♧ x38

48 12 5
                                    

Dalai no podía estar tranquilo, no cuando el bienestar de Melody podría estar en peligro.  La garantía de que mañana iría al médico no le calmaba. No podía disfrutar con toda su plenitud de aquel hermoso momento, de aquella profunda unión que existía entre ellos.

-Lo siento -La alejó por los hombros. La miró con ojos llenos de preocupación -No estoy tranquilo sabiendo de tu estado.

-Ya me siento algo mejor -Aseguró con sinceridad -Viniendo para acá me tomé unos iboprufenos y parece que ya comenzaron a hacer efecto. Mi cuerpo está apenas resentido por los golpes. 

Dalai depositó su mano sobre el vientre femenino y lo acarició suavemente, sintiendo como la joven se retorcía ligeramente en respuesta.

-Bueno, si me tocas por supuesto que me va a doler -Melody atrapó su mano y depositó un pequeño beso en su dorso.

El mitad pez permaneció atento a ella, a su expresión.  Ninguna palabra suya ayudaba a que la angustia que lo carcomía se fuera. No hallaba verdaderas garantías en ella, ni en sus palabras.

-¿En verdad irás mañana? -Se mostraba totalmente inseguro. Necesitado de más afirmaciones. 

Melody asintió, esbozando una tierna sonrisa. 

-Sí, iré si tengo tiempo.

-¿Si tienes tiempo? ¡Melody, tienes que ir sí o sí! -Exclamó.

-Iré, aunque no me será muy fácil teniendo que cuidar de mis hermanos...

-Por eso te estoy diciendo que deberías ir hoy. Rodrigo podría acompañarte.

-No, hoy no iré, ya te dije. Vine hasta aquí para estar contigo y nada ni nadie me separará de ti -Se apegó a él, negándose a la idea de alejarse; no aún. 

Dalai suspiró.  Melody estaba siendo demasiado testaruda.

-Si vas te prometo que iré a verte en verano.

Haber prometido algo tan descabellado le inquietaba, pero antes que su temor estaba la salud de Melody, por la persona que estaba arriesgándose tanto.

-¡¿De verdad?! -La chica se mostró sumamente emocionada ante él -¿No me estás mintiendo? -Presionó la punta de su índice contra el centro de su pecho.

-No, no miento, pero sólo iré si tú vas mañana al médico. No importa a que hora, realmente tienes que ir, y -Añadió antes de que ella hablara -Tienes que enviarme una prueba de que realmente fuiste. 

-¿Eh? -La chica se mostró decepcionada -¿Tan poca confianza me tienes? ¡Yo no te mentiría en algo tan serio!

-No es que no confíe en ti... Bueno -Asintió -Olvida lo de la prueba. Esperaré que me digas que fuiste. Y quiero que me digas lo que el médico te diga.

-Claro, cuenta con ello -Pegó las puntas de sus narizes, dándole un beso esquimal muy tierno, tanto que provocó que Dalai enrojeciera -Qué tierno, ya nos hemos besado varias veces y te sigues ruborizando.

Él apenas apretó los labios, incapaz de decir algo en su defensa. Ella tenía razón, ¿cómo podía ser tan penoso?

Ella observó distraída un hilo de cabello que se balanceaba en el rostro ajeno. Lo tomó entre sus dedos y lo frotó ligeramente, antes de ponérselo tras la oreja.

-Serías un modelo muy cohibizado si no sufrieras de minusvalía.  No -Negó, sonriendo -Incluso así serías capaz de escalar muy alto. ¿No lo has pensado?

Dalai negó de inmediato. Era del todo imposible que él se hiciera conocer. Le descubrirían de inmediato.

-No me gusta eso de la fama. Ya te lo había dicho antes, ¿recuerdas?

Prometo no existir  [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora