EL FINAL

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No sabía si era por el clima o si era por el miedo, pero Takano realmente sudaba frío mientras caminaba por el pasillo desde la oficina de la psiquiatra a cargo de su primo en el centro de rehabilitación hacia la sala de espera, con el alma en un hilo; Kirishima iba con él, pero no era como si pudiese ayudarle en algo en ese momento, apenas y era la segunda o tercera vez que hablaban, y Takano simplemente no estaba ni estaría de acuerdo en el futuro inmediato con la relación que ellos tenían, mientras que a Kirishima el tener que lidiar con su carácter le importaba un carajo, pero esa semana habían tenido que transar sus poco amables sentimientos recíprocos por necesidades más urgentes.

Sin embargo, ambos estaban de acuerdo en algo en ese momento, y era que no querían decirle a Takafumi lo que precisamente iban a decirle, pero tenían que hacerlo, pues tarde o temprano él terminaría enterándose, y, luego de hablarlo con la psiquiatra, habían decidido que era mejor que se enterara por ellos antes de que lo descubriera fortuitamente.

Takafumi estaba esperando en el patio, sentado en una banca leyendo un libro, mientras acurrucaba a Sorata en su pecho; se le había hecho costumbre tener a Kirishima todas las tardes haciéndole compañía, y eso que apenas llevaban poco más de una semana de relación y de que estaba internado allí, y aunque a ratos le regañaba con que no era necesario que fuera a verle todos los días, Zen se había comprometido férreamente a ir a acompañarlo cada día aunque fuera por una hora, y no había fallado ni una sola vez. Cosa distinta era con Masamune y Ritsu, que no habían aparecido en toda la semana, aunque lo entendía, pues sus trabajos eran muy demandantes, pero se le hacía raro que ni siquiera le hubiesen llamado en todo ese tiempo, y que tampoco contestasen las llamadas cuando él pudo llamarlos.

De todas formas, estar internado en ese centro le estaba haciendo bastante bien, había recuperado algo de peso y ya no necesitaba tanta ayuda para movilizarse, y aunque Mike no le quitaba el ojo de encima, ya podía ir desde su habitación a la sala de estar por cuenta propia, claro, haciendo un par de descansos en el camino. Lo que sí le molestaba un poco era que no podía hacer libre uso de su teléfono, tampoco podía leer el periódico, y los canales de noticias estaban restringidos en el televisor de la sala de estar, entendía bien que era por razones de fuerza mayor, se suponía que ese centro era un lugar de descanso y rehabilitación, y también entendía que la información del mundo exterior podría ser contraproducente en el tratamiento de algunas patologías, sobre todo de aquellas personas con traumas emocionales, pero estar así de incomunicado y despegado de todo le resultaba a ratos bastante molesto; incluso le había preguntado a Kirishima sobre qué estaba pasando en la ciudad, pero hasta él había sido bastante escueto con ello.

Sin embargo, una vez que vio a Kirishima junto a Masamune salir por la puerta de la sala de espera, supo que algo no estaba bien; Zen aún era un tanto indescifrable y sorpresivo para él, pero Masamune era otro cuento, lo conocía como la palma de su mano, no por nada habían estado juntos prácticamente desde la cuna. En la medida en que los vio caminar hacia donde él se encontraba, el presentimiento de que algo malo había ocurrido sólo se acrecentaba más y más; Takafumi esperó lo más que pudo, pero llegó un momento en que ya no pudo soportar más la incertidumbre, así que se levantó para salir al encuentro de ambos hombres.

Apenas le vio levantarse, Kirishima se adelantó a tratar de contenerlo, pero ni siquiera tuvieron la oportunidad de suavizar las cosas, Takafumi estaba completamente nervioso intentando adivinar lo que pasaba, sin embargo, apenas miró mejor el rostro de su primo, tuvo el indicio de la respuesta: algo había pasado con Ritsu. Una vez que ambos hombres lograron hacer que Yokozawa volviera a sentarse, con el dolor marcado en su rostro, Takano empezó a contarle lo que había sucedido.

Siete días atrás, finalmente el equipo de investigación conjunta conformado por personal de las comisarías de Hell's Kitchen y Madison había logrado confirmar la identidad de un sospechoso de varios ataques, aunque, si tenía que decir la verdad, quien había descubierto las pistas y había sospechado desde el principio acerca de la identidad de quien era el atacante, había sido Ritsu, sólo que no había sido posible confirmar que dicho sujeto se encontraba en el país, sino hasta ese mismo día, cuando todo pasó.

AMOR EN PELIGRODonde viven las historias. Descúbrelo ahora