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Dalai versión anime:

Los capítulos se subirán una vez a la semana; el miércoles o jueves

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Los capítulos se subirán una vez a la semana; el miércoles o jueves. Serán uno por semana, pero en ocasiones podremos subir dos.
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El tritón encaró un nuevo día con una cara de vinagre. Había pasado una horrible noche después de lo ocurrido. Todavía podía sentir como se retorcía todo su ser al recordar aquellos ojos de indescifrable color, (dado a la oscuridad que ocupaba el lugar ajeno), viéndole con curiosidad a través de los dos huecos que tenía la máscara, además de aquella fina sonrisa que era iluminada por una vaga luz casi inexistente.

Se removió con nerviosismo, agitando suavemente su larga cola. Le agradaba la luz natural que atravesaba cada día los cristales del techo, dándole cierta esperanza, pero aquella mañana, en la que dormir había sido poco, la detestaba, por lo que tomó un pequeño mando que descansaba sobre la pequeña mesilla y apretó el botón rojo, siendo cubierto al instante el techo por una superficie de hierro que le alejó del sol, así como también del hermoso cielo vagamente poblado por las blanquecinas nubes.

-Buenos días.

La anciana irrumpió en su habitación sin previo aviso, trayendo consigo una bandeja que transportaba un vaso con leche de avena y unas tostadas huntadas con mantequilla vegetal, y la depositó en la misma mesilla.

-Canijo, tu cara es puro vinagre, come y duerme el tiempo que necesites - Comentó la anciana, arrugando más sus facciones.

El joven tritón negó, tomando una tostada y le dio un pequeño mordisco. Era verdad que tenía sueño hasta el tuétano, pero no deseaba dormir, mas bien no podía, aquella extraña máscara siempre estaba al asecho, provocándole un sinfín de temores.

Sabía bien qué ocurriría si un humano descubría lo que él era en realidad. Baba nunca le comentara, haciendo que de niño tuviera la esperanza de un día recuperarse y abandonar aquella aburrida, pero muy cálida prisión, pero al fin y al cabo una prisión. Sin embargo, su inocencia se había perdido, y con ello quiso saber qué pensarían las personas de él. Baba no había dado nunca una respuesta, fingiendo demencia en su provecho, pero cuando obtuvo un celular pudo saber muchas cosas. Era un extraño ser, mas bien una leyenda, y en su búsqueda se topó con otras especies raras. Su corazón se oprimió al ver horribles imágenes de experimentos y demás que hacían las personas con los seres que creían interesantes. Las ansias de explorar les llevaba hasta el más recóndito lugar de sus cuerpos. Y sus miedos se vieron confirmados un día que decidió leer una novela en la que una sirena terminaba siendo objeto de curiosidad y después de ser víctima de mucho terminaba falleciendo.

-Come todo - Le indicó la mujer, dándole palmaditas en la cabeza, retirándose después, ganándose por su parte una pequeña sonrisa.

De nuevo allí, solo, se dedicó únicamente a comer y beber la leche vegetal.

Prometo no existir  [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora