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DIECISIETE

La clase de Teoría del Derecho es de lo más aburrida. Estamos trabajando sobre casos prácticos, en equipos y al menos agradezco que estoy con Liam, Luis y otra chica de la que recién me entero el nombre. Además, el trabajo llevará nota.

—¿Has entendido esto? — Liam me da un golpe leve con el lápiz en el brazo, sacándome de mi ensoñación.

—Lo siento, no estaba prestando atención— digo, sincera.

La verdad es que mi cabeza está todavía en el viernes, Killian y el orfanato. No he podido dejar de darle vueltas a eso durante todo el fin de semana— en el que no he visto al tatuado, de hecho— y honestamente, siento que necesito hablar con alguien sobre lo que me pasa con Killian, pero, ¿con quién? No puedo meter a alguien de Fetish en esto, porque nadie sabe que Killian y yo nos vimos algunas veces fuera del set y tampoco puedo hablar con alguien de fuera de Fetish porque hacerlo implicaría tener que explicar cosas que no puedo explicar. Entonces, ¿Qué hago? Tampoco puedo dejar de pensar en Charles, el golpe, las drogas y toda su mierda. No lo he vuelto a ver desde el jueves. Ni siquiera fui capaz de decirles a mis padres, todavía. En algún momento tendré que sentarme con ellos y entre los tres, hacer algo por mi hermano, porque yo sola, no puedo.

—¡Isla! — Liam vuelve a tocarme el brazo con insistencia—. Presta un poco de atención, ¿Quieres?

Bufo.

—Ella es culpable, mató al marido, la vecina es cómplice puesto que sus declaraciones son exactamente iguales, sin una mínima diferencia y eso sólo pudo haber sido ensayado, ella tiene que ir a la cárcel por al menos cuarenta años ya que es un asesinato en primer grado, agravado por vínculo y la otra mujer debe ir por al menos diez con permiso a fianza, ¿Feliz?

Liam me observa.

—Hemos terminado con ese caso hace al menos diez minutos. ¿Qué pasa contigo? — Liam parece ensañado en molestarme hoy.

—Sólo estoy cansada— me excuso, lo que en realidad no es mentira.

—Bien, solo queda media hora y podremos salir de aquí— me dice. Asiento lentamente y hago un esfuerzo por concentrarme y prestar atención.

La chica que está trabajando con nosotros, Carla, lee el enunciado del último punto y lo resolvemos lo más rápido que podemos. Cuando terminamos, los cuatro firmamos la hoja, aunque realmente me siento culpable por no haber hecho prácticamente nada. Luis es quien se la da a la profesora, que ya nos deja irnos.

Carla y yo vamos juntas al baño y Luis y Liam dicen que van a esperarnos. Hemos quedado en tomar algo, puesto que esta es nuestra última semana antes de que salgamos de vacaciones. Vamos a un bar que está en la esquina de la universidad y luego de pedir unas cervezas— aunque son las once de la mañana— nos sentamos en una mesa de cuatro. Liam está frente a mi y Carla está a mi lado, quedando Luis frente a ella.

—¿Tú estás cursando Filosofía? — Carla mira a Liam.

—Si, Isla y Luis también— le responde él—, aunque agradezco el cambio de docente, Emerst era un hijo de puta.

—¿Alguien sabe qué pasó con él?

Piso el pie de Liam por debajo de la mesa, dándole a entender que no quiero que hable. Hacerlo implicaría que pudiera tener problemas con la administración, por algún intento de difamación, si Emerst alega eso, así que es mejor mantenerlo solo para nosotros. Por suerte, él me entiende.

—No tengo ni idea.

Luis frunce el ceño— ya que él también sabe, dado que Liam le contó— pero no dice nada. Creo que Liam le ha pisado también. Lo que menos quiero, es que se corra el rumor o que me miren. Necesito pasar desapercibida, al menos en la universidad que — hasta ahora— es el único aspecto de mi vida que está más o menos controlado.

Fuera del set #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora