Se podría decir que el día era una perla en medio de la nieve de los días anteriores, aunque había amanecido muy helado, desde muy temprano había un cielo despejado y de un azul tan radiante que a ratos llegaba a ser un poco molesto, sobre todo después de aquella semana de oscuras nevadas intermitentes, pero con ese cielo tan limpio, el sol rápidamente había comenzado a entibiar el ambiente, lo suficiente como para que se pudiera salir y tomar un poco de aire, mientras los rastros de la nieve caída en los días pasados se escudaban entre las sombras buscando permanecer un poco más, antes de ser derretidos inexorablemente por la tibia luz solar.
Kirishima condujo el delgado y tembloroso cuerpo de Yokozawa, y le ayudó gentilmente a sentarse en la banca, mientras él se sentaba a horcajadas junto a él, pasando una de sus piernas entre medio del asiento y el respaldo, y atrayendo a Takafumi hacia su pecho, lo abrazó mientras le arreglaba aquel chal para cubrirlo bien; con su mano libre, Zen le hizo mirarle a los ojos, mientras secaba con sus dedos los rastros de lágrimas que aún quedaban en sus mejillas. Después de preguntarle varias veces si se sentía bien, si necesitaba algo y si estaba cómodo, después de un beso tierno y lento, Kirishima empezó a contar
"Ese día, después de escuchar lo que le dijiste a tu primo, el mundo se me vino al suelo... bueno era obvio que sería así, pero no te culpo de nada, así que no te sientas mal por eso... me di cuenta de que había vivido una mentira, así que fui a hablar con la única persona que estaba seguro de que me diría la verdad sin contemplaciones. Hice todo el camino desde tu casa hasta Queens con el alma en un hilo, pero apenas Natsumi, mi cuñada... o ex cuñada... ya no sé cómo llamarla, en verdad... bueno, cuando ella me vio en su puerta, prácticamente me dijo toda la verdad con una sola mirada.
Natsumi me dijo que creía que Sakura tenía un problema, algo mental, un trastorno de déficit de atención o algo así, pero que andaba a medio camino entre la obsesión y la celopatía, pero que no era conmigo, sino con ella. Dijo que la primera vez que notó algo extraño en Sakura fue cuando tenían trece y quince años; Natsumi se compró una chaqueta, algo simple, de jeans, que estaba de moda y juntó sus mesadas para comprársela, y que a Sakura también le gustó, así que su padre, quien siempre la consintió demasiado y nunca ocultó su excesiva preferencia por ella, le compró otra, pero Sakura no quería una igual, quería la de Natsumi, así que, aunque tenían la misma chaqueta, de la misma talla y todo, Sakura siempre iba a su armario y sacaba la de Natsumi, y cuando ella le reclamó, un día terminó encontrando su chaqueta hecha jirones en la basura, y a la que su padre le compró le tiró cloro y luego la quemó, y le echó la culpa a ella.
En ese entonces Natsumi intentó comprenderla, pensando que era solo una pataleta de adolescente, pero de a poco las cosas fueron escalando, hasta que en preparatoria empezó a quitarle las amigas; cualquiera que se acercara a Natsumi era inmediatamente absorbido por Sakura, ella era... brillante, si la viste alguna vez, entenderías de qué hablo, no sólo era físicamente hermosa, sino que también era muy carismática, así que, por muy poco interesado en el mundo que alguien estuviera, era imposible no prestarle atención, Sakura era como un farol brillante al que todos miraban y seguían, así que las chicas de preparatoria, todas esas adolescentes necesitadas de atención, eran su séquito perfecto, y ella no dudó en utilizar a cualquiera con tal de conseguir lo que quisiera, y casi siempre tenía que ver con Natsumi y quienes se atrevían a estar con ella.
Natsumi dijo que tuvo un tiempo de paz cuando entró a la universidad, hizo su mayor esfuerzo y logró entrar a Columbia, donde esperaba tener la suerte suficiente como para que el sistema de admisión se encargara de Sakura, pero ella de alguna manera logró seguirla hasta allí, y entonces la historia volvió a repetirse, sólo que en vez de sus amigas, se enfocó en los chicos que a Natsumi le gustaban, hasta que llegó a mí; ¿sabes qué es lo más triste de todo? Que Natsumi estaba realmente enamorada de mí, y a mí en ese tiempo también me gustaba Natsumi.
ESTÁS LEYENDO
AMOR EN PELIGRO
Fiksi PenggemarLas calles de Nueva York no son pacíficas. Mientras trabajan en esclarecer los hechos tras algunos asesinatos en sus respectivas zonas, el detective Takano y el el comisario Onodera tendrán que unir fuerzas al enfrentar un nuevo caso que parece cone...