capítulo VII

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Ana

Me siento agotada, me siento tan dolorida, logro abrir los ojos y veo que estoy en mi habitación, ayer me vi con el padre Julián de echo creo que estuve con él, le dije que le quería, ¿porqué estoy aquí?, ¿cómo he llegado hasta aquí?, crei que estos sueños reales me volverán muy loca, me voy al baño, me dicho y me cambio para salir a desayunar, estoy preparando el próximo desfile de la nueva colección de ropa interior ya se acerca San Valentín claro que será en una o dos semanas, la verdad es que me da igual, ellos están en pareja y yo estoy sola, la única compañía que tengo, son mi familia, Kailie y mi trabajo, pero el hombre de mis sueños es el amor de mi vida, ¿ cómo lo se?, fácil porque le veo todos los días, no solo en mis sueños, sino en la realidad, eso hombre es el único que puede tocarme, herirme, hacerme el amor y al mismo tiempo maltratarme placenteramente; el hombre de mis sueños es un hombre prohibido, uno al que miro cada vez que veo, al que siento cada vez que duermo, el que se ha apoderado de mi corazón, el que por él suspiro cuando le miro, no se puede estar más triste que eso, añorar lo que nunca podrás tener, porque aunque no lo crean, caí en sus garras, caí bajo las garras de un santo.
Ahora estoy de camino a la fábrica necesito hablar con alguien, me voy a volver loca, creo que el lago tiene una mala influencia sobre mi conciencia, desde que descubrí ese lago, esos sueños empezaron solo eran besos, cuando se anunció hace dos meses la partida del padre Marcus todo se volvió intenso, cuando llegó el padre Julián una noche antes perdí mi virginidad,creo que me estoy volviendo, tengo sexo con el sacerdote de la parroquia del pueblo pero despierto siempre en mi casa en la mañana con el camisón, no lo entiendo parece que todo lo que pasa en mi día a día es un puto sueño.
Pero lo que me preocupa es lo que siento cuando lo veo, cuando le tengo cerca, cuando me mira, ¿ qué es lo que me está pasando?, me estoy volviendo loca, sobretodo con lo prohibido, con algo que sé que no podrá ser, me he enamorado, me he enamorado de un santo.
_ Hola, buenos días- me saluda mi amiga al entrar a mi despacho.
_ Buenos días- la digo limpiandome una lágrima.
_ ¿ Qué ocurre?- me pregunta acercándose a mi.
_ Ayer después de la cena me fui al lago, el padre Julián, me llevó a una cabaña y me castigó- la digo y ella me mira con asombro- sexualmente, él era otra persona, me reclamaba por querer un novio, me dijo que le pertenecía y lo más doloroso es que todo ha sido un sueño, porque me he despertado en mi casa, no recuerdo haber llegado allí- la digo con angustia.
_ ¿ sientes algo por él?- me pregunta y allí es donde lo recuerdo.
_eso es para que no vuelvas a pensar en vez que me veas te estremeceras, tu sexo se humedecera, tu clitoris palpitará por el deseo, la lujuria, se te endurecerán los pezones y me desearás tanto que vendrás a esta cabaña a tocarte o al río a enfriar tu calentura pero no se te acabará el calenton porque solo me vas a desear todos los días aunque estés lejos de mi_.
_ Sí, me he enamorado de alguien prohibido y lo que más me duele es que no pude evitarlo- la digo y ella me abraza.
_ Te aseguro que no le eres indiferente- me dice y yo me aparto de ella.
_ ¿ Cómo puedes decir esas cosas?- la pregunto alterada- ¿no ves que es un sacerdote?- me levanto- nada de eso saldría bien, todo eso es malo, está prohibido- la digo con un nudo en la garganta.
_ ¿ Y qué?- me pregunta- ¿ tan cobardes son, que no pueden luchar contra eso?- me pregunta.
_ No, no y no, pero entiende que no puedo simplemente tener una relación con él, si pudiera, con todos los hombres del mundo, tenía que ser precisamente él- digo soltando un suspiro de fastidio- no es un hombre casado que se divorciaría, es un sacerdote, que puede ser, humillado públicamente- la digo.
_ El amor no es un camino de rosas, solo trata de ignorar lo que sientes- me dice tocando mis hombres.
_ como si fuera fácil.- la digo con un poco de sarcasmo- es que cuando me mira es difícil controlarlo y con lo de a noche mucho más- la digo, pensando el todo lo que me hizo.
_ ¿ cómo fue?- me pregunta llevándome a mi escritorio.
_ Para haber sido sexo sadomasoquista ha sido muy sentimental- la digo con una sonrisa- dejaré de ir al lago durante una semana quiero comprobar una teoría- la digo y esa misma frase llega a mi mente otra vez.
_eso es para que no vuelvas a pensar en vez que me veas te estremeceras, tu sexo se humedecera, tu clitoris palpitará por el deseo, la lujuria, se te endurecerán los pezones y me desearás tanto que vendrás a esta cabaña a tocarte o al río a enfriar tu calentura pero no se te acabará el calenton porque solo me vas a desear todos los días aunque estés lejos de mi_ no dejo de pensar en esa oración, no sale de mi mente y cada vez que pienso en cómo se siente tenerlo dentro de mi me estremezco.
En la hora del almuerzo salí a almorzar en el restaurante de mi hermana ya que está de camino a mi empresa, cuando bajaba del coche le vi, allí estaba él, me miró a los ojos iba vestido de un pantalón negro a medida y una sotana de camisa blanca ajustada a sus músculos y esas palabras volvieron a retumbar en mi cabeza.
_eso es para que no vuelvas a pensar en vez que me veas te estremeceras, tu sexo se humedecera, tu clitoris palpitará por el deseo, la lujuria, se te endurecerán los pezones y me desearás tanto que vendrás a esta cabaña a tocarte o al río a enfriar tu calentura pero no se te acabará el calenton porque solo me vas a desear todos los días aunque estés lejos de mi.- esas palabras se repetían en mi cabeza, me estremecí al ver sus ojos puestos en mi, una corriente se hizo presente en mi espina dorsal, sentí palpitar mi entrepierna por el reflejo apreté mis muslos soltando un gemido, no se hablara del dolor de mis pezones, una bola de nervios en mi estómago así que intenté darme la vuelta para ir a mi coche pero él fue más rápido que yo y se acercó.
_ Señorita Johnson ¿ se encuentra bien?- me preguntó tocando mi cara, yo seguía sin mirarle la cara.
_ Estoy bien Padre- le digo temblorosa, todo mi cuerpo está caliente y su cercanía no ayuda en nada- tengo que irme- le dije y me zafé de su agarre.
_ No está usted bien- me dice agarrando mi brazo- estás caliente y sudorosa eso es porque tal vez tengas algún tipo de fiebre- si supieras que esa calentura no tiene nada que ver con ninguna fiebre y que solo tengo una fiebre y esa eres tu, todas las noches, todos los días.
_ Es que tengo hambre de ti- digo y me doy cuenta de mi error- oh lo siento digo de comida lo necesito ahora- le digo mirándole a los ojos, y el traga grueso mirándome con intensidad, creo que si sigue así me voy a desmayar.
_ Vamos a comer sino te vas a desmayar- ohh mira qué casualidad, me suelta y me guía al restaurante, la gente nos mira, le saluda y cada vez que mueve la mano para estrecharla a alguien no puedo evitar ver esos músculos tensarse y morderme el labio, parece que se da cuenta de todo lo que hago, nos llevan a la mesa que se encuentra cerca la ventana aunque es un poco más privado, la gente se acerca a saludar.
_ ¿ Qué van a pedir?- pregunta una cámara que no deja de mirar al padre descaradamente.
_ Yo quiero una hamburguesa con muchas patatas fritas y una limonada con hielo- la digo y ella asiente.
_ ¿ Y usted Padre?- lo dijo coqueteando yo apreté mis nudillos con un puño y miré hacia la ventana tensa por la situación, ¡oh señor!, estoy celosa.
_ Si Hija quiero lo mismo que ha pedido la señorita Johnson, gracias- dice y esa se va.
_ ¿ se encuentra bien señorita Johnson?- me pregunta con un tono divertido, vuelvo mi vista hacía el, y allí aparece otra vez esa intensidad entre mis muslos, los aprieto mirando hacia ellos y por error suelto un gemido.
_ No padre es que tengo ...- hago una pausa ladeando la cabeza- tengo mucha hambre- le digo y el me mira otra vez.
_ Tranquila el pedido estará en unos minutos- me dice con picardía- solo tienes que soportar la intensidad del hambre- me dice con una sonrisa, idiota.- ¿ cómo te fue ayer en la noche?- me pregunta mirándome fijamente.
_ Muy caliente- le dijo joder ¿no soy capaz de guardarme los pensamientos sucios?, el muy cabron se muerde los labios y eso me provoca un escalofrío que va directamente a vibrar en mi clitoris y aprieto las piernas- lo siento ha sido normal nada del otro mundo- le digo restandole importancia, pero veo que ladea la cabeza mirando hacia otro lado, en eso aparece la descarada con la comida, deposita el pedido del padre sobre su mesa, enseña su pecho muy cerca de su cara, el padre Julián solo me mira a mi y yo estoy apunto de explotar.
_ Gracias hija- le dice y un muchacho trae mi pedido cuando lo deja no saca su mirada en mi, me sonríe.
_ Gracias- le digo con una sonrisa, puedo ver la tensión en la cara del padre Julian.
_ Al parecer los muchachos de ese restaurante no tienen modales- dice haciendo que el muchacho lo escuche.
_ Perdona Padre pero es que yo la veo y no puedo evitarlo- ohh qué mono- me encantaría tener su número señorita, para invitarla al cine- me dice mirándome con una sonrisa y yo se la devuelvo.
_ Otro día será- le digo y él asiente resignado y se marcha.
_ Tú tampoco los tienes- me dice con un tono frío y cortante.
_ ¿ Porqué lo dice padre?- le pregunto con un tono curioso y un poco de enfado.
_ Cuando estás acompañada aunque sea con tu padre nunca permitas un cortejo, eso es una falta de respeto- me dice frío y muy cortante, yo solo quiero llorar, me baja una lágrima y me la limpió para empezar de comer, no hablamos solo sé que me mira con intensidad, porque cada vez que lo hace todo mi cuerpo se enciende sin la necesidad de que yo le devuelva la mirada, él coge una patata con el tenedor y se lo mete en la boca chupando el tenedor, esa acción envía una corriente a mi espina dorsal y el efecto es la sacudida de mi clitoris, aprieto mis piernas él ve la acción- no deberías apretarlos- me dice y yo le miro con incredulidad.
_ ¿Qué?- digo casi en un susurro tragando mi propia saliva con dificultad.
_ Las piernas, las aprietas mucho, sudas y estas caliente- me dice señalandome.
_ Tal vez haya calor- le digo concentrandome en mi comida.
_ Tal vez pero no lo siento eres la única, respiras con dificultad, si sigues apretando los muslos será mucho más difícil contener- dice mirándome fijamente- tu hambre- me dice con una sonrisa lobuna mientras se corta la hamburguesa entre los dientes.
_ Creeme lo intentaré- le digo, el solo me mira con diversión.
_ Lo veo, tanto que decías estar hambrienta ahora tienes tu plato sobre la mesa pero todavía no lo comes- me dice metiendo patatas en su boca.
_ Tal vez porque no es precisamente el hambre que tengo- le digo y el se atraganta y toma de su limonada, yo solo le sonrío. 
_ Tranquila, cada comida a su debido tiempo- me dice comiendo su hamburguesa, bueno terminamos la comida y cada quien se fue por su lado, llego a la fábrica y me pongo a trabajar Kailie entra a mi oficina y se sienta delante de mi.
_ Te busqué a la hora del almuerzo- me dice y yo ruedo los ojos.
_ Me fui al restaurante de al lado, me moría de hambre- la digo, mi hambre no es precisamente de comida.
_ Ya si, ¿ por eso no me esperaste?- me exige.
_ Me encontré al Padre Julián en el restaurante, estuve apunto de desmayarme o sucumbir en el deseo- la digo mirando hacia la nada.
_ ¿y cómo te fue?- me preguntó.
_ Me regañó porque uno de los meseros me estaba cortejando, una de las meseras también lo hacía con él yo estaba apunto de explotar de la rabia- le digo apretando el lapicero.
_ Chica, relájate, recuerda que no estáis juntos, sigue siendo un hombre prohibido para ti- me dice pero no me arrepiento de nada.
_ Estaba excitada- suelto mirándola a los ojos- estuve apunto de tener un orgasmo solo por su mirada, quise huir pero el muy idiota me invitó a comer con él y se aprovechó de mi estado para burlarse de mi- la digo y lo único que escucho es una sonora carcajada.
_ Sí que estás mal- me dice- deberías mirar hacia otro lado, probar otras aguas- yo solo la miraba- salir con otros chicos por ejemplo el chico del restaurante, cuando nos vayamos mañana le das tu número y os veis después- me dice y lo pienso creo que ella tiene razón para qué tener esperanzas en las cosas que no tienen futuro.
_ De acuerdo- lo haré por mi es por mi bien.

Después de trabajar me fui a casa a cenar con mis padres estaba muy cansada, excitada y necesitaba solo darme una ducha y dormir.
Al amanecer me fui al trabajo temprano necesito simplemente despejar mi mente, no tener esos sueños me ha torturado la mente, le necesito llevo todo el puto día excida y pensar en el no ayuda nada, ¿alguna vez han sentado ese deseo infernal que aunque te masturbes no se acaba, aunque pienses en otras cosas sigue allí?, eso es lo que me pasa, a noche no me he ido al lago así que el deseo ha sucumbido en mi, me cuesta pensar con claridad, concentrarme en mi trabajo porque esa maldita frase sigue en mi mente.
_eso es para que no vuelvas a pensar en vez que me veas te estremeceras, tu sexo se humedecera, tu clitoris palpitará por el deseo, la lujuria, se te endurecerán los pezones y me desearás tanto que vendrás a esta cabaña a tocarte o al río a enfriar tu calentura pero no se te acabará el calenton porque solo me vas a desear todos los días aunque estés lejos de mi- se repite en mi mente y lo único que puedo hacer es sentir la desesperación por volver al lago pero tengo que ser fuerte.
_ Vamos a comer algo- dice Kailie, y me estira el brazo.
_ Vale, necesito comer algo- la verdad lo que quiero es comer otra cosa, cuando llegamos al restaurante aparece otravez ese chico.
_ Buenas- saluda con una sonrisa- ¿ en que les puedo servir?- dice mirándome a los ojos.
_ Quiero, salsa de ternera con verduras, arroz y un vaso de vino blanco porfavor- le dice con una sonrisa- también se me apetece esta cita al cine si todavía sigue en pie- le digo y el esboza una sonrisa.
_ Si claro que si a todo- me dice y yo le devuelvo la sonrisa- el viernes en la tarde pues- me dice y se va yo asiento y se va.
_ Has hecho muy bien, te mereces ser feliz- me dice mi amiga y mi sonrisa se muere.
_ ¿Sabes lo que me haría feliz ahora?- la pregunto en voz baja- estar con Julián entre sus brazos- la digo con un poco de desesperación- le deseo, ahora no estoy pensando con claridad, estoy excitada desde ayer solo por verle, eso es lo que me haría feliz- la digo y trato de calmarme- me voy al baño- me levanté y me metí al baño, me enjuagué la cara.
_ No puedes evitarlo, me deseas un montón y lo sabes, no puedes evitarlo- dijo eso metiendo sus manos entre mis piernas- si quieres aliviar tu hambre te esperaré en el lago en la noche- me quedé allí parada pero una voz me sacó de mi mundo.
_ Ana ¿ te encuentras bien?- me pregunta Kailie la miro atravez del espejo.
_ Necesito estar con él, me estoy volviendo loca- me bajan lágrimas y ella me abraza- porfavor ayúdame- la digo para limpiarme la cara- creo que me voy a casa no me siento bien- la digo y me voy sin esperar su respuesta.
Cuando ya me iba veo al padre Julián y ese discretamente se sube a mi coche y yo arranco para meternos al bosque.
_ Porfavor aléjate de mi, por culpa tuya estoy asi- le digo casi llorando.
_ Señorita, señorita- esa voz me saca de mis pensamientos todo hacia todos lados y no veo a Julián por ningún lado, joder necesito confesarme.
_ Lo siento me voy ahora- le digo y arranco directamente a la iglesia hoy el padre está en el confesionario.
Llega mi turno allí está él, estoy temblando, lo primero que me golpea es su aroma y solo puedo suspirar y respirar su aroma.
_ Ave María Purísima padre- digo de rodillas al lado del confesionario y desde aquí puedo percibir su aroma.
_ Sin pecado concebida- me dice.
_ Padre he venido a confesarme, porque he pecado de pensamiento- le digo con lágrimas en los ojos.
_ Dime ¿qué es lo que te atormenta tanto hija?- me dice el padre 
_ Tengo sueños húmedos con un hombre prohibido
_ ¿Le conozco?- me pregunta con interés y un poco de enfado y yo sollozo.
_ Muy bien padre- le digo limpiandome las lágrimas- usted padre, tengo sueños húmedos con usted- le digo y el me mira con intensidad.
_ Explicate- me dice con voz ronca.
_ Desde que descubrí un lago en el bosque a los dieciséis años siempre tenía sueños muy calientes solo que hasta hace dos meses eran solo sexo, el hombre tenía tus ojos todo el cuerpo eran iguales, dos meses antes de tu llegada se convirtieron en sexo, hasta hace dos días que vi tu rostro y me dijiste una frase- digo respirando- eso es para que no vuelvas a pensar en vez que me veas te estremeceras, tu sexo se humedecera, tu clitoris palpitará por el deseo, la lujuria, se te endurecerán los pezones y me desearás tanto que vendrás a esta cabaña a tocarte o al río a enfriar tu calentura pero no se te acabará el calenton porque solo me vas a desear todos los días aunque estés lejos de mi- le digo y puedo sentir su mirada desde allí- ahora no puedo concentrarme, cuando te vi ayer ya no podía más, hoy ha sido peor, necesito tocarte, necesito sentirte, porfavor- le digo sin la menor vergüenza.
_ Al lago en una hora, toda lo que resta de día solo nosotros, no lleves tú coche ni nada parecido al celular lo dejas todo en casa, llevaré la cena, ponte solo un abrigo con ligas y medias negras - me dice y yo suspiro.
_ Gracias - le digo con una sonrisa.
_ Para eso estoy, para complacerte solo a ti, eres mía- dice con voz ronca.
_ Si, tuya- lo digo en un suspiro.
_ Ahora ve a casa y ponte una buena ropa interior porque hoy serás mía- me dice y yo me levanto, necesito estar con él lo necesito.

Bajo las Garras De Un Santo #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora