44. « JUGANDO CON EL DEMONIO: PRIMERA PARTE»

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AIDAN X PERSONAJE FICTICIO
ADVERTENCIA: No convoquen a demonios o les puede traer consecuencias.


"Oh, por Dios".

"Esto está mal".

"Que nada me pase".

"Dios, ayúdame".

"¿Qué está pasando?".









Hanzel corría por esos húmedos pasillos buscando las escaleras. Apenas notó el vacío en un corredor saltó a los peldaños y los bajo apresurada sin temor a caer. Detrás suyo se escucharon gritos y una risa ronca. Sus amigos habían quedado en la planta de arriba y ella no pensaba regresar. No al menos cuando aquella cosa había aparecido enmedio de la habitación oscura, siendo alumbrado por las llamas flamantes de las velas rojas y negras, justo encima de la estrella de triángulos donde estaba la ouija. Y eso ni siquiera fue su culpa. Esa noche de brujas ella se dejó ser arrastrada por aquellas personas de su colegio, quienes la habían integrado a su grupo meses atrás, y al plantear jugar con aquel pedazo cuadrado de madera creyó que no pasaría nada, porque bueno, creía en Dios. Pero cuanto más lo pensaba, sonaba estúpido. Si crees en el todopoderoso no harías eso porque él lo detesta. Te apartas de su protección. Hanzel había cometido un grave error. Querer pertenecer al sistema popular.

Casi cayéndose notó la salida de la casa.

Donde debería estar la puerta no estaba más que unas bisagras apunto de desprenderse de los marcos. El aire helado le dio en el rostro al cruzar el porche. Suspiró y se echó a correr al portón de la abandonada casa Blody, lugar de leyendas y refugio de adolescentes para hacer fiestas. Ella se detuvo momentáneamente en la verja, asustada, mirando las ventanas rotas del piso superior, notando enseguida la sangre en las cortinas que se mecian afuera de los marcos cuadrados. Y jadeó perpleja. Vio una sombra entre los vidrios quebrados. Con las piernas temblando se echó a correr en la calle sin mirar atrás. Los terrenos desérticos fueron quedando atrás. Pasó las huertas de las granjas y el pequeño tramo de arbustos que llevaban a la carretera principal. De allí en adelante las luces de las viviendas cobraron intensidad. El pueblo en que vivía era sumamente tranquilo y pequeño. Estaba decorado fantasmagórico haciendo hincapié a la fecha del 31 de octubre. Las viviendas estaban repletas de esqueletos, calabazas, humo falso, lápidas y montones de telarañas, murciélagos y sin fin de decoraciones sombrías. Para tal hora los niños y adolescentes tenían invadidas las calles. Vestían desde disfraces adorables a los más terroríficos. Hanzel en su estado podría ser una total loca. Cuando un pequeño pasaba por su lado, saltaba, daba grititos y se alejaba. Mientras tanto el crucifijo rebotó en la tela que cubría sus pechos. No fue hasta que minutos después llegó al jardín de su casa que sintió un calor muy intenso en esa zona. Agradeció que su casa no estuviera envuelta en la celebración. Su hogar lucía precioso, como sólo su madre podría hacerlo, con un jardín cuidado y una pintura bien puesta. En el buzón estaba escrito un versículo de la Biblia: "Dios es mi pastor y nada me separara de él" que evitó ver a toda costa.

-Bebé-la voz de su madre llamó al abrir la puerta. -¿Eres tú?-Una pelirroja mujer se asomó desde umbral de la cocina. Atenea Mc.Kul traía puesto su mandil de ositos y el cabello recogido en un moño. De su cuello colgaba un rosario de piedras preciosas. Al verla fruncio el entrecejo y se acercó a su hija. -¿Por qué estás sudada- miró el rostro de ésta-, y por qué estás tan pálida?-Hanzel cerró sus ojos y cabeceó negando.-Dios, Hanzie.-Un gemido lastimero salió de la joven al escuchar el nombramiento de aquel ser.-¿Estás bien, Hanzie?-Su hija asintió, mareada.-Será mejor que vayas a darte un baño.-Posiblemente esa era la mejor opción pero le daba miedo quedarse sola.- Preparé spaghetti y jugo de jamaica. Ven a cenar al terminar.

ONE SHOTS ° [A.G]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora