ESPECIAL: Un milagro (2/2)

287 24 31
                                    

[Narra Mizumi]

Los siguientes días transcurrieron tranquilamente (algo que nunca fue común en esta casa). La presencia de Daisuke tranquilizó a mamá, pero aún así nos insulta cuando se enoja. Y yo sigo yendo a lo de Takeshi o Kaito porque ellos salen todo el tiempo, y mi hermano siempre está en casa, y es muy peligroso estar ahí.

Daisuke no me cae mal: él trabaja como chef en un restaurante en la ciudad (más que nada en la punta, donde está la costa), y gana bastante bien. La plata que gana la reparte para todos. A mí me dio para comprarme los útiles que me faltan (porque hay cosas que ya están muy desgastadas), a mi hermano le dio para que haga no sé qué, y a mamá también le dio. Como supo que el colegio paga nuestros gastos de comida y vivienda, decidió gastar un poco de su plata en materiales para reemplazar mi pared de corcho por una de yeso.

¡Papá nunca había hecho arreglos en la casa! ¡Daisuke es otro hombre! De esos que están dispuestos a arreglar el hogar.


Mamá y mi hermano se fueron a dormir. Daisuke se quedó despierto arreglando cosas para cambiar la pared mañana. Yo me levanté para hablar con él.

─Daisuke...

─¿Hmm? Mizumi, eres tú.

─Me parece genial que hayas decidido poner una pared de yeso para mi cuarto. No tienes idea de lo agradecida que estoy contigo.

─Tú te lo mereces. Tu casa realmente necesita cambios.

─Lo sé. Yyyyy, ¿te gusta vivir aquí?

─Para ser honesto, no me gusta cómo Kazue los maltrata a ustedes.

─Siempre se anda quejando de que nosotros le "chupamos" la felicidad, como las sanguijuelas chupan la sangre, porque papá no usó condón ni a los quince ni a los veintiuno (cuando nací yo), y toda la vida le echó la culpa de nuestra existencia... y a nosotros de que ya no es feliz...

─¡Eso es injusto! ¡Los hijos son una bendición!

─¿Tú llegaste a tener hijos?

─No, Mizumi. Solo me dediqué a trabajar.

─¿Puedo hacerte una pregunta?

─Claro.

─¿Tú... quieres tener hijos con mamá?

─No lo sé... Yo no pienso en tener hijos la primera vez que salgo con una mujer. Verás, yo me enamoré de tu madre porque es hermosa, pero al verla maltratándolos a ustedes, me hace pensar que fue un error el haberla elegido a ella, aunque tú no lo eres. De ustedes tres, tú eres la razón de por qué quiero estar aquí y darte la vida que ellos nunca te dieron.

Casi me largo a llorar.

─Gra-gracias─ sin pensarlo dos veces, le doy un enorme abrazo.


─¿El hombre está trabajando en una pared de yeso para ti?— me pregunta Takeshi.

─Así es. Estoy muy feliz. Primero te conocí a ti, y me ayudaste a salvar los exámenes, y ahora llegó Daisuke a mi vida.

─Felicidades─ me sonríe.

─Lo mejor de todo es que él trabaja muy bien y me da parte de su dinero para las cosas que necesito.

─Eso es muy bueno. Ya era hora de empezar un nuevo estilo de vida.


Vuelvo a casa, Daisuke está pintando la pared. Entro al baño a hacer mis necesidades, pero entonces escucho los gritos de mi madre:

─¡¿Cuándo vas a terminar con esa pared, Daisuke?! ¡Llevas todo el día haciendo ruidos! ¡Gastas todo el día haciendo una pared de yeso para la niña, que ni cuenta se da si la pared es de corcho o de otro material! Ni sabe dónde está parada, el estorbo...

─¡¿Cómo que "estorbo"?! ¡Es tu hija, Kazue! ¡Es una bendición!

─Sí, claro...

─¡Además, estos últimos días pagué yo los útiles escolares de Mizumi! ¡Tú te gastas la plata en estupideces! ¡Ni en ella gastas, nunca gastaste en ella! La nena anda con el mismo vestido blanco de siempre...

─¡Que ella se maneje con la casa que tiene! ¡Que no sea malagradecida y sea feliz de tener techo!

─¡Esta casa literalmente se está cayendo! ¡¿Sabes qué?! ¡Se acabó, me voy de esta casa!

No, no puede ser. ¡Daisuke no puede irse! ¡Lo necesito! Ya empecé a quererlo como a un padre, como al padre que sí tuve pero que siempre estuvo ausente.

[Narra Daisuke]

No puedo seguir viviendo en esta casa donde todos se pegan entre ellos, pero... no puedo dejar sola a esta niña, quien se está intoxicando con cada cosa que sucede ahí.

Mizumi es algo así como una hija para mí.

Tengo que sacarla de esta casa...

[Narra Mizumi]

Estoy durmiendo con la nueva pared de yeso. En eso, escucho que golpean la puerta de mi cuarto, seguido por la voz de Daisuke diciendo mi nombre. Corro la mesa de mármol, destrabo la puerta y la abro.

─¿Qué sucede?

─Apronta tu mochila con tus cosas. Te voy a llevar a mi casa...

─¿A tu casa?

─No puedo seguir viviendo con esta loca y tu hermano, y tú tampoco puedes. Así que te llevaré a mi casa, que tiene espacio y todo.

─Está bien, pero ¿y el colegio?

─Tranquila, seguirás yendo al mismo colegio. Sólo será una mudanza de casa.

No sé qué decir. Al fin podré abandonar este lugar que siempre supe que no era seguro. Me iré con el hombre que me dio lo que jamás me dieron en la vida: amor.

Lo vuelvo a abrazar, y en un susurro le digo:

─No eres mi papá, pero me hubiera gustado que lo fueras en todos estos años.

─Y a mí me hubiera gustado que hayas sido mi hija, pero podemos ser padre e hija a partir de hoy.


Nos fuimos de ese lugar con una enorme sonrisa. La casa de Daisuke es hermosa, y muy espaciosa.

Primero conocí a Kaito, luego a Takeshi, y ahora a Daisuke.

A pesar de las imperfecciones de mi vida, no puedo mentir: ¡soy feliz! Ahora sí soy feliz.

𝗠𝗔𝗟𝗗𝗜𝗧𝗢 𝗙𝗘𝗟𝗜𝗡𝗢 ❱ 𝗖𝗧 ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora