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《Buenas tardes, mi Océano ^.^

《Buenas, Honguito. ¿Has estado bien? ¿Tu padre no ha vuelto a lastimarte?

《Sí, estoy bien. Mi padre ha estado más tranquilo últimamente. 

《Me alivia mucho saberlo. No sabes lo tanto que sufro al imaginar que te hace daño... Me siento tan inútil en esta situación. 

《No digas eso, tú no tienes la culpa. Tranquilo, mi Océano ^.^ Estaré bien.

《Ok, pero si te pasa algo me dices enseguida, ¿ok? Haré hasta lo imposible para ayudarte.

Dalai permaneció atencioso ante la pantalla, serio. Estaba dispuesto a proteger a Melody, aunque eso implicara el verse descubierto. Hacía un tiempo que había comenzado a sentir que estaba dispuesto sacrificar su vida si fuera necesario.

《Eres tan lindo ^.^ ¿sabes que te quiero muchísimo? No sé qué haría si no estuvieras en mi vida. Te has convertido en mi razón de vivir. 

Dalai permaneció ausente tras la pantalla, preso en aquellas palabras tan hermosas, tan abismales. Su corazón se había convertido en un maremoto incontrolable. Acompañada de la rubez venía una grande sonrisa.

《Tú también eres mi razón de existir, Melody :)

《:0 ¿En serio? ¿Me quieres tantito?

《Sí, totalmente. 

Melody ojeó a su alrededor, sintiéndose sumamente apenada, como si estuviera haciendo algo indebido.

《Gracias ^.^

Dalai iba a responderle cuando le saltó el pedido de videollamada.

《Melody, ahora no puedo atender tu videollamada. Lo siento :/

《¿Por qué? :'c Me da igual que estés en pijama.  Tú siempre te ves lindo :3

Dalai se vio preso en un apuro. Podía escuchar el sonido del televisor procedente de la sala. Sabía que Rodrigo le ayudaría si se lo pedía. 

《Dame unos minutos. Ya te llamo yo. ^.^

-¡Rodri!

🧜‍♂️🧜‍♂️🧜‍♂️

-¡Listo, ya puedes hablar con tu princesa! -Exclamó Rodrigo cansado, pero satisfecho por haber contribuido en la labor de ayudar a su amigo a transladarse hasta la cama.

-¡Muchas gracias, Rodrigo!

Dalai no podía expresar en palabras lo tan agradecido que se sentía hacia Rodrigo, el que había hecho ya tanto por él, no siendo recompensado en ningún momento.

-¡Ni lo digas! Va, que Honguito aguarda impaciente. 

Cerró la puerta tras de sí. De nuevo se sentía inseguro respecto a aquella relación.  No sabía si era correcto el seguir apoyándole. Sabía que Melody era una buena chica y cada vez estaba más seguro de que ella sería una persona a la que sí podría confiarle su secreto, pero...

Regresó a la vieja butaca de piel y permaneció pensativo, con los ojos puestos en la pantalla. 

-¡Hola, Oceanito! -Le saludó Melody enérgicamente, agitando su mano.

-Es bueno verte, Honguito -Dalai sonrió dichoso al tener la oportunidad de verla.

La había extrañado con creces.  Aquel contacto seguía siendo insuficiente para su necesitado corazón.  Deseaba tanto volver a abrazarla, a entrelazar sus dedos, a sentir su aliento, sus labios...

Prometo no existir  [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora