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No podía con el nerviosismo.  La pena la atormentaba. ¿Por qué? Se cuestionaba en soledad, sintiéndose presa de un aprieto. ¿Por qué Melody había tenido que sentirse mal?

-Hola.

Verónica sintió el corazón en su garganta cuando el rostro de Óscar se presentó ante ella.

-Ah... Hola.

-¿Uhm, y Melody? -Cuestionó él, buscándola con la mirada. 

-Pues... Se sintió mal y tuvo que irse a casa desde primera hora...

-Oh, vaya, ¿era grave?

Qué tierno era por su parte que se preocupara. 

-Ah, no, sólo tenía algo de fiebre.

Eso era lo que había dicho la profesora cuando le preguntó, porque la verdad es que Melody se había ido sin decirle nada.

Ya le había parecido raro que les dijera a ella y a Martha que se adelantaran para la clase de educación física, dejándola sola en el vestuario.  Seguramente le habían entrado ganas de vomitar.

-Espero que se recupere pronto, ¿me vas diciendo?

-Claro... -Asintió tímidamente. 

-Bueno, en ese caso, ¿empezamos con los estiramientos? -Cuestionó al tiempo que doblaba la pierna.

-¿Eh? -Verónica tuvo que desviar la mirada de inmediato -Pero... Como Melody no está pues pensé que... No correríamos.

-Pensé que no querías romper la rutina -Óscar continuó con el estiramiento de sus miembros superiores. 

-Y no la voy a romper...

Pero había pensado en correr sola. Fue incapaz de decirlo, pues eso significaría que no quería su compañía, lo que estaba más alejado de la realidad. Por supuesto que quería estar con él, pero la idea de correr juntos, aunque ya lo hubiera hecho, no podía acostumbrarse.

-Entonces, comienza con los estiramientos.

Amaba la sonrisa de Óscar, la amabilidad que desprendía, pero en aquella situación lo único que lograba era el ponerle más nerviosa. Odiaba aquella parte de ella. ¡Ojalá no fuera una tonta que se ruborizaba por todo y por nada!

-Sí...

Verónica prosiguió con timidez, un tanto rígida por estar siendo observada.  Su mayor pánico era que la camiseta se alzara permitiendo que se le viera la barriga, por lo que no era capaz de soltar el final de la prenda, evitando que esa pesadilla se hiciera real. 

-Verónica, no lo estás haciendo bien. Tienes que tener cuidado, un ejercicio mal hecho puede perjudicar tu salud. A ver...

Su cuerpo entero se tensó cuando las manos ajenas se adueñaron de sus muñecas, destinandolas a la posición correcta, haciendo que sus brazos se alzaran y con ello la camisa también. 

-Ya está bien, vayamos a correr -Sintió pánico cuando una brisa de viento rozó su vientre, delatando estar al descubierto. 

-Verónica, los estiramientos son sumamente importantes, no deben de hacerse a la ligera.

Óscar estaba siendo muy atento y cariñoso con ella, pero ni eso lograba que se relajara. No quería que viera aquella parte de ella que tanto se había empeñado en ocultar.  ¿Por qué no se había puesto el body? Se riñó, sintiendo todo el deseo de ponerse a llorar. Quería escapar de aquella horrible situación. 

-Vale... Lo haré yo sola.

Un nítido temblor había comenzado a actuar sobre su cuerpo, uno que era imposible que pasara desapercibido.

Prometo no existir  [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora