25. «UN CIELO DE ESTRELLAS»

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AIDAN X PERSONAJE FICTICIO
ADVERTENCIA: Mención de vicios y problemas emocionales. Escena un poco subida de tono. Basada en la canción A sky Full Of Stars de Coldplay y My Demons de Starset.


Su mirada estaba puesta en mí. No necesite buscar un indicio de molestia, todo su cuerpo lo hacia sin ocultarlo.

—No veas así.—Mi voz salió en un reproche pero era vergüenza la que sentía por que me viera en tal estado.

—¿En serio?—sus brazos se encontraban cruzados debajo de sus pechos. El desdén irradio en sus palabras y no pude sentirme peor.—¿Cómo quieres que te vea?—sus ojos, esos que yo siempre solía hacer brillar de lágrimas se cerraron lejos de mi acción.—Deberías dejar de hacerlo. —Suplico.—Algún día morirás.

Quise hacer caso en ese segundo pero en cambio le di una calada al cigarro en mis dedos. El humo bailó en el aire como una nube espesa, mi mente floto y mi cuerpo entró en relajación, amaba el efecto, pero no demasiado como el efecto que ella me provocaba.

—Algún día tendré que morir. Sólo tengo un método diferente, Sabrina.—Argumente. Una de mis manos se extendieron en su dirección.—Ven a mí, niña.—Sus párpados se abrieron lentamente, pude ver una chispa de dolor en ellos pero finalmente acepto. Se acuclillo en el suelo bajo el gran árbol Sauce que nos cubría y se acorruco en mi pecho. Su aroma a pesar de todo se filtró en el aire. El perfume que usaba siempre se lograba perfilar en el ambiente, y eso me fascinó desde el primer instante, supe que sería alguien imposible de pasar desapercibida, lograba destacar a donde iba, ella sabía como colarse en la piel.—No puedo detener esto.—Mis dedos inconscientemente comenzaron ha acariciar la piel desnuda de sus hombros. Sabrina se apego más a mi cuerpo y yo solo pude dar otra fumada sin saber quién era más embriagante.
—Toma el control y me arrastra hacia la nada. Necesito tu ayuda. No puedo luchar contra esto por siempre.—Su cabeza se elevó.—Nunca me dejes.—Mi deseo se convirtió en algo asegurado. Supe que no tenía que pedírselo. Ella estaría allí al final de la línea esperándome. Dios. Esa chica de verdad daría la vida por mí sin pensarlo dos veces y yo la había decepcionado tantas veces que no podía contarlas, le había hecho tantas cosas malos a través de los años que me sentí el peor ser humano del planeta. Sabrina merecía algo mejor. Pero era lo suficientemente egoísta paga decidir quedarmela.—Eres un cielo de estrellas. Sigue adelante, hazme pedazos, destruye mi corazón. No importa si lo haces, eres un cielo de estrellas, Sabrina.

Sus largas pestañas revolotearon al mismo tiempo que su mirada se elevó. En ese momento me sentí desfallecer. Mis piernas temblaron, todos mis sentidos se dispararon.

—¿Aidan?—mi nombre sonó en su boca como un secreto, como un llamado en las tinieblas. Se acercó peligrosamente hasta el punto de hacer que mi pecho se acelerará. Sus labios fueron dejando besos en mi cuello hasta seguir la curva de mi quijada. Un jadeo tembloroso salió de mi garganta. —¿Me quieres?— Asenti sin dudarlo. Una de sus manos se deslizó por todo mi antebrazo derecho. Con una sonrisa quitó el cigarro de mi mano y aplastó la punta de esge en la tierra. Sólo pude limitarme a observar la imagen aturdido. Regrese mi vista a ella. Un aura de superioridad estaba en su rostro.—Si me quieres no fumes cerca de mí.—Pero yo solo podía pensar en que sus piernas estaban a cada lado de mi regazo, solo pensé en que se veía tan hermosa con la cabellera castaña moviéndose al copas de las ráfagas de viento, en su piel descubierta siendo albergada por la brisa calurosa.—Te amo y te quiero vivo.

Sonreí suavemente.—¿No hay más opciones?—su forma gélida de golpearme en el pecho donde anteriormente estaba me advertido que dejará las bromas y tomará en serio las cosas.—Bien, lo intentaré. —Está vez fui serio.—Lo prometo.

—Muy bien—sonrió satisfecha por mi repuesta— porque no voy a seguir permitiendo que alguien te rompa, que te quiten tus colores, ni tú mismo.—Su dedo índice trazó líneas imaginarias en las marcas moradas de mis brazos. Su toque provocaba una ola de escalofríos que recorrían todo mi cuerpo. Ella sabía lo que hacía conmigo. El poder que tenía para controlar mis demonios. —Estaré a tu lado.—Nos miramos. La vacilación no estuvo presente en sus expresiones en ningún momento. Ahí lo entendí. ¡Es tu salvación! Mi mente gritó.Da por hecho que estaré a tu lado hasta que las estrellas dejen de existir, y la luz de la luna se apague, Aidan. Lo prometo.—Y con ese juramento se inclinó a besarme.

ONE SHOTS ° [A.G]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora