Tigre furioso

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[Narra Hisako]

Llegamos a casa, y Eri fue a jugar con sus cosas a su habitación. Sólo espero que no rompa las ventanas con el balón de fútbol. Nah, lo dudo. Es muy pequeña aún. No creo que tenga tanta fuerza para patear un balón... Aunque es hija del tigre Kojiro Hyuga, si se llega a enojar, podría usar la ira para convertirla en fuerza bruta y provocar destrozos.

─¿Qué te compraste, Hisako?─ me preguntó el tigre más hermoso de todos.

─Me compré de todo, repito: ¡de todo! Había sudaderas con veinte por ciento de descuento, jeans rotos con diez por ciento de descuento, ¡y camisetas de otros países con veinticinco por ciento de descuento!

─Realmente te divertiste, jaja.

─Síp.

─Yo también la pasé genial. En verdad es hermoso tener una hija. Eri realmente trae alegría a la casa.

─Gracias por no haber usado condón ese día─ reí.

─¡Hisako!

─Jeje, era broma.

─¡Mami, papi, tengo hambre!

─¡Ya va a estar lista la comida! ¡Espera diez minutos!

─Voy a ir a verla─ dijo Kojiro y se fue a la habitación de Eri.

[Narra Hyuga]

Entré a la habitación y vi a Eri acariciando al tigre de peluche.

─Eri, ¿te gusta?

─¡Lo amo!─ lo abrazó.

─¿Cómo lo vas a llamar?

─Mmm, no lo sé.

─¿Qué te parece...? De hecho no se me ocurre nada, jeje.

─¿Qué les parece Miu?─ sugirió Hisako en la puerta.

─¿Miu? ¡Me encanta!

─Eres buena con los nombres─ le dije.

─Yo fui quien eligió el nombre para nuestra hija, ¿no?

─Estás en lo correcto─ la besé en los labios.

─¿Hmm? ¿Qué es ese extraño ritual, papi?

¿A qué se refiere con "ritual"? ¿No estará hablando del beso? ¿Ella piensa que darse un beso es un ritual? ¡Es tan inocente!

¿Pero qué le contesto?

Etto... Es algo que hacen los adultos, jeje.

─Pero en mi escuela vi a un niño hacer eso con una niña.

Empecé a ponerme nervioso. ¿Pero por qué? Si es sólo una niña... ¿Qué fue lo que me puso tan nervioso? ¿Era, acaso, vergüenza de contarle cosas que hacen los grandes?

─Ammm... Los niños pueden besarse, también─ respondió Hisako.

─¿Entonces tengo que encontrar a alguien que me haga eso?

─Primero tienes que hacer un amigo, luego pasan tiempo juntos "como amigos"─ entrecomilló en el aire─, y cuando sienten que quieren ser algo más que amigos, se besan.

─No entendí nada de lo que dijiste, mami, pero gracias por decírmelo.

─Jeje, de nada. Ahora bajemos, que la comida está pronta.

─¡Síiiiiiiiii, comida!


Hoy es un nuevo día. Llevamos a Eri al parque a jugar fútbol. Hisako se sentó debajo de un árbol a tomar sol, mientras que nosotros jugamos un poco. Yo tengo el balón y ella tiene que tratar de quitármelo.

─¿Qué pasó? ¿No puedes quitarle el balón a tu papi?

Ella ríe y ríe tratando de quitármelo.

─¡Te lo quitaré sin duda, papá!

Realmente admiro la determinación de esta tigresita. Es igual a mí, sin dudarlo.

─¡Kojiro, mira esto!─ Hisako me grita, levantando el celular en el aire.

Aprovechando la distracción, ella me quita el balón.

─¡Lo logré!

─¡Esa es mi hija! Quédate aquí un poquito. Voy a ver qué quiere tu mamá. No te alejes mucho, por favor─ le doy un beso en la coronilla y voy a ver a Hisako.

[Narra Eri]

Le doy una gran patada al balón, pero se me va, corro hacia no sé dónde para encontrarlo.

Salgo de unos arbustos, y cuando veo el balón, me acerco corriendo hacia él, pero al ver que está en los pies de alguien, miro hacia arriba y veo al tío Sorimachi con las tías Rika y Suzuki.

─¡Eri-chan!

─Ha pasado tiempo desde que te vi─ dice Suzuki.

─¿Y ese balón?─ Sorimachi me upa y me ve a los ojos.

─Papi me lo consiguió.

─¡Qué tierno que es tu papi!

Sorimachi me baja y yo vuelvo a patear el balón, pero éste rueda por una bajada.

─No otra vez.

Suzuki me acompaña a buscarlo.

[Narra Hyuga]

¡Eri se extravió!

Estoy buscándola desesperadamente por todos lados, hasta que me encuentro con Sorimachi y Rika.

─¡Hola, Hyu...!

─¡¿DÓNDE ESTÁ ERI?!

─Tra-tranquilo... Ella está...

─¡¿DÓNDE-ESTÁ-ERI?!─ lo agarro del cuello y lo levanto en el aire. En este momento me he convertido en un tigre furioso que haría lo que sea por encontrar a su cría antes de que los predadores la... Mejor no sigo pensando en eso.

─Su-suél-suéltame...

─¡KAZUKI! ¡BÁJALO!

─¡RESPONDE LA PREGUNTA: ¡¿DÓNDE-ESTÁ-ERI?!

─¡RESPONDE LA PREGUNTA: ¡¿DÓNDE-ESTÁ-ERI?!

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─Papá...

Inmediatamente miro detrás de Sorimachi: ella me mira con una expresión de sorpresa.

─Aquí está─ dice Suzuki, con las manos en las rodillas, respirando agitadamente.

Suelto a Sorimachi y le doy un fuerte abrazo a mi hijita.

─¡Pensé que te habías perdido!

─Lo siento, papi, es que se me fue la pelota.

─Fue mi culpa por dejarte sola─ la cargo a upa y ella recuesta su cabeza en mi hombro. Está agotada─. Nos vemos, chicos─ me voy de ahí─. Adivina qué, bomboncito: mamá y yo te compraremos un helado, que había llegado un camión de helado a donde estábamos nosotros.

─Síii, helado...─ siento que se está por dormir.

[Narra Sorimachi]

Ese maldito felino. Casi me ahorca y ni siquiera me ayuda a levantarme.

𝗠𝗔𝗟𝗗𝗜𝗧𝗢 𝗙𝗘𝗟𝗜𝗡𝗢 ❱ 𝗖𝗧 ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora