14. «BROMAS: "CUENTA"»

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AIDAN X PERSONAJE FICTICIO
ADVERTENCIA: Ninguna. Esta parte estará narrada por "Sam" y Aidan. Ya saben que me gusta más ponerle nombre a la chica narrando. Si quieres que tu nombre aparezca en uno de los OS solo dímelo.

Sam:

—Sam.

—Scott.—Saludo y el chico rubio se acerca a mí.

Su mochila cuelga de su hombro.

— Oyes, ¿Me puedes prestar los apuntes más tarde? No escuche la mitad de lo que dijo la profesora.

Cierro mi bolso.

—Claro.

Se apresura a dejar un beso en mi cachete que ni tiempo me da de responder.

—Gracias, eres un amor.—Me dice risueño.— Te veo más tarde.

Se gira alejándose del corredor entre los alumnos. Nuevamente soy presa del sobresalto inesperado. Siento unos brazos ceñirse en mi estómago y el peso de algo en mi hombro. Sólo hay una persona en el mundo que hace eso. La respiración de éste choca contra mi cuello.

—¿Para qué lo verás?—Inquiere Aidan.

—¿Estas celosos?— Cambio la pregunta.

—No.

— Aidan.

—Bien, un poco.— Admite derrotado.

Me volteo y lo beso cortamente en la mandíbula.

—Descuida, me gustan los locos como tú.— Le aseguro.

—¿Eso debe ser tranquilizante?

No contesto porque soy interrumpida. Una chica peliazul se nos une con saltos emocionados.

—Chicos, adivinen qué.

—¿Qué sucede?—Aidan me atrae del brazo a su lado.

—La profesora accedió, claro si es que tienes el permiso de tus padre o tutor, a darnos una hora de salida a la punta Cañón.

La punta Cañón es un pequeño lugar a diez minutos de la Academia. Esta casi dentro de los terrenos escolares y está vigilado por guardias de seguridad. Es como un mini pueblo con comercios ambulantes y otros más lujosos.

—Eso es genial.—Coincide mi novio con la peliazul.—Ya me estaba aburriendo aquí encerrado en talleres, materias y deberes.

—¿A qué hora es?—Dije.

—De una a tres de la tarde.

—Deberé avisarle a Scott.— Busco entre mi bolso el celular paga mandarle un mensaje.

—¿Por qué?— Hay un tono de reclamación en la pregunta de Aidan.

Mi mirada vuelca a él directamente.

—Porque le pasaré algunos apuntes y necesito su tarea del día de ayer. Habrá prueba de exámenes.

—¿Por qué no me pediste ayuda a mí?

Ruedo los ojos.

—Tú muy apenas y logras entender las clases.

Sus labios se vuelven una mirilla delgada de reproche.

—Es buen punto pero eso no quita el hecho que no me las hayas pedido.
—Pasa a mi lado cruzado de brazos, celoso.

A media tarde después de entregar el pase a la maestra salgo junto Aidan de las instalaciones. Ya no queda rastro de molestia así que toma mi mano y me hace girar más de una vez en mis pies. La sonrisa que me muestra es de aprecio y se que en cada mirada sin que me lo diga me pide perdón, pues lo conozco.

ONE SHOTS ° [A.G]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora