Hisako Ozora es la hermana de Tsubasa. Es una chica con una enorme determinación, es divertida, y tiene un humor bastante variado.
Ambos se mudan a la ciudad de Nankatsu, Shizuoka, donde conocerán a muchos chicos que se convertirán en grandes amigos...
Iba dominando el balón hacia la tienda. Realmente era una linda noche: ni mucho frío ni mucho calor, se podían ver estrellas, no había mucha gente (y eso que deben ser como las ocho o nueve de la noche).
Pero algo hizo que me detuviera: había un niño de unos diez años aproximadamente, rapado, viendo a un chico de mi edad limpiando los pisos.
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¿Qué estará haciendo ese nenito? Mmmmm, ya sé.
─Tú no estarás espiando, ¿verdad?─ toco su hombro.
─¿Eh?
─¡Estás bajo arresto!─ lo señalo con el dedo.
─¡No! ¡No es lo que pien...!
─Pssh, sólo juego contigo─ digo más calmada, haciendo un ademán con la mano.
─Oh, jaja, ya veo.
─¿Cómo te llamas?
─Soy Takeshi Sawada, ¿y tú?
─Soy Hisako Ozora, y recién acabo de mudarme a la ciudad de Nankatsu─ acaricio su cabecita rapada.
─¿Enserio? Pues yo vengo desde Saitama.
─¿Saitama?
─Síp.
─¿Y qué haces solo, afuera, a esta hora?
─Estoy... observando al capitán...─ señala al tipo que está limpiando los pisos.
─¿Capitán?
─Verás, nosotros somos del equipo Meiwa de Saitama. Él es nuestro capitán, Kojiro Hyuga, conocido como "el tigre"
─¡Un gatito! ¡Miau!─ pongo una cara muy "kawaii". Que se note que soy otaku, amo esos términos.
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El cabeza rapada me mira raro.
─¿Mmmm? ¿Qué haces aquí, Takeshi?─ el chico se acerca a nosotros.
─Etto... Vine a...
─Quería espiarte─ digo en broma.
─¡Mentira!
─Oh, sí que es verdad, jiji.
─¡No lo es!
─¿Y quién se supone que eres tú?─ Kojiro se pone bien frente a mí.
─Yo soy Hisako Ozora, fan del fútbol desde que tengo memoria, soy divertida, y muy tsundere, jeje.
Y adivinen qué: sí, él también me mira raro.
─¿Okey? ¿Y qué haces aquí?
─Vine porque necesito comprar verduras.
─Por aquí─ señala la puerta. Yo entro con cuidado de no ensuciar los pisos, no sea cosa que deje huellas y Hyuga me dé tremendas nalgadas, ya que se ve muy fuerte.
Compré una bolsa de lechuga y tomates, y ahora toca irme a casa.
─Muchas gracias por venir─ dice Hyuga.
─De nadap.
─Nos vemos, Hisako-san─ saluda el pequeño Sawada.
─Chau, ternurita─ pellizco sus lindos cachetes y le sonrío─. Sayonara, tigresito─ lanzo un beso y me voy.
[Narra Hyuga]
─¿Ca-capitán? ¿Estás bien? Tienes la cara un poco roja.
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─¿Y esa quién se cree? Es tan rara.
─No sé.
─Takeshi, será mejor que vuelvas a casa, voy a terminar muy tarde.
─E-está bien. Nos vemos, capitán.
─Adiós...
¿Qué me pasa? ¿Por qué no me la puedo quitar de la cabeza? ¿Será posible que...?
¡No! ¡No puede ser!
[Narra Hisako]
Volví a casa y le di a mamá la bolsa con las verduras. Fui a pulir mi balón, una vez que quedó reluciente, fui a mi habitación a dormir.
Vaya noche. Ese tipo me llamó mucho la atención. Era muy tarde y él estaba trabajando realmente duro. Takeshi me dijo que era el capitán del equipo Meiwa, y que eran de Saitama. ¿Por qué estaba trabajando ahí? No lo sé.
En fin, en dos días, nuestro viaje a Tokio será una realidad. El Torneo Nacional está muy cerca de dar inicio, ¡estoy muy emocionada!
Probablemente esos dos estarán en el torneo. Podré ver de qué son capaces en realidad.
¡Espera un momento! Misaki jugaba en el Meiwa antes, podría preguntarle a él...
