17. Haces una tormenta en un vaso.

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Chicos de verdad lo lamento mucho lo que pasó, estaba editando y de momento se pasó para otro capítulo, y no sé, era un desastre, pero ya lo solucioné y ya que tengo este capítulo así que espero que les guste este capítulo y nos vemos pronto.

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- ¿A qué te refieres?- pregunté confundida por su respuesta.

- A todo, abril yo estaba bien hasta que apareciste y me hiciste eso quererte.

Me quedé en silencio por sus palabras, me dolía lo que decía, pero a la vez se sentía realmente bien.

Me senté en uno de los sillones y ella se sentó cerca.

- María José...- comencé a decir, porque no sabía que esperaba de mí.

-Calla, no digas nada- me detuvo.

Se tapó la cara con ambas manos y frotó sus ojos, ¿estaba llorando? Imposible, María José no debería ser de las chicas que lloraba.

Me levanté y me hinqué frente a ella, seguía sin quitar sus manos.

La tomé por las muñecas e intenté quitar sus manos. Al principio se resistió, pero después de unos momentos, terminó por ceder.

- ¿Que está pasando?- le volví a preguntar.

- No tenía planes de enamorarme, Daniela.

¿Podría ser posible lo que me acaba de decir?

- ¿Tú crees que yo si? Y encima de eso, fue de la residente, ¡y de la residente mala!- le dije intentando que riera.

Y lo logre, río después de escucharme y negó con la cabeza.

- No me gusta esto, Daniela, sabes lo extraño que es no tener mucho tiempo libre y lo que tengo, por alguna razón, siempre tereino pensando en ti, ¡Te robas mis pensamientos, Daniela!.

- Estás haciendo una tormenta en un vaso, María José. ¿Sabes lo que me he preocupado toda la semana?

- ¿En serio? -Me pregunto mirándome como si fuera una niña pequeña.

- Claro - dije acariciando su cabello-  Me hubiera gustado que me contestaras en vez de ignorarme. Me hubiera gustado que me dijeras que estabas bien, pero aún así, me importas.

- Lo siento- dijo bajando la mirada-  es difícil procesar esto, sabes, soy la residente mala y termino sintiéndome así por una estudiante de mi doctor dijo frustrada.

- Bueno, gracias- le dije riendo- intentaré ignorándolo porque se que te sientes mal. Pero, si te sirve, María José, la estudiante, está loca por ti. Deberías darte oportunidad de sentirlo.

Levanto otra vez su mirada y me vio a los ojos, se veía bastante confundida.

Con sus brazos me atrajo a ella y me abrazo fuerte. Escondió su cara en mi cuello y comencé a sentir sus lágrimas corre por mi piel.

Me quedé paralizada. ¿Tan mal estaba este asunto?

Acaricié su espalda y con una mano y me concentré en  tomar el máximo de su perfume, nadie me aseguraba que pudiera seguir teniéndola y sintiéndola como podía hacerlo en este momento.

Si algo había aprendido de mi residente estos días es que podía cambiar muy seguido de humor, y si bien un día podía besarme y hacer la persona más dulce, el día siguiente podía desaparecer e ignorarme.

- ¿Estás bien?-Pregunté después de un rato.

Levantó su cara y asintió. Aunque no se veía bien, tenía los ojos rojos y se veían triste.

Nos miramos por unos minutos sin decir nada. Me mataba verla asi.

Desvío su mirada hacia otro lado y volvió a mirarme.

Comenzó cerca su cara la mía. Aquí vamos otra vez con sus cambio de humor.

Se detuvo antes de que nuestras caras pudiera tocar sí, era demasiado tentador acercarme y besarla, pero no quería hacer que ella se alterara otra vez.

Después de un par de segundos decidió seguir avanzando hasta que sentí sus labios. Había extrañado esas sensación la última semana.

María José me hacía sentir de una manera que no había sentido nunca, pero me encantaba. Si sólo ella pudiera admitirlo también, sería genial.

Seguí besándola por unos momentos, quería descubrir cada rincón de su boca y saborear el máximo de tiempos sus labios.

Pasó su brazos por mi cuello y se aferró a mí. Separo nuestros labios y recargo su frente en la mía con los ojos cerrados. Poco a poco vi como su cara de preocupación desaparecía y comenzaba a verse más relajada.

Aproveché el verla así y volví a besarla, me encantaba sus labios.

Durante el beso, seguí mis impulsos y termine por morder su labio inferior y escuché, o al menos creí escuchar un pequeño gemido salir de sus labios. Esta mujer siempre me sorprende. 

Dios, María José, uno de estos días, me volveré loca.

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Bueno bueno hasta el miércoles o jueves.

Y otra vez lo lamento chicos por esto.

Hasta pronto!

No olviden de votar y comentar si tienen una duda.

Mi doctora favorita (Calle y Poché)- Pausada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora