6. «SEGUNDA OPCIÓN»: PRIMERA PARTE

5.6K 315 19
                                    

AIDAN X PERSONAJE FICTICIO ADVERTENCIA: Mención de novia, (triángulo amoroso) besos, malas palabras, (puede que encuentren una escena narrada subida de tono, mis disculpas, sino te gusta leer esto no lo leas para que no te ofendas) también puede haber una actitud y acciones sobre Aidan que son desconocidas en la vida real.


—Ya debo irme—le dije, más en cambio, no se escuchó repuesta de su parte.

Agradecí internamente estar de espaldas hacia él ya que no quería que me viera triste, que viera lo asqueada que me sentía al estar a su lado, lo horrible que se me estaba haciendo sostener toda la situación, no quería que viera cuando mal me tenía nuestra relación.

Acomode mi blusa, lista para irme, pero fue entonces que él me jaló de la mano y me atrajo hacía su cuerpo, juntos caímos en la cama y, como costumbre, mi cabeza quedó recargada en su pecho y su brazo izquierdo al rededor de mi cintura.

—Debo volver a casa, mamá se preucupara.—Volví a insistir mientras me levantaba de la cama pero de nuevo él tomó mi mano de forma delicada, detenidome.

—¿A caso huyes de mí, Caitlin?—Preguntó. Su intensa mirada estaba fija en mí, esperando mi contestación.

Yo me quedé muda por inercia.

Supongo, que no había sido tan discreta con mis acciones hacia él.

—No—susurre.

Aidan se alzó sobre el colchón y me dio un beso en mi mejilla a la vez que aprovechó la cercanía para pedirme:
—Dime que te pasa.

Se notaba insistente pero mi mente fue más rápida al tejer una escusa fácil.

—Nada. Sólo que ya es tarde.—Le respondí.

—Mientes—contradijo, sonaba tan seguro de sus sospechas hacia mi comportamiento.

—Créeme, no hay nada más.

—Estas mintiendo de nuevo—está vez no se preocupó por esconder su preocupación, provocando que mi pulso se acelerará.

—Y-o...

Y fue allí, teniendo su rostro tan cerca de mí que ya no aguante. Había llegado a mi límite. No podía seguir guardando lo que en verdad sentía. Era injusto a pesar de qu mi cerebro me dijera que siguiera con él. Mis ojos rápidamente se llenaron de lágrimas y mi barbilla inició s temblar, prueba del futuro llanto.

—Ya no puedo, lo siento.—Mis palabras salieron temblorosas. Me costaba tanto hablar sin sentir el nudo amargó en la garganta.

—¿Qué ya no puedes, qué es lo que sientes tanto?—Fue mi turno de guardar silencio ante sus preguntas.
La cobardía me invadió. No podía decirle. Deje que él limpiara mis
lágrimas mientra yo luchaba por no sollozar y romperme más frente a él.
—Tranquila—me decia una y otra vez. Cuando mi llanto seso repitió las mismas preguntas que había hecho con anterioridad.

—No puedo seguir siendo tu amiga con beneficios mientras sales con Scarlett,
—confesé—. Ella es tu novia, ¡tu novia! ¿Te das cuenta de lo delicado que es esto? La culpa me estaba matando.

—Tengo el pleno conocimiento de la situación en que me metí.—Se mostró serio en sus palabras y sereno en su reacción.—Y tú sabes que yo nunca pido nada, pero por favor, no te vayas. —Acarició mi mejilla suavemente y yo cerré los párpados, disfrutando sentir su cercanía.

Nuestras tibias respiraciones ahora chocaban contra nuestras bocas, guiandome a mí a un mundo adictivo. Aidan olía a menta con chocolate, a su fragancia y a agua de mar. Aquello era una de las cosas por las que me había vuelto adicta a él. No pasó mucho cuando sentí sus labios contra los míos moverse en una sincronía lenta. Su mano nunca se despegó de mi mejilla aún después de que todo se hizo más intenso. Y yo no pude hacer otras cosas más que responderle con la misma demanda del gesto. Dios. Él tenía una habilidad increíble para hacerme sentir especial, haciendo que lo quisiera de una manera tóxica. Y supongo, que ése era mi problema. Que lo quería tanto hasta el punto de no importarme qué tan horrible era conmigo.

ONE SHOTS ° [A.G]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora