DISCULPAS Y PALABRAS ANTES DEL FIN

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Hola a todos.
Sé que han estado esperando por el epílogo de ésta historia, y se supone que lo tendría listo en algún momento, pero han sucedido una serie de cosas que me han quitado suficiente tiempo como para no tenerlo listo aún.
Como todos saben, este asunto de la pandemia nos tiene a todos con el trasero a dos manos, ya no es suficiente con sólo ir por la vida y cuidarse de no estar cerca de alguien enfermo, ahora nos hemos llenado de rituales de aseo personal y de limpieza en todos lados que ya a estas alturas estamos cada vez más trastornados y psicóticos.
Y, al igual que en muchos lugares, también nos hemos tenido que enfrentar a confinamientos obligatorios para intentar frenar el avance de esta pandemia.
En ese aspecto, mi ciudad finalmente ha caído en cuarentena desde hace un mes a esta fecha; si bien la mayoría del comercio e industrias está cerrado, muchas empresas siguen funcionando por ser de necesidad esencial, hay cortes de carretera para ingresar a la ciudad y hay que solicitar permisos para desplazarse para todo.
Como ya les he contado en algunas ocasiones, trabajo como taxista, pero lo hago para empresas, en transporte de personal, y ahí es donde está el pero de esta historia inconclusa; la empresa a la que le prestó servicios queda en el límite urbano, así que no tengo mayor problema para ir, pero volver es otro cuento. Todas las entradas alternativas a la ciudad están cerradas, así que obligatoriamente debo pasar por la aduana sanitaria, mostrando permisos y documentos, y no soy la única, así que, una vuelta en la que normalmente me demoraba quince a veinte minutos, ahora se transforma en algo de treinta minutos a una hora sólo de espera o más... Cada vez, cuatro a seis veces diarias, todos los días, desde hace un mes.
Debido a eso, apenas he podido escribir, pero les aseguro que estoy cerca ya de finalizarlo; este epílogo es dulce y está lleno de ternura, como me gustan a mí los finales, y también tiene su cuota de humor, y hay amor, que es lo importante.
Así que les ruego que lo esperen, y que, cuando al fin lo publique, lo amen como yo lo estoy amando.
Desde ya, y como siempre, les agradezco infinitamente todo el apoyo que le han brindado a mis historias, el estar siempre ahí, brindando amor a todas estas ideas locas que cruzan por la mente y se estampan en una pantalla, gracias a quienes me siguen y a quienes comparten mis historias en sus listas de lectura, y también a quiénes pasan silenciosamente a leer sin dejar rastro.
Pronto tendrán más noticias y nuevas historias que ya están listas para ser escritas, esto no se ha acabado.

Por el momento, gracias y saludos a todos.

AMOR EN PELIGRODonde viven las historias. Descúbrelo ahora