28. «BESOS PELIGROSOS»

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AIDAN X LECTORA
ADVERTENCIA: Ninguna. Os corto.


Apenas vi a mis amigos en la mesa de la cafetería me adelante a ellos.

—¿Por qué estás enojada?—Sky preguntó al verme. Su cabellera roja estaba atada en una trenza, cosa que nunca pasaba.

—Estoy así por culpa de Aidan.—Me senté entre ella y Chris. Al frente estaba Linzie y Jack comiendo moffyns de chispas de chocolate.—Es alto.

—¿Y...?—Chris dejó la pregunta al aire para que aclara el problema.

—¿No es obvio?—Linzie se entrometio.

—Ahm, no.

—Es simple.—Sky rodó los ojos.—Es el obstáculo de los pequeños. Cristhin por su altura no puede besar bien a Aidan.

—¡Exacto!—mis amigas me conocían lo suficiente en esos asuntos. Después de todo eran chicas.

—¿Todo esto es culpa de tu enojó?
—Jack arqueo una ceja desde su lugar.
—Que dramática.

—Es cansado pararme de puntitas o subirme en un lugar alto.

—Yo opino que lo golpes en el estómago, se va a inclinar, ahí aprovechas.

—¡Linzie!—Chris reprendió a la morocha. Sus ojos giraron a verme, lleno de seriedad me tendió una taza de café. Lo tomé.—En mi humilde opinión te recomiendo decirle de eso. Lo arreglarán juntos.

—¡Bah!—Sky se dejó caer contra el respaldo.—Yo te digo que lo tacles.

—O podrías darle un rodillazo y besarlo estando de rodillas.—Chris le lanzó una mirada osada al rubio. Jack solo se encogió de hombros inocente por su comentario.

—Eso último suena una buena idea.
—Señale.

—Simplemente me puedes pedir que me incline para besarte.—Una tercera voz irrumpió el ambiente. Los cinco giramos a ver a Aidan. Estaba cargado su mochila y un pastel de chocolate en sus manos.—Son unos violentos. Alimentan el alma oscura de mi novia—miró al grupo.—No creen un monstruo por favor.

—¡Hey, yo no la insiste!—Chris exclamó tratando de quitarse la acusación.

—Da igual—Aidan colocó el pastel en la mesa.—Feliz día de San Valentín.—El resto sonrió y sacó sus tarjetas decorativas. Las comenzamos a repartir.—Supungo que gracias por ser los mejores amigos tóxicos.—Sentí sus brazos rodearme los hombros, su pecho chocó con mi espalda. Estaba detrás de mí.—Y gracias por ser mi chica.—Susurró en mi cuello. Eleve mi cabeza al cielo y entonces me encontré con su rostro. Se acercó a dejar un beso en mis labios. Pequeño y corto. Nuestros amigos hicieron ruidos de asco a lo que nos separamos aburridos.

—Por favor, no coman enfrente de los pobres.—Jack pidió.

ONE SHOTS ° [A.G]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora