♧ Especial II

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Se habían resguardado detrás del restaurante de la playa. Aquella noche era agresiva.  Los truenos resplandecían en el cielo. Dalai sentía como los pulmones se hinchaban. Miraba con temor a la joven que no había abierto la boca desde que lo viera.

—¡Melody, cuida a Dalai un momento, no vayas a dejarle solo!

Cuando Rodrigo les dejó solos, Dalai padeció mayor angustia. Melody mantenía la mirada en la arena. Una corriente de agua descendía de su cabello y ropas totalmente empapadas. 

Aquel silencio por su parte le estaba matando.

El resplandor de los truenos impactaba en su escamosa cola.

Entonces, Dalai sintió que Melody le estaba mirando. Observaba su cola. Incómodo, trató de cubrirse en vano con la ropa de Rodrigo.

—No eres minusválido... —aquellas palabras salieron de los labios de Melody, acompañadas de un vacío que él no supo cómo definir.

No fue capaz de pronunciar palabra. De su boca apenas salió un hilo de aire. Encogió su cola, cubriéndola mejor de ese modo.

Ahora más que nunca odiaba aquella rareza de él.  Detestaba que aquellos ojos color miel lo observaran. Estaba seguro que ella ya no tenía la misma opinión de él respecto a su belleza, y también tenía por seguro lo tanto que quería reprocharle, y no la culpaba, había besado a lo que muchos señalarían como abominación. 

—Dalai, ¿qué clase de broma es esta?

La risita que Melody soltó produjo en él un escalofrío. 

—Todo este tiempo me has mentido, tú en realidad...

—¡No! —gritó cuando la mano femenina se posó sobre la camisa que cubría su cola.

—Pero, ¿qué te pasa?

La caída de un feroz trueno iluminó la expresión divertida de Melody.

—No sé cómo han sido capaces de mentirme de este modo —soltó en un reproche —Mientras yo estaba tremendamente angustiada, casi teniendo un ataque al corazón, tú estabas escondido en alguna parte, esperando el momento idóneo para aparecerte fingiendo ser un tritón.

¿Una broma? ¿Melody en verdad creía que estaban bromeando? Claro, era de esperarse que no creyera en semejante revelación.  Que existiera un tritón y que este fuera tu novio no podía plantearse ser real.

—Pero esta broma no ha sido lo peor de todo. ¡Me dijiste que eras minusválido! —gritó, sacudiendo los brazos furiosa.  Su expresión no paraba de cambiar de furia a burla. No podía creer que la hubieran tomado por estúpida de esa manera —¡Pero tú puedes caminar! ¡¿Acaso estabas probando si te amaba realmente?!

Él seguía sin poder mencionar una sola palabra.  Sabía que insistir que no era una broma le enervaría más. 

—¡¿Por qué no me dices nada?! —la lluvia camuflaba las lágrimas que con violencia salían de sus ojos. Estaba sumamente alterada. Le dolía muchísimo el corazón. Se sentía traicionada por la persona que más amaba —¡Quítate eso de una vez!

Melody se quedó de pie, con los ojos totalmente abiertos, sosteniendo la punta de aquella inmensa cola de pez, que estaba atada a Dalai. Había tirado con mucha fuerza, pero seguía presa a su cuerpo.

—¿Qué?...

Se dejó caer para atrás, estupefacta, como si hubiera sido víctima de un espejismo. De eso se trataba Dalai, de un espejismo, lo que siempre fue. Él había sido un invento suyo para escapar de su cruda realidad.  ¿Un tritón? ¡Nada semejante podía existir!

Prometo no existir  [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora