ONE SHOTS ° [A.G]

35. «SONRISAS»

AIDAN X PERSONAJE FICTICIO
ADVERTENCIA: Tema delicado sobre el acoso escolar y masacre.

"Hay ocasiones en que no tenemos idea de los momentos que pasamos durante nuestras vidas, vivimos al día sin darnos cuenta de la mayoría de cosas que pasa a nuestro alrededor sin detenerse. Estamos tan centrados en nosotros mismos que continuamos sin mirar a los lados, dejamos pasar desapercibido lo que sucede con otras personas por lo egoísta que llegamos a ser. No nos damos cuenta de lo que pueden estar pasando y solo nos basamos en los hechos que nos perjudiquen o nos beneficien a los otros. Sin embargo, cuando abres los ojos y sabes lo que sucede, es una realidad que no puede dejar de sorprenderte".

Aidan:

—¿Tú la conocías, cierto?—La mujer frente a mí pregunta y yo asiento frenéticamente con la cabeza, incapaz de frenar las lágrimas gruesas que caen por mi mandíbula.—Aidan esto es delicado, ¿lo sabes?—es precavida y calmada en su tono, muy contrario a lo que sucede halla afuera de las cuatro paredes rodeando mi cuerpo. Continuamente vuelvo afirmar que lo entiendo.—Entonces has de comprender que debes contestar lo que pregunté. Es necesario para cubrir la investigación.

Nunca habría una investigación si ella no hubiera hecho esto, yo no estaría aquí.

—Es una pesadilla.—Murmur con la voz rota y mis manos tiemblan cuando cubro mi cara.—Dios…Esto es una pesadilla, quiero despertar.—En mi interior quiero decir otra cosa. Las palabras correctas serían: «quiero estar con Keith»… Pero no está, no está más, me recuerdo y me destabilizó peor enfrente de la agente Carter.

—No es una mentira. Se que es duro Aidan, pero tienes que ser fuerte.

Mis ojos inyectados de sangre vuelan velozmente hacía la rubia.

—No, usted no sabe lo que es, lo que sale de su boca es una telaraña tejida para sacarme información.—Gruño.—Keith no era mala y me niego a creer que la acusen de un crimen tan desalmado,…que digan que Keith este muerta,…que haya acabado con su vida después de arrebatar vidas miserables. Ella no es así. No haría eso.—La fiereza de mi voz suena firme pero estoy hecho mierda.

—Tú la vistes—recela—. Estuviste ahí.
—Apartó mi vista lejos de su despectiva aura. Es cierto que la la vi, sí, pero no se parecía a mi Kath.—Entiendo que es difícil aceptar para ti.—Su mano se desliza por la mesa donde tengo las mías, la termina colocando encima de estas en un ligero apretón.—Por favor ayúdanos a resolver esto, tan solo un indicio. Hay al menos veinte declaraciones; la de unos compañeros, sus maestros y padres. La mayoría se contradice de qué pudo impulsar a Keith a cometer una masacre. Eras el único que tenía una conexión, su mejor amigo de años.

Su nombre me marca como un fierro caliente en mi piel al ser mencionada últimamente con mucha frecuencia.

Cuando el abuelo murió mamá nos prohibió no mencionar su nombre frente a la abuela. Al principio no entendí pero en este punto es comprensible.

—Lo era…

—Y sigues siendo el único que conoció a Keithys Richards, la verdadera.

He perdido la cuenta de las ocasiones en donde muchas ocasiones en mi vida los sucesos se sintieron falsos, como estar encarnado la vida de otro desconocido y tú solo fueras un espectador. Lo odiaba. Hace mucho que no estaba en esas circunstancias y ahora que lo estaba pedí internamente no sentir este dolor. Aún se siente irreal los sucesos de horas atrás donde los tiros sonaron en clases por todo el recinto y el pavor inundó las almas de todos. Creo seguir oyendo los gritos en los rincones de mi cabeza, ver la sangre a mitad de los pasillos y los cuerpos inertes, las almas drenadas, las alarmas de incendio encendidas y un bullicio sofocantes. La confusión y el terror reinado.