7. Te vuelvo loca ¿no?

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- Y... ¿dirás algo? ¿O solo te quedarás ahí?- me preguntó Mario después de un momento ausente.

- Si, perdón, yo- aclaré mi garganta- lo siento, comenzaré... ¿Me podría decir su nombre completo para la historia clínica?

- Hagamos algo si, yo te digo lo que pasa sin que preguntes y tu me cuentas sobre María José- dijo intentando negociar.

- ¿María José? ¿Que quieres saber sobre ella?- pregunte celosa.

- Nada, doctora, quiero saber porque babeas por ella, ¿ella sabe que te gusta?

- ¿Espera, que?- pregunte muy confundida.

- Deja de hablarme así, solo tengo 28 años, no tengo muchos mas que tu.

- Lo siento.

- Entonces, ahora si, dime, ¿ella sabe que te gusta?

- No puede saber algo que no es cierto- dije defensiva.

- Tranquila, ¿Daniela? Dejaste un charco de saliva mientras la observabas- dijo divertido.

- No es así- negué en vano.

- Te vi- dijo riendo- no tienes mal gusto, María José es hermosa.

- Solo físicamente- dije con cierto tono de amargura.

- Entonces no te has dado del tiempo suficiente de conocerla.

- ¿A que te refieres?- le pregunté.

- María José no es la doctora dura y fría que aparenta ser con los estudiantes, si ella se lo propone, puede ser un amor de persona, además de divertida, detallista y considerada.

- ¿En serio?- le pregunté sorprendida.

- Claro que si, la he podido conocer un poquito desde que he estado aquí- me explicó.

- Quizás nunca conozca ese lado de ella- dije algo triste.

- Si trabajas duro la conocerás- me guiño el ojo.

- ¿Tu crees?- pregunte ilusionadas- pero ¿como lo hago?

- Tu lo averiguarás. Entonces...¿Piensas iniciar con la entrevista.

Sonreí animada y asentí, según con lo que tenia por preguntar y al final, tuvimos tiempo para platicar un tiempo.

Después de media hora, María José volvió sonriente con nosotros, comenzaba a creer que podía ser bastante voluble.

- He vuelto por mi doctora- le dijo a Mario.

- Toda tuya, en serio- dijo mirándome con complicidad y yo me ruborice.

- Okey...- dijo insegura- me asignaron una cirugía, vamos, será genial- me dijo animada.

La seguí mientras caminaba prisa por el pasillo hasta llegar a la sala de resistencia, se puso un traje quirúrgico y salió a buscarme.

Entramos al quirófano, ella era parte del grupo que realizaban la cirugía y yo solo me quede en la parte de atrás viendo lo que hacían, o eso es lo que intentaba hacer.

Resultaba algo complicado poner atención mientras estaba en la misma habitación que María José. Además, la encontré varias veces mirándome mientras no hacía nada importante, lo que me hacía sentir un poquito más torpe y hacía que mi estómago se volviera loco.

Al terminar la cirugía, salimos y a pesar de la hora, mi residente se veía bastante enérgica.

- Acompáñame, Daniela- me pidió una vez que se quito su bata sucia.

- Claro- Dije con el máximo de ánimo que pude, aunque era un poco, a las 3 am, ya me sentía muerta.

Regresamos a la sala de residentes, sacó unos papeles de su mochila, firmó uno y me lo paso.

- Véte a a casa a descansar, Daniela.

Me había firmado como si hubiera tenido una guardia de 12 horas por una de solo cinco.

- Pero... Me quería quedar contigo, o sea, en guardia- Dije intentando no parecer desesperada.

Ella sonrió y levantó una ceja ante mi comentario.

- Lo sé, te vuelvo loca, ¿No?- Dijo y sonrío.

No contesté, sólo me ruboricé.

- Gracias, María José.

- No es nada, deberías venir más seguido, te veo pronto- se despidió con un beso en la mejilla y se fue, me quedé unos segundos con mi tonta felicidad que ella provocaba en mí y salí del hospital.

Mi doctora favorita (Calle y Poché)- Pausada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora