Capítulo XIX

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Julián

Ver esos golpes en su rostro y ese hematoma en su costado, me hierve la sangre, me hubiera esperado eso de su padre pero no de su madre, la señora Johnson tan amable aparenta ser pero en realidad es un monstruo, tendré que hablar con ella, no quiero que ella sufra por todo esto, ellos no entienden que es muy difícil estar alejados, lo ha intentado solo un día y estuvo apunto de sucumbir en el deseo, yo no puedo soportar verla llorar, los golpes no son nada sino las palabras, llamar a su hija zorra es en colmo, yo he sido el único hombre de su vida y prefiero verla muerta que con otro hombre, sé que sonará egoísta pero es que ella tiene algo que despierta eso en mi esa pasividad y celos, no quiero perderla si tengo que alejarme en público sin dirigirla la palabra lo haré.
_ Padre Julián- me llaman desde la puerta es el seminarista Clark.
_ Dime seminarista Clark
_ La señora Johnson lo invita a una cena a su casa con su padre- dice y se va mi padre está acostado en el sofá.
_ Espero que cortes la relación que llevan ustedes- me dice y yo me tenso.
_ No puedo papá.
_ Espero que te aténgase a las consecuencias- me dice para volver a cerrar sus ojos.
_ Ana es lo más importante para mi papá si sigo en esa profesión es por ti, pero veo que mi sacrificio no te sirve de nada, hazla daño y te juro que te hundo- le digo levantandome- prepárate nos vamos a su casa, creo que su madre quiere hablar conmigo.
_ Espero que sepas lo que haces porque te juro que lo lamentarás.
_ Y yo te juro a ti que si la llega a pasar algo tú lamentarás no haberme matado durante mi infancia, soy tu hijo no soy tú papá, te he respetado diez largos años siendo un santo ahora quiero formar mi propia familia como lo hiciste conmigo.
_ Lo sacrifiqué todo por ti, mi vocación mi tiempo, no eres nadie para amenazarme me merezco tu respeto- sus palabras me duelen.
_ Y lo tienes papá, pero creo que ya es hora de que me dejes en paz, para ti tenerme fue un sacrificio, por eso mataste a mi madre, si no me querías podías haberme entregado a mis abuelos que por tu culpa no sé nada de ellos.
_ Quedas advertido Julián,lo que le pase a Ana será culpa únicamente tuya.
_ Hazle algo y te juro que lo perderás todo e incluso Kailie, ¿ crees que ella querrá estar con la persona que le hizo daño a su hermana del alma?, te equivocas, a mi ya me perdiste pero a ella si la puedes te quedarás solo porque yo no estaré- le digo y salgo de la oficina,necesito hablar con alguien.
_ Padre Marcus- llamó en su celular.
_ Buenas tarde hijo, ¿ cómo está?.
_ No lo sé padre, le llamaba para decirle que quiero confesarme y solo con usted puedo hacerlo- le digo con angustia.
_ Vendré en dos días para las confesiones.
_ Gracias Padre que tenga un buen día.
_ Igualmente hijo- cuelgo y vuelvo a la oficina.
_ Tenemos que irnos- le digo él se levanta y nos vamos a mi coche, cuando llegamos nos recibe con una sonrisa llena de desprecio.
_ Buenas tardes- hipócrita- entren- nos lleva al recibidor y nos entrega unas copas de jugo ya que no bebemos y cuando está preparada la comida llega el señor Johnson y entramos para cenar.
_ ¿ Cómo se encuentra Padre Julián?- me pregunta el señor Johnson.
_ Bien gracias ¿y usted?- le pregunto.
_ Bien gracias.
_ Decirles que el padre Marcus llega en dos días para las confesiones.
_ Genial lo hecho mucho de menos fue un gran amigos.
_ El mejor- dice mi padre por fin- me ayudó cuando mis padres me dieron la espalda, me dio tasas sus empresas, comencé a manejarlas y gracias a eso pude criar a mi hijo, no terminé la escuela por cuidar de mi hijo, siempre quise ser un sacerdote pero no se podía por eso Julián lo hizo por mi y espero que permanezca en ello- dice y me mira yo me tenso.
_ Creo que no se puede obligar a un hijo a ser lo que no quiere, Julián alguna vez habrá soñado con tener una hermosa mujer con unos hijos porque si es lo que quiere y permanece en esa vocación por obligación acabará sucumbiendo en el pecado, ¿no crees que es su hora de elegir?- dice Ia madre de Ana, no le esperaba nada de eso.
_ Eso ya lo sé de echo me encargo de que no lo deje, ha nacido para ello- dice mi padre.
_ Usted nació para eso él no- dice la madre de Ana, yo la miro intentando decirla que se calle, a pesar de todo ella es la madre de la mujer a la que amo y no quiero que la pase nada malo- creo que lo que los padres deberían hacer es garantizar la felicidad y la seguridad de sus hijos y sus elecciones son malas- dice mirándome- ayudarles a darse cuenta del error para así corregirlos- termina de decir y en eso se escucha la puerta abrirse y ver a una Ana que pasa a toda prisa.
_ Hija ven a comer- grita su padre.
_ Papi, no tengo hambre solo quiero descansar hemos tenido mucho trabajo hoy- grita subiendo las escaleras- buenas noches- dice y cierra la puerta.
_ ¿ Qué le pasa a mi nena?- pregunta preocupado- desde la noche de la fiesta no la he visto y ahora se comporta como si huyera, ayer la escuché sollozando y tenía la puerta cerrada como si no quisiera ver a nadie, eso no me gusta- dice levantándose para irse- disculpen que tengan una buena noche- se va y yo miro a la madre de Ana, veo culpabilidad en su mirada.
_ Padre Julián- me llama- ¿puede acompañarme al jardín?- yo asiento con la cabeza, para así irnos y dejar a mi padre sentado comiendo.
_ ¿ Porqué le hizo esto a Ana?.
_ Porque Ana cometió un error y tiene que ser castigada por ello.
_ Pero esa no es la manera, puedo alejarme si es lo que quieren, puedo no dirigirle la palabra pero no la maltrates es muy delicada, apenas es una jovencita, no sabe nada de la vida, te juro que estoy enamorado hasta las trancas de ella, pero has escuchado a mi padre, no quiero que le pase nada malo a Ana.
_ Entonces aléjate de mi hija, no te lo volveré a repetir, si no lo haces ella sufrirá las consecuencias- me dice para comenzar de andar hacia la casa- como la dije, no he criado a la zorra de un sacerdote- dice y se va, ya lo tengo decidido voy a dejar la orden y llevarme a mi mujer lejos de aquí, cogí mi mobil para llamar a Kailie.
_ Julián- dice al teléfono.
_ Está decidido en tres días habla con Ana, nos iremos de aquí, renunciar al sacerdocio en dos días y me iré con ella.
_ No creo que sea buena idea, hablaré con ella- me dice y cuelgo, cuando me doy la vuelta mi padre me está mirando con ira.
_ Te lo advertí ahora atente a las consecuencias- dice y se va al coche, nos fuimos a casa y nos dormimos, mi decisión ya está tomada no me importan las consecuencias ella es mía y viviremos nuestro amor.

Bajo las Garras De Un Santo #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora