3 am terminamos quedándonos dormidos ahí mismo y no desperté hasta unas horas después con María José acostada sobre mi y la desperté para poder moverme.

- Nos quedó algo pendiente- dijo arrastrando las palabras.

- ¿Podemos encargarnos de eso por la mañana antes de irnos?

- Por supuesto- respondió más dormida que despierta pero se acercó para dejar un beso en mis labios mientras apretaba mi trasero y me acerco a ella, pero fue inevitable cerrar los ojos y morder sus labios y el sueño de un momento a otro se fue.

2/5

Mi doctora favorita (Calle y Poché)- Pausada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora