♧ x27

68 11 2
                                    

Bajo el agua, respirando del oxígeno que le correspondía, observaba el atardecer que hechizaba su mirada. Se sentía perdido en vagancias, en la imagen de Melody, la que se presentaba en el cielo, como una estrella fugaz que desaparecía cuando cerraba los ojos. Melody era para él eso, una estrella que se había paseado en su vida apenas para brindarle su luz y después marcharse, dejándolo más vacío que antaño, cuando no tenía nada que anhelar, conformado con su aburrida vida.

Se hallaba tranquilo dentro de lo posible, pero todo cambió cuando una campanita resonó por la habitación, provocando que estremeciera.

Lentamente se alzó y se fijó en el móvil. Las líneas de agua deslizándose por su piel se sentían frías, algo novedoso para él, que podía adaptarse a toda temperatura dentro del agua. Un rasgo único en él, el de un tritón.

Se acercó lentamente, ayudándose con sus manos. Recordaba la promesa que le hiciera a Melody. Ignorarla no era una opción.

《Buenas tardes, Dalai. ¿Te sientes mejor? ^.^

Toqueó la pantalla dubitativo, antes de proceder a usar el teclado dactilar. 

《Buenas tardes, Honguito. Sí, ya estoy bien, perdón por preocuparte. 

《No importa >.< Me alegra que estés bien. ¿Rodrigo te dijo que me quedé muy preocupada?

《Sí. De nuevo lo siento.

《¡Está bien! ^.^ Aunque aceptaré escuchar tu voz como tu señal de disculpa.

No le dejó siquiera escribir si estaba o no de acuerdo. La llamada apareció de immediato.

-Hola... Melody.

Se dio cuenta que no era fácil ocultar la verdad que se transfería en su voz. Sonó tan evidente...

-¿Seguro estás bien? Estás ronco.  ¿Has estado llorando?

Él envolvió su muñeca, sintiendo la fibra de las gomas que ella le obsequiara y ahora estimaba tanto. Ahora le resultaba difícil no llorar. Estaba muy sensible.

-N-no, que va -Se maldijo por aquel "no" patético que salió de su garganta.

Podía escuchar la alterada respiración de la muchacha tras la línea.

-Dalai, no me mientas, por favor. Dime, ¿por qué estuviste llorando?

No era un pedido, sino un ruego. La chica del otro lado de la línea se aferraba al aparato sintiéndose sofocada por la preocupación.  Imaginar a su dulce Dalai llorando le rompía el corazón.

-N-nada... De verdad que no he...

No pudo seguir. Aquel dolor en su pecho le instó al llanto. Su voz se quebró al intentar seguir con aquella mentira.  Estaba tan cansado, pero tan cansado...

Pegó su mejilla a aquellos múltiples lazos que los unían, a aquellas sencillas gomas que él veía como su más preciado tesoro. De ese modo podía sentirla cerca, rompiendo la oscuridad que ahora le acechaba más que nunca, haciéndole sentir miserable.

-L-lo siento... Tengo que colgar...

-No lo hagas, por favor...

Dalai mantuvo el pulgar suspendido sobre el botón dactilar, mas no pudo seguir, no cuando Melody le había rogado. Su voz era la más grata melodía para su corazón y no podía rechazarla.

-Dalai, está bien, puedes llorar. Yo estaré aquí, te voy a escuchar.

Melody se llevó la mano a la mejilla. Ella también había comenzado a llorar. Quería tanto ir hasta allí.  Deseaba tanto envolver a Dalai y romper todos sus males, sus tristezas.  Quería arroparle durante una eternidad.

Prometo no existir  [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora