Capítulo XVIII

1.4K 78 5
                                    

Ana

Desde niña siempre soñé con un amor sencillo, ya saben donde uno ca a la calle o a la universidad y al colegio conoce al chico nuevo, donde pasas por casualidad y conoces a un chico que se impacta con tu belleza, un amor así como el del jefe y una secretaria, el del empleado y la hija de su jefe, el del amigo del hermano, de la hermana, el del policía con la muchacha pasada de copas en un automóvil, o el de una ladrona que es arrestada por el policía sexy o interrogada por el comisario adonis, pero nunca me imaginé que lo mío sería así, ser desvirgada por un hombre supuestamente en mis sueños, enamorarme del sacerdote del pueblo que resulta ser el hombre de mis sueños, amenazada por mi madre para que deje mi relación con él y ahora viendo la cara de desprecio de mi hermana mayor, Sandra.
_ Ana- me llama y yo no me alejo de Julián solo la observo con lágrimas en mis mejillas.
_ Puedo explicarlo- la digo ella me mira con desprecio y asco.
_ ¡¿Qué me vas a explicar?!- me grita y yo bajo la cabeza- ¡¿que andas de zorra con el sacerdote del pueblo?!- yo estalló en llanto.
_ Porfavor, no la hable así- dice Julián mientras me agarra.
_ Puede irse padre Julián, necesito hablar con mi hermana- dice y Julián no dice ninguna palabra solo nos miramos y me da un beso en la cabeza.
_ Ya hablaremos- le digo para hacer que se desmaye y llevarle a su casa en su coche con la ayuda de mi hermana.
_ ¿ Qué le has hecho?- me pregunta con asombro.
_ Se que me van a prohibir estar con él, mi madre y tú ya nos han descubierto y quiero que cuando se levante mañana piense que es un simple sueño todo- cuando llegamos lo dejamos en su cama y salimos sin que nadie nos vea- sé que quieres saber todo y te lo voy a contar- la digo mientras que vamos de camino a casa andando- ¿recuerdas que cuando era pequeño tenía sueños con un hombre?- la pregunto mirándola.
_ Si, recuerdo que me decías que no veías la cara de ese hombre.
_ Un mes antes de la llegada del padre Julian esos sueños se intensificaron ya no eran solo besos sino también sexo, fueron intensos como si mi alma estuviera ligado a él hasta que llegó el padre Julián fue un viernes y esta misma noche del viernes me fui al lago de siempre y vi a un hombre acercarse a mi, al principio no entendí nada, la atracción era tan fuerte que me era imposible rechazarlo, esa noche me entregué a este hombre misterioso sin importarme quien era, porque de alguna que otra forma mi alma ya era suya, no conocía su rostro pero sé que era el hombre de mis sueños, solo veía su mirada de plata, después de estar con él me desperté en mi cama con el pijama pensando que solo era un sueño como todos los demás pero después fui atando cabos, me fui a la ducha pensando que no era nada más que un sueño, pero después me di cuenta de que me dolía todo y cuando orinaba me salían espermas por dentro y vi sangre en mi manta, ese día me di cuenta que perdí mi virginidad con un desconocido, pero eso no era todo, el día me reservaba más sorpresas, aquella tarde del sábado en la supuesta llegada del padre Julian, cuando me fui a los ensayos y llegué tarde le vi, al hombre de mis sueños pero con cara.
_ Aquel día él te miraba con intensidad, como si le perteneciera.
_ Es que le pertenecía, le pertenezco, volví a tener sueños pero sin cara, soñaba que me hacía suya y me despertaba en mi casa, se lo conté todo a Kailie ella se puso a investigar mientras que los sueños se intensificaron y comencé a ver su cara pero yo seguía pensando que solo eran sueños, hasta que le encare y me hizo entender que no lo son, porque yo también le hice lo mismo, tuvimos relaciones sexuales y lo hice desmayar, pero comenzamos a vernos a la luz del sol, mi madre se enteró y nos ha amenazado con dejarlo- mi voz se quiebra- yo... no puedo lo amo, no quiero dejarlo- sollozos y lágrimas salen de mi- él no es sacerdote porque quiere, lo hace por el enfermo de su padre, Julián hace todo lo que esté hombre quiere, él controla a su hijo, si lo deja no sé qué pasaría pero no sería nada bueno, pero os digo que aunque me exijan alejarme de él no lo haré, él es mío yo soy suya, le amo y si tengo que convertirme en la zorra de un sacerdote lo seré- la digo llorando.
_ Ana esto está muy mal- me dice y yo la miro.
_ ¿ y qué hago?- la digo tocando mis manos- si paso un día sin verle sufro de ansiedad, no es fácil para mi, además soy mujer de un solo hombre y él es el primero quiero que sea el único- sigo llorando.
_ No sé Ana solo te digo que puedes meterle en problemas.
_ Lo sé pero ¿qué hago si él no se hace ningún esfuerzo por estar alejado de mi?- le digo- solo pasé un día sin tocarle, solo uno, me volví loca, quise morir estuve a eso- hice un gesto con los dedos- a sucumbir al deseo.
_ Creo que deberías ir a un sicólogo.
_ ¿Qué?- la observo frunciendo el ceño- ni que estuviera loca, estoy enamorada no loca, y después te preguntas el porqué prefiero a Kailie que a ti- la digo y ella me mira.
_ Solo quiero hacerte entrar en razón- dice cuando entramos en un taxi y nos quedamos en silencio yo solo miro hacia la carretera que va directamente a la casa, durante el camino no hablamos cuando llegamos me voy a mi cuarto sin prestarle atención cuando entro encuentro a mi madre se acerca y me da una bofetada.
_ Me decepcionas Ana- me pongo a llorar- una cosa es saber que estas enamorada otra cosa es darte cuenta de que eres la puta de un sacerdote.
_ Ma... mamá- sigo en un susurro mirándola.
_ Alejate de él, no le quiero cerca de ti sino arruinaré su vida- me dice y yo solo lloro.
_ Perdóname mamá- digo llorando- no puedo evitar sentirme así- sollozo- le amo un montón mamá- no dejo de llorar.
_ Ya cállate- golpe, mi madre nunca me había pegado- sino te alejas de él ya sabes porque no crié a una ¡zorra!- golpe, golpe y golpe, me quedé llorando en el suelo mientras me salía sangre en el labio, me fui al baño a ducharme y a dormir mañana es otro día.
Nos fuimos a la iglesia yo iba con los lentes de solo cuando salimos me fui a casa no tuve ganas de hablar con nadie, mi madre no me ha dirigido la palabro y no quiero que mi padre se de cuenta, durante el culto el padre Julián ha estado mirándome de vez en cuando pero he apargado mi mirada para que él no se sa cuenta y Kailie llama pero no contesto, ahora estoy en mi cuarto, de repente entra mi hermana Sandra y me observa.
_ Ha sido mamá- solo dice- lo siento mucho tienes razón debería apoyarte y no juzgarte si haz llegado a ese estreno por él es porque realmente lo amas y yo no soy quien para decirte que no luches por lo que sientes, pero ¿ dónde os llevará esto?-me abraza y se va, yo me voy al espejo para mirar mi costado y hay una gran hematoma ya que mi madre me pateó cuando yo estaba en el suelo, solo me puse a llorar.
_ Ana- escucho que tocan la puerta- Ana preciosa- es mi padre- ¿ estás bien?- me pregunta y yo solo sollozo.
_ Si papá estoy bien- digo desde la puerta del baño- solo quiero descansar ayer no dormí casi nada.
_ Ven a comer- me dice.
_ He comido al llegar padre- mentira, no he comido nada- ya lo haré cuando cuando me despierte- le digo.
_ De acuerdo cariño que descanses- dice y se va, escucho cómo se cierra la puerta, cuando salgo veo a mi madre en el cuarto.
_ Espero ocultes todas estas marcas, son la muestra de tu deshonra- de dice se acerca a mi y yo retrocedo por miedo, eso es lo que me causa mi madre ahora- espero te alejes de él- dice y se va.
Al amanecer me fui al trabajo ni siquiera desayuné, no tuve tiempo, tampoco quería que mi padre me viera con ese labio roto y el hematoma del golpe en la cara, cuando llegué encontré a Kailie en mi oficina, ella me vio con lentes y un carmín rojo, creí que mi labio estaría oculto pero nada.
_ Ana- ella me llamó no quise mirarla- mirame- no quise pero ella se acercó me quitó las gafas y me observo- ¿quién fue?- me pregunta y yo me pongo a llorar- dime ¿ quién fue?- me dice algo impaciente.
_ Mi madre.
_ Por eso me exigió decir dónde te fuiste con Julián te vio salir pero no la dije nada.
_ Pues la encontramos en la puerta y- cuando iba a decir algo de repente el entró en mi oficina mirándome, fruncido el ceño- Julián- le miré, él me miró a la cara y se acercó a mi, Kailie de inmediato cerró la puerta con aseguro- no es nada.
_ ¿ Cómo que no es nada?- dice Kailie- pudo haberte lastimado de verdad- dice con fastidio.
_ Estoy bien- digo sollozando y Julián pega su frente con la mía- está decepcionada nada mas.
_ Pero no tiene ningún derecho a pegarte- dice Kailie, Julián todavía no ha dicho ninguna palabra.
_ Ella me ha amenazado con hundirte sino me alejo de ti, no quiero que tengas problemas pero ¿qué hago?- le digo con lágrimas en los ojos- no quiero perderte- le digo llorando.
_ Estaremos alejados para ellos pero cuando tengamos que vernos le enviaré un mensaje a Kailie y nos veremos ¿de acuerdo?- yo solo asiento- lo lamento tanto- me dice tocando mi hematoma- no me gusta que te haya hecho esto- me dice y yo elevo mi camisa para enseñarle el hematoma que se encuentra al lado de mi costilla- ¡ Ana!- exclama con asombro y yo estalló en llanto- ¿ te duele?- yo asiento- hablaré con ella, la dire que no volveré a acercarme a ti, solo para que no te golpeé mi amor- me dice angustiado.
_ No, déjalo, yo hablaré con ella, solo tenemos que alejarnos en público- le digo y el asiente, me besa en la frente y me mira- dijo que no crió a una zorra, a la zorra de un cura- le digo con dolor, me duele que mi madre piense eso de mi, me duele no tener su apoyo aunque la entiendo lo que hacemos está mal, pero mal es no vivir lo que sentimos como si fuera incesto, pero es que solo somos dos personas enamoradas.
_ Lo siento mucho, no eres una zorra eres mi mujer, la mujer a la que amo, nadie te alejará de mi, solo que por ahora todo lo haremos atravez de la ayuda de Kailie- me dice y yo asiento suspirando, casi es un sollozo- estaremos juntos mi preciosa Ana, aunque tenga que dejarlo todo.

Al terminar de trabajar me fui a casa y encontré a mis padres, a Julián y Paul comiendo pero no quise acercarme así que me fui a mi cuarto y desde el jardín pude ver a mi madre y a Julián hablando, ambos estaban alterados, pero no gritaban, de repente entra alguien en mi cuarto volteo y veo a Paul.
_ Por el no quisiste darme una oportunidad- me dice y yo le miro asustada ¿ qué hace aquí?- eres la zorra que se revuelca con mi hijo- dice acercándose a mi- tranquila, no te haré nada- ¿tengo que sentir alivio?.
_ Señor Gordon no es lo que usted piensa su hijo y yo- quise seguir pero él me interrumpe.
_ Se revuelcan ¿eso quieres decirme?- me pregunta y una lágrima se desliza en mi rostro- no te quiero cerca de mi hijo o si no atienta a las consecuencias- dice se acerca a mi cogiendo un mechón de pelo y lo estiró.
_ Ah- dolor, él solo me sonríe.
_ Ten cuidado preciosa- me dice tocando mi mejilla y yo me estremezco solo por el asco, la ira la impotencia y lo más importante la debilidad- buenas noches- dice y se va.

Bajo las Garras De Un Santo #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora