Las dos semanas anteriores al evento podrían tranquilamente ser una película.
Porno, una porno.
Killian y yo vamos de Fetish al galpón y del galpón a la casa, en donde nos convertimos en los métodicos dueños de Gokú, para luego meternos en la cama y seguir... practicando. Quién hubiera dicho que podíamos follar tanto. Y cada vez es mejor. La verdad es que dejar que Killian tomara el control absoluto no fue tan malo como esperaba. Incluso creo que nos hizo conectar en otro plano.
El sábado— el dichoso sábado del evento — llega y yo creo que podría vomitar en cualquier momento. Ninguna preparación, ni la cantidad exagerada de orgamos que he tenido las últimas semanas son capaces de mantenerme tranquila respecto a lo que pasará. Cualquier atisbo de confianza que obtuve los últimos días desaparece.
Estoy parada delante del espejo de la habitación, mirando el atuendo que hemos armado entre Killian y yo y hay algo que no termina de convencerme. Siento que le falta algo. Es un vestido negro, ajustado, por encima de las rodillas, con dos cortes en la cintura, que dejan que se vea mi tatuaje a la altura de las costillas y una argolla que une los dos trozos de tela que cubren mis pechos, sin embargo, hay algo demasiado simple en el vestido.
—Isla— Killian entra en la habitación, ya vestido. Tiene una camisa negra, un pantalón del mismo color y zapatos a juego.
—Parecemos los Locos Addams— le digo, mirándolo a los ojos a través del espejo.
¿Los locos Adams? ¿En serio, Simone?
—¿Ya estás lista? — niego — ¿Qué ocurre?
—le falta algo— murmuro, mirando el vestido y los zapatos, ya puestos en mí— al vestido le falta algo.
—casi lo olvido— Killian va al mueble, lo escucho abrir una caja y volver, parándose detrás de mí— en el mundo del sadomasoquismo, sobretodo en estos eventos, es normal que se manejen ciertos códigos, para evitar altercados.
—¿Altercados? — le pregunto, un poco asustada.
Tenme paciencia, hombre, que es mi primera vez.
—no pasará nada— me aclara, sonriendo lentamente— pero, hay ciertos códigos; los sumisos o sumisas que ya tienen amos o dueños, llevan collares con una argolla de metal en el centro, como este— él me muestra una tira de cuero negra, delgada— los sumisos que estén buscando amos o amas, llevan uno igual pero sin argollas.
—¿Y los amos, llevan algo? — él pone el collar alrededor de mi cuello, completando la falencia de mi atuendo. Se ve completo ahora y me siento como una perra. Bien, es algo.
—no, la mayoría no llevan nada— me dice, sacándome del análisis que estoy haciendo sobre mí misma— ahora sí, ¿Ya estás?
—¿Le dejaste comida a Gokú? — Killian asiente y me siento ridícula hablando sobre nuestra inocente bola de pelos, cuando en un rato estaremos en un ambiente atestado de sexo y pecados— ¿Crees que él sepa qué haremos?
—lo que yo creo, es que él vive aquí y que aunque hemos cerrado la puerta de la habitación posiblemente nos escuchó— dice, refiriéndose a que hemos follado en la habitación... y el sillón.
—¿Crees que lo hemos perturbado? — no puedo evitar mirar al cachorro, totalmente ajeno a lo que vamos a hacer. Gokú está concentrado en su juguete, nada más le importa.
—no lo creo, Isla— Killian me pasa el abrigo y pocos minutos después, estamos en el auto, de camino a la convención. Tardamos casi una hora en llegar y ya casi estamos a las afueras de la ciudad. Killian detiene el auto a metros de lo que parece un hotel, por el tamaño y la iluminación— no te alejes de mi, ¿Bien? — asiento — y tampoco tomes nada de lo que te ofrezcan, si tienes sed me avisas, pero no tomes nada— no sé por qué me lo dice, pero asiento,a sabiendas de que no voy a tomar nada. Tengo el estómago anudado por los nervios y ni siquiera fui capaz de cenar.
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Fuera del set #1
Literatura FemininaBajo el seudónimo de Penny, Isla Simone hace sus videos. Ella es una actriz porno que trabaja para una de las página más conocidas de la industria. Su trabajo le permite costear sus estudio y mantenerse, y realmente no es tan desagradable como parec...