Piyamada ultraalocada

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[Narra Hisako]

Tsubasa y yo volvimos del entrenamiento un poco tarde. Ese tal Shun Nitta me dejó muy impresionada...

¡Ojito, que no me gusta ni nada! No es feo, pero realmente no me enamora...

Sólo tengo ojos para mi tigresito, sisi.

Y para ver también, obvio, jaja.

En fin, estoy emocionada por la eliminatoria, más que nada por jugar en la final contra el Otomo, y demostrarle a Urabe y los demás que soy mucho más fuerte que ellos, y que no le ganan a nadie.


Estaba durmiendo en mi habitación tranquilamente, hasta que despierto con ganas de... ¿vomitar?

[Narra Tsubasa]

Diooooos míooooooo, ¡Hisako es tan ruidosa! Estaba durmiendo de lo más tranquilo, cuando siento que se levanta y va al baño.

Me fijo en la hora: son las tres y veinticuatro de la madrugada. ¿Por qué estará despierta a esa hora, si nosotros nos levantamos a las siete?

Una arcada interrumpió mis pensamientos, luego son varias arcadas y un vómito...

¿Hisako está vomitando?

Regresó a la habitación luego de tirar la cisterna. Eso del vómito me tiene preocupado. ¿Habrá comido algo que le haya caído mal? Se supone que ella es saludable... O tal vez aprovecha a comer porquerías en la casa de Hyuga.

No lo sé. Lo único que quiero hacer ahora es dormir. Tengo sueñoooo.

[Narra Hisako]

Hoy es sábado. Mis compañeros de equipo y yo vamos a entrenar, y luego voy a tener una piyamada en la casa de Sanae. Yukari, Kumi y Yuri también van a estar ahí. Va a ser genial.

Aun después de haber vomitado anoche, quiero entrenar. Igual, le dije al entrenador que me sentía un poco mal anoche, así que si me siento mal en el entrenamiento, me va a dejar ver a los muchachos junto con las chicas.


Kisugi tiene el balón y se lo pasa a Taki, quien se lo pasa a mi hermano y éste le anota al portero del otro equipo.

─¡Así se hace, Tsubasa!─ celebra Kumi.

─Son los mejores─ dice Yukari.

─Así es. Este es el fabuloso equipo Nankatsu─ añade Sanae.

─Más que nada Tsubasa─ le dice Kumi.

─Yo quería mi Tsubasaki─ digo.


Los del equipo contrario se acercaban a mí, pero yo les quité el balón e hice un pase largo hacia Ishizaki, quien remató de palomita y anotó otro gol.

─¡Ese es el mono!

─No me llames mono, por favor.


El entrenamiento terminó. Por suerte no me sentí mal como anoche, aunque ahora me siento un poco... ¿mareada?

¡¿Qué mierda me está pasando?!


Estoy en la puerta de la casa de Sanae tocando el timbre. Ella me abre y me saluda.

─Bienvenida, Hisako─ dice con una sonrisa.

─Gracias, jeje. ¿Soy la última en llegar?

─Sí.

─Kumi está aquí desde las seis de la tarde ayudándome con los arreglos de la piyamada, Yukari llegó hace una hora y Yuri llegó hace cuarenta minutos.

─¿Me perdí de muchas cosas?

─Nah, estábamos viendo vídeos graciosos para entretenernos. No queríamos ver la película sin ti, sería una falta de respeto.

─¡Eso es ser una buena amiga!─ la abrazo.

─Jeje, tampoco es para tanto. Bueno, ¿entramos?

─Hai─ digo sí, en japonés.

Entro a su habitación, y están Kumi, Yuri y Yukari en la enorme cama de Sanae. Kumi salta de la cama, ¡y se tira encima de mí!

─¡Llegó Hisakoooo!

─Ay, Kumi, la vas a matar antes de que se divierta─ le dice Yukari.

─Jejeje, lo siento.

─Bueno, empecemos con la piyamada. Voy a traer unos licuados multifruta que hice de tarde con Kumi, y unos panchos con papas fritas que estoy haciendo─ nos dice Sanae y va a la cocina.

─Dios, ver a Sanae así me pone muy mal─ les digo, sintiéndome un poco "culpable".

─¿Por qué?

─Porque antes no me caía bien, pero ahora es una de mis mejores amigas... es tan buena... me hace sentir una gran tonta.

─Eso suele pasar─ Yuri rodea mis hombros con su brazo.

─Ya traje la comida─ Sanae entra a la habitación con todo en sus brazos.

─Recuerdo que yo cometí un terrible error haciendo los batidos─ nos cuenta Kumi.

─¿De qué hablas?

─Ah, de eso...─ dice Sanae.

─Sí...

─Ya dinos─ le pide Yukari, impaciente.

─Bueno, estaba poniendo las frutas en la licuadora, pero olvidé ponerle la tapa, entonces... apreté el botón y... ¡toda la cocina bañada en frutas!

Las cinco estallamos en risas. ¿A quién no le ha pasado eso?


Comimos, vimos la película, hablamos de los chicos que nos gustan (obviamente), resumiendo todo: hicimos de todo en una sola noche. Me divertí un montón.

𝗠𝗔𝗟𝗗𝗜𝗧𝗢 𝗙𝗘𝗟𝗜𝗡𝗢 ❱ 𝗖𝗧 ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora