Otro día comenzaba y el equipo de investigación conjunta no había avanzado ni un mísero paso hacia ningún lugar; Smith había movido todos sus contactos con la policía internacional, y se encontraba esperando a que le enviaran las listas, pero ya le habían adelantado que no se hiciera grandes expectativas. Anderson también había estado moviendo sus contactos, pero la comunidad del barrio chino era demasiado cerrada cuando se trataba de su propia gente, así que apenas había conseguido algo de información, pero nada espectacular, sólo el que durante un buen tiempo se había hablado del profesor y su amante, y de los problemas que les causaron a sus familiares, pero eso ya era una historia bastante antigua.
Ritsu también se encontraba a la espera de noticias por parte de Jeff, aunque no sabía todavía si resultaría algo de ese asunto, pues la persona que podía conseguirles la información se podría jugar el pellejo en ello, ya que era información clasificada; Takano había estado ayudando en otros casos de sus colegas, y MacGregor había estado detrás de la sombra de Ritsu en todo momento.
Con todo, cada uno hacía lo mejor posible, pero simplemente no avanzaban, el tiempo seguía corriendo en su contra y cada minuto desperdiciado era un paso más para que, u otras agencias tomaran interés en alguno de los casos, o los asesinos cometieran otro crimen; al final, el día pasó, otra vez sin novedad alguna para el equipo conjunto, y no habían llegado más lejos.
Cuando llegó la hora de retirarse, Evans y Jensen avisaron que irían a hacer vigilancia a unos sospechosos que habían estado haciendo movimientos extraños en el último par de días, así que pasarían la noche pegados en alguna esquina, para ver si es que las sospechas de fuga eran reales, y así atraparlos para interrogarlos. Ritsu les dio la autorización y les vio partir, y en el último minuto, decidió salir detrás de ellos.
Conocía a ese par, y sabía que, por mucho empeño que le pusieran, no serían capaces de aguantar toda la noche, Evans estaba demasiado viejo y cabreado de su trabajo, y Jensen no soportaría más de un par de horas antes de comenzar a meterse droga, así que su vigilancia fácilmente podría irse al carajo. Sabiendo que el caso trataba de un tipo que era codueño de un bar y había sido encontrado muerto en la salida de servicio de su local, y que los otros socios eran los sospechosos que Evans y Jensen iban a vigilar, les siguió a una distancia segura y se estacionó a una media cuadra de distancia, por el otro lado del callejón en donde sus subordinados se parapetaron, y en donde tenía una buena visibilidad tanto del frente del bar, como de la salida de servicio.
La noche pasó y llegó la madrugada, y Ritsu no tenía que ser adivino para saber lo que Jensen se bajaba a hacer cada hora y media, pues se paseaba por detrás de la camioneta y volvía a los pocos minutos con una sonrisa que bordeaba lo frenético, mientras Evans seguramente roncaba en el asiento de atrás. A eso de las cuatro y media de la mañana, los sospechosos salieron del bar, cargando varios bolsos que iban metiendo en la maleta de un carro, y como Ritsu bien supuso, Jensen estaba en su ejercicio de meterse droga y Evans brillaba por su ausencia.
Pero no podían dejar pasar la oportunidad, así que, para llamar su atención, Ritsu encendió su potente coche y le dio un par de pisadas a fondo al acelerador, haciendo el suficiente ruido como para despertar a media ciudad, con lo que afortunadamente Evans y Jensen tomaron conciencia de que sus sospechosos estaban por desaparecer. Una vez que se aseguró a la distancia de que Evans y Jensen ya tenían en custodia a sus sospechosos con una buena cantidad de pruebas incriminatorias, Ritsu decidió irse por fin a casa.
Para cuando llegó a su departamento ya faltaban unos cuantos minutos para las seis de la mañana, y a sabiendas de que, si tocaba la cama, no despertaría sino hasta bien pasado el mediodía, decidió tomar un baño y cambiarse de ropa, y hacer de cuentas que estaba empezando un nuevo día. Mientras se daba una buena ducha, repasaba mentalmente las cosas que habían ido averiguando durante esos días, desde que comenzaron el trabajo en conjunto con los de Hell's Kitchen.
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AMOR EN PELIGRO
FanfictionLas calles de Nueva York no son pacíficas. Mientras trabajan en esclarecer los hechos tras algunos asesinatos en sus respectivas zonas, el detective Takano y el el comisario Onodera tendrán que unir fuerzas al enfrentar un nuevo caso que parece cone...