ESPECIAL: La primera cita

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[Narra Hisako]

Estoy en mi cuarto leyendo un libro de fútbol (bah, se trata de una chica que quiere romper el estereotipo de "las chicas no pueden jugar fútbol", y quiere jugar en un torneo júnior en Saitama). Este libro me hace acordar a mí.

En eso, siento que alguien toca mi ventana: ¡es mi hermoso novio Kojiro!

Le abro la ventana y éste se acomoda la gorra; está vestido con la camiseta del Meiwa (como siempre, remangada), unos pantalones negros por la rodilla, sus zapatos rojos y la típica gorra blanca. Es un bombón.

─Mi querida tigresa, de cabello largo y sedoso, te invito a ir a por un helado, ¿qué opinas?─ dice como si fuera un señor.

─Oh, mi tigre suculento, no era necesario entrar por la ventana, hubieras tocado la puerta, ¿no crees?

─Tal vez, pero tu hermano me hubiera visto y se hubiera burlado.

─Nah, mi bello hermano es incapaz.

Entonces, Tsubasa abre la puerta de la habitación.

─¿Hmm? ¿Y Hyuga cómo entró?

─Por la ventana, solo para no encontrarme contigo.

─Qué cruel─ finge una cara de ofendido.

─No llores, hermanito─ le doy un abrazo.

─¿Por qué me odias, Hyuga? Si dijiste que habías aceptado tu derrota en el torneo.

─No te odio, es que...

─Ah, es cierto que eres el novio de mi hermana.

─Vámonos, Hisako─ me toma de la mano y me lleva a la cocina, donde está mamá cocinando para Tsubasa y papá, y él tomando un café.

─Mamá, ¿puedo ir a tomar un helado con Hyuga?

─¿Con Hyuga? No lo sé...

─Di que síiiii─ junto las manos.

─Bueno, está bien, pero vuelvan antes de las cinco, que tenemos que ir a Tokio a visitar a la abuela.

─¡Gracias, mamá!

─De nada─ me sonríe.

─Adiós, señora Ozora─ dice Hyuga, y salimos de casa.

─¿Pe-pero cómo entró Hyuga?


Estamos en la heladería. ¡Hay tantos sabores! ¡No sé cuál comer! ¡Ayudaaaaa!

En ese momento, veo que hay paletas con formas de animales, ¡y hay una de tigre! Mejor dicho, hay dos.

─Kojiro, ya tomé una decisión.

─Yo también.

─Queremos las dos de tigre, por favor─ le decimos al señor.

Nos las da y le pagamos. Salimos de ahí y vamos a caminar por la playa.

Podemos sentir la arena entre nuestros pies. Kojiro se ve tan lindo con el mar de fondo...

─Oye, no hay nadie, ¿qué tal si nos vamos a bañar?

─Pero no traje ropa de baño.

─Si no hay nadie... Sólo quítate la ropa, aunque sea la camiseta. Si no te molesta bañarte en shorts...─ se saca la camiseta...

Ese hombre... tiene un cuerpo divino, y eso que solo tiene doce años.

Yo me quedé tan embobada, que no me enteré que me había quitado la camiseta.

─¡K-kojiro!

─¿Qué esperas? Vamos─ me toma de la mano otra vez y corremos al agua.

Nos salpicamos, tiramos agua, fuimos empujados por olas, hicimos de todo un poco. Fue muy divertido.

Kojiro me toma de la cintura y me mira a los ojos.

─Eres hermosa, Hisako, ¿lo sabías?

─Obvio.

─Eres una diosa en el fútbol.

─Obvio, jaja.

─Vaya, qué autoestima─ se ríe─. No sé por qué no te eligieron para formar parte del colegio Toho.

─Porque no se fijan en mí, en vez de fijarse en mí se fijan en el enano de mi hermano.

─Lo sé, pero para mí, tú eres mucho mejor que él─ me besa en los labios. Rodeo su cuello con mis brazos y le correspondo el beso. Estamos basándonos en el mar... es como un sueño hecho realidad, bien cliché, pero me vale un pepino.

Mi primera cita resultó ser la mejor de toda mi vida (y eso que aún faltan varias, juju)

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Mi primera cita resultó ser la mejor de toda mi vida (y eso que aún faltan varias, juju).

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