Fuera del set #1

20.

VEINTE

No sé qué demonios pasa o porqué estoy en una cama que desconozco. Hay una mujer frente a mí que está hablando, pero no la oigo realmente hasta que pone su mano en mi hombro.

—¿Isla, me escuchas?—la voz femenina me es desconocida y frunzo el ceño—. No te asustes, pero estás en el hospital.

La observo, notando su uniforme blanco y el olor a antisépticos me golpea.

—¿Quién eres? ¿Dónde...?

—Me llamo Teresa, soy doctora. Estás en el hospital, ¿Recuerdas qué pasó?

Niego, muy abrumada como para entender qué pasó.

—¿Me desmayé? —mi cuerpo está demasiado pesado, pero intento incorporarme de la camilla.

—Así es, tuviste un pico de estrés y te desvaneciste—me explica—. Mientras estabas desmayada te sacamos un poco de sangre para descartar que no sea otra cosa, es algo rutinario. Tu amigo firmó el permiso.

—Está bien—todavía estoy un poco aturdida. Intento ubicar un reloj o algo que me deje ver qué hora es—. Yo...

—Necesito tomar tu presión— ella me muestra el tensiómetro y yo estiro mi brazo, desganada, tratando de orientarme en tiempo y espacio —. El resultado del análisis estará en unas horas, mientras tanto, lo mejor sería que te quedes aquí, tranquila—me dice—, ¿Quieres que llame a tus amigos?

—¿Mis amigos?— le pregunto con confusión.

—Un chico fue el que vino contigo en la ambulancia y luego otro llegó. Ambos lucen bastante preocupados— explica—. Están fuera, pero quise que despertaras antes de que ellos entren, ¿Los dejo pasar?

—Está bien, gracias.

Ella me da una sonrisa y sale. Muy poco después, Liam y Killian se meten en la habitación, ambos lucen preocupados. Mi amigo tiene el rostro cansado y Killian luce nervioso. Me encantaría verme a mí misma en este momento, porque seguro luzco demacrada y pálida.

—¿Cómo estás? — Liam es el primero en hablar.

Logro ubicarme un poco más en tiempo— espacio, recordando lo que ha pasado en la universidad, con Emerst y con la exposición de mis vídeos. Me froto el rostro, observando alrededor, antes de responder:

—Bien, en realidad— omito el hecho de que aún tengo ganas de matar a Emerst —. Creo que colapsé.

—Me asustaste— sigue mi amigo—, cuando te desplomaste, te traje aquí y llamé a Killian, no sabía a quién más llamar —se excusa —. No sabía cómo ponerme en contacto con algún familiar y luego recordé que ellos están lejos y... el número de Killian estaba en marcación rápida, así que...

—Está bien, gracias Liam — intento sonreírle, porque sé que él está estresado y realmente quiero que deje de preocuparse—. Solo fue un bajón por el estrés. Estaré bien.