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Mi teléfono suena y tengo que detenerme para sacarlo del bolsillo de mi pantalón. Gokú también se detiene, ya que estamos caminamos por una plaza cercana al edificio.

Al ver la pantalla, leo el nombre de Killian.

—hola.

—hola... ¿Dónde estás? Saliste hace como dos horas—suena un poco preocupado— ¿Estás bien?

—nos quedamos en la plaza y se me fue el tiempo—murmuro—no me di cuenta de la hora.

—está bien, ¿Quieres que vaya a buscarte o...?

—la verdad es que Gokú parece bastante entretenido, pensaba quedarme un rato más, ¿Quieres venir?

—si, tengo que llamar a Susan y luego iré.

—está bien, te veo en un minuto.

Mientras espero a Killian, juego con Gokú. Le compramos una pelota así que se la tiro y el la trae, así al menos gasta un poco de energía, porque tiene demasiada. Lo sacamos varias veces al día, no solo para que haga sus necesidades, sino para que no esté aburrido en el departamento. Killian tarda casi veinte minutos en aparecer y Gokú me ignora por completo cuando lo llamo, para ir corriendo hacia él y comenzar a saltarle. El tatuado se agacha, levanta al cachorro mientras este mueve la cola y le lame la cara y camina hasta donde estoy, sentada en el pasto.

—hola.

—¿Cómo estás? — Killian se deja caer a mi lado y suelta al cachorro, que salta sobre sus piernas y comienza a molestarlo— cálmate, bola de pelos— ambos parecen comenzar una guerra silenciosa y el cachorro se aleja de él, para venir conmigo, lo que hace que Killian ruede los ojos, ya que él en serio parece estar celoso cuando le doy más atención al cachorro— deja de consentirlo.

—Killian, está todo el día encerrado, es obvio que quiere algo de atención, ¿Cómo puedes negarte a esta carita? — juego un poco más con el cachorro, mientras Killian y yo hablamos— ¿Pudiste hablar con Susan?

—si... van a adoptar a un chico, Lucas, es uno de los más chicos— me dice— así que me pidió ayuda con algunos papeles pendientes.

—eso es genial... ¿Cuándo iremos a verlos?

—podemos ir el próximo fin de semana— me dice— incluso podemos llevar al pulgoso, para que los chicos le gasten un poco la energía.

—creo que sería una buena idea— sonrío y veo a Gokú con una rama en su boca— creo que ya está cansado— ¿Y cuándo es lo otro?

—¿Qué otro?

—lo de... eso, Killian, no recuerdo el nombre.

—ah, eso— él lo dice de una forma divertido— en dos semanas, ¿Por qué?

—curiosidad.

—¿Vamos a ir?

—lo estoy pensando— me acuesto en el pasto— pero en el caso de ir, no quiero terminar en nada... raro, Killian. Ni trios, ni orgías ni nada de eso.

—eso lo suponía, pero tranquila, no pensaba llevarte a un lugar que no fuera seguro.

—bien, genial.— lo miro un segundo antes de preguntar— ¿A cuántas has ido?

—a muchas— suspira— voy hace muchos años, Isla, desde que... me metí en esto, así que supongo que diez u once años.

—es es mucho tiempo— murmuro.

—lo es, sí.

—¿Y... se supone que cada quien va por su cuenta o...?

—puedes ir solo, acompañado... hay mucha gente que va por curiosidad, para ver de qué trata todo eso... hay sumisos que van buscando amos, amos buscando sumisos...— él se encoge de hombros— hay de todo.

Fuera del set #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora