Me llamo Hisako Ozora

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[Narra Hisako]

Soy Hisako Ozora, de doce años de edad. Mi familia y yo nos mudamos a la ciudad de Nankatsu en la prefectura de Shizuoka. Mi hermano y yo fuimos con nuestros balones a explorar dicha ciudad, ¡es muy hermosa! Me encantan los árboles Sakura, el monte Fuji... ¡Todo es hermoso!

Fuimos hasta una cancha de fútbol, la cual se convirtió después en la cancha donde entrenaríamos todos los días. Ahí fue donde conocimos a nuestros amigos: Ishizaki, alias "Jorge el curioso, y Wakabayashi, alias "el Ganso" okey no, jaja.

En el torneo entre el Nankatsu y el Shutetsu, jugamos contra Wakabayashi y su equipo. Realmente eran muy buenos. Yo suelo jugar como defensa. Mi estrategia consiste en evitar goles del equipo contrario y hacer pases largos para los delanteros, genial, ¿no? En ese partido, Ishizaki se lesionó y un niño que entró a Nankatsu lo cubrió. Su nombre es Taro Misaki. Ese niño se convirtió rápidamente en mi mejor amigo. No le puse ningún apodo como a los demás, aunque podría ponerle "niño kawaii" (porque es un amor, lo más adorable que nunca vas a ver en tu vida).

En fin, la cuestión es que empatamos el partido dos a dos. Tsubasa y Misaki se convirtieron en el "dueto dorado", ya que sus habilidades son igual de asombrosas. Cómo quisiera tener a alguien con quien formar uno.

Ahora estamos entrando para iniciar el Torneo Nacional de escuelas primarias. Ya logramos clasificar. Mi hermano y Misaki están haciendo pases perfectos, y yo tengo que jugar contra el mono y los demás, quienes son demasiado fácil de burlar.

─¡Oye, Hisako, no hagas centros tan difíciles!─ se queja Taki, alias "el conejo". Sí, otro más que tiene apodo.

─¡Jódete! ¡Voy a anotar un gol a mi manera!─ le anoto un gol a Morisaki. Créanme que no sabe atajar nada, okey no. Menos mal que vamos a contar con el Ganso para el Torneo Nacional.

Una vez terminó el entrenamiento, mi hermano y yo fuimos a casa dominando el balón, como siempre, jaja, es que de veras amo el fútbol. Tuve la suerte de entrar a una escuela donde aceptan chicas en los partidos. Mi hermano y yo somos igual de buenos en ese deporte mágico.


Desperté luego de una larga noche de sueño. Soñé que Wakabayashi era un ganso de verdad (¡hasta usaba la gorra!) y yo le llevaba galletas y leche en un plato. El ganso tenía huevos y al verme, se acercaba y me picoteaba lo que le traía, jajaja. Yo y mi imaginación.

Fui al baño y me lavé la cara y demás. Mi hermano estaba entrenando con Roberto desde las cinco de la mañana. Una vez terminé de ducharme, él regresó con esa sonrisa que lo caracteriza.

Almorzamos con mamá y salimos a la escuela a entrenar aún más. Me encanta entrenar con Tsubasa y Misaki.


Fue otro día agotador de entrenamiento. Aunque yo no me canso, no, para nada.

Hicimos las tareas de la escuela y estábamos por pulir nuestros balones, hasta que oímos la voz de mamá:

─No puede ser, no quedan lechugas ni tomates...

─¿Quieres que vaya, mamá?─ me ofrezco.

─Hisako... Es muy tarde..., y tú debes dormir...

─Psssh, estoy bien, mamá. La que debe dormir eres tú.

─Pero Hisako...

─Di que síiiiiiiiii─ junto mis manos.

─Está bien. Pero ten cuidado.

─Por supuesto─ salgo junto con mi balón. Mejor lo pulo cuando vuelva (no puedo salir sin mi querido balón).



𝗠𝗔𝗟𝗗𝗜𝗧𝗢 𝗙𝗘𝗟𝗜𝗡𝗢 ❱ 𝗖𝗧 ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora