Capítulo 2

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Llegó el día del viaje, Joselyn ha vomitado toda la mañana de los nervios, es la primera vez que se sube en un avión. Beatriz no ha dejado de llorar ni de hablar con sus hijos. Y yo el jamón del sándwich ayudando a una y luego a la otra, pero bueno, para eso estamos las amigas. Finalmente se calman gracias a unas pastillas tranquilizantes que ambas tomaron que les hicieron efecto justo antes de subirnos al avión. La nave es inmensa, Joselyn ha decidido en sentarse en medio de nosotras dos para sentirse más segura. Yo tomo el libro que compré y comienzo a leerlo ya que ellas se quedan dormidas.

Después de casi nueve horas hacemos escala en Lisboa Portugal, las chicas están más tranquilas y estamos disfrutando de un trago observando la diversidad de personas mientras esperamos por nuestro vuelo. De repente las tres nos quedamos mirando una pareja que nos pasa por el lado.

– Wow, así me quiero ver yo con mi pareja – dice Joselyn. Me los quedo mirando porque él se me hace muy conocido. – Niña disimula, no ves que tiene esposa – dice Beatriz en voz baja. – No es eso, es que él se me hace conocido. Además, sabes que nunca me metería en un matrimonio – respondo.

– ¿Sra. Shaw? – escucho y volteo ya que ese es mi apellido de casada. – ¿No se recuerda de mí? Soy Scott McMillan, yo trabajé con su esposo en el proyecto del hospital de niños en Doral – dice el hombre de la pareja perfecta que estábamos mirando. – Con razón se me hizo conocido, ¿cómo está? – pregunto estrechando mi mano. – Excelente muchas gracias, le presento a mi bella esposa Juliette, vamos de regreso de nuestra luna de miel – dice sonriendo, honestamente él es muy guapo y ella no se queda atrás es muy bonita.

– Mucho gusto Sra. McMillan mi nombre es Anabel, muchas felicidades – le digo a ella estrechándole mi mano. – Me estaré comunicando con su esposo pronto, tengo otro proyecto en Florida que quisiera comentarle – él me explica, mi ex esposo es arquitecto. – Bueno ya estamos separados, pero se puede comunicar con él a su oficina – respondo, él me mira sorprendido. – Oh...disculpe... - comienza a decir, pero le interrumpo. – No se preocupe, me dio gusto verlo y conocer a su esposa. Hacen una pareja muy bonita – digo sonriendo para que no se sientan tan incómodos. – ¿Usted continúa en el negocio de diseños de interiores? – pregunta. – Sí, eso si no lo he dejado – comento con humor haciéndolos reír. – Tenga, aquí está mi tarjeta por cualquier asistencia que necesiten – continúo. – Perfecto, mi esposa y yo estaremos en contacto con usted para su ayuda en una casa que estamos construyendo en el Caribe – responde. – ¡Encantada! Justo ahora voy a Marruecos de vacaciones, pero estaré disponible en dos semanas – digo sonriendo. Nos quedamos un rato más hablando con ellos y luego se marchan.

– Espero que este encuentro no te arruine el día – dice Joselyn tomando mi mano porque sabe que recordar a Sam me afecta todavía. – ¡Chicas vamos que perdemos el vuelo! – nos avisa Beatriz mirando la hora, así que pagamos y nos vamos de prisa.

Nos subimos al avión y afortunadamente Joselyn está tranquila. Vamos conversando con emoción imaginándonos cómo será nuestra aventura en este maravilloso lugar el cual desconocemos.

Y a pesar que estamos entretenidas mi cabeza no deja de pensar en Sam. No ha sido fácil este proceso de separación mucho menos sacarlo de mi corazón. Enfrente de mis amigas y familiares soy fuerte, pero por dentro soy débil, hace un mes tengo los documentos de divorcio y no puedo filmarlos, esto nadie lo sabe. Lo que siento por él es muy fuerte y el coraje que le tengo creo que lo hace peor, esa sensación de te amo y te odio me hace no querer dejarlo.

– Ven Bel, mira cómo se ve Tanger desde el aire – dice Beatriz ya que está sentada en la ventana. – ¡Wow que emoción! – digo admirando el paisaje. De repente escuchamos el aviso que nos abrochemos los cinturones porque vamos a aterrizar pronto.

De camino al hotel parecemos tres bobas mirando todo con asombro, el taxista nos da un pequeño tour y lo hacemos reír con nuestros comentarios. – Muchas gracias Hadir hemos disfrutado mucho de su tour – digo pagándole. – Un placer Señoritas, aquí les dejo mi tarjeta, con mucho gusto las llevo a conocer la ciudad – dice amablemente. – Perfecto, lo estaremos llamando – respondo y se marcha. Las chicas están como locas de la emoción dejándome atrás y se me pierden.

Entro al hotel, es hermoso todo es blanco pero la decoración es de oro y colores, dándole ese toque peculiar de Marruecos. – ¿Necesita ayuda? – me pregunta un chico. Me quedo hipnotizada con sus ojos, son azules con detalles negros, muy distintivos. – No gracias, estaba admirando éste hermoso lugar – respondo. – ¿Primera vez que visita Tanger? – pregunta. – Sí, vengo de vacaciones con mis amigas – contesto. – Bienvenida, mi nombre es Nasire espero disfrute de su estadía – dice amablemente estrechándome su mano. – Anabel...muchas gracias – respondo sonriendo estrechándole la mía, nos quedamos mirándonos por unos segundos, asiente con la cabeza y se marcha.

Mientras se aleja me quedo mirándolo... ¿qué te pasa, ese chico puede ser tu hijo? Pienso cuando despierto de la pequeña fantasía que pasa por mi mente gracias a esos bellos ojos. - ¡Bel te desapareciste! – escucho a Joselyn. – ¡Ustedes se olvidaron de mí! – respondo sonriendo. - Acabo de ver al que será mi marido, es igualito al actor Rodolfo Sancho – dice con emoción haciéndome reír. – La hubieses visto, se le quedó mirando de arriba abajo sin disimulo alguno...bueno ya sabes cómo es ella... un poco más y le tengo que poner un babero – comenta Beatriz entre risa haciéndonos reír y nos vamos a hacer el check in.

Nuestra habitación es bellísima, parece departamento más que suite de hotel, tiene una pequeña sala con balcones con vista a la playa, cada una tenemos nuestra propia habitación, nos sentimos que estamos en un sueño. Parecemos adolescente mirando todo con emoción.

Enseguida Joselyn llama a Servicio al Cuarto para que nos traigan una botella de vino y mientras la traen Beatriz aprovecha y sale al balcón para llamar a su mamá y dejarle saber que llegamos bien y para hablar con los gemelos. – Bel, por favor atiende tú que estoy en el baño – avisa Joselyn cuando alguien toca a la puerta.

– Señorita Anabel, le hemos traído estas tapas para que puedan disfrutarlos con la compañía de uno de nuestros mejores vinos locales, procedente de Mequinez, principal región vitícola del país. Un regalo del hotel – dice Nasire sorprendiéndome. – Muchas gracias, adelante – les digo ya que viene él con dos chicos más del servicio.

– ¿Entonces trabajas aquí? – pregunto. – Sí, cualquier servicio que necesiten nos dejan saber. Le haremos pasar la mejor de sus vacaciones – responde. - ¡Wow! ¿Qué es todo esto? – dice Joselyn cuando sale del baño. – Un regalo de la casa – respondo. - ¡Wow! – ella vuelve a decir cuando ve a Nasire. – Disculpa mi reacción, es que tus ojos son hermosos – dice ella, que como siempre, no tiene pelos en la lengua. – Gracias por el cumplido – él responde respetuosamente. – Adelante...prueben el vino, si no es de su agrado le traemos el que pidieron originalmente – nos dice.

- ¿Y este banquete? – pregunta Beatriz al entrar a la sala. – Nos han traído un regalo – responde Joselyn. Los chicos nos sirven el vino, está exquisito, es muy suave una mezcla de cranberry y especies. – Mmm... - las tres lo saboreamos a la misma vez haciéndolos sonreír. – Está delicioso, muchas gracias – les agradezco. – Muy bien que lo disfruten – nos dice Nasire. – Se pueden marchar – les indica a los chicos. – Esta noche habrá una actividad en el hotel, habrá música en vivo, comida, bebidas, están cordialmente invitadas – nos informa. – Perfecto, allí estaremos. Es usted muy servicial – dice Joselyn con emoción. Él asiente como agradecimiento luego me mira, asiente y sonríe. – Que disfruten – nos dice y se marcha.

- ¡Que ojos! Me siento mal diciendo esto, pero ese chiquito está como para cometer un pecado – dice Beatriz mordiendo su labio y levantando las cejas haciéndonos reír. – Yo espero que mi futuro esposo vaya esta noche, le voy a hacer la danza de vientre – dice Joselyn mientras come un queso moviendo su cuerpo de una forma muy graciosa.

– La verdad que no sé si voy a ir, estoy tan cansada del viaje – le digo tomando un sorbo del vino. – Tienes que ir Bel, tenemos que disfrutar cada segundo de nuestras vacaciones – dice Joselyn todavía bailando. – Ustedes tienen energía porque durmieron casi todo el viaje, yo no pude descansar – digo riendo porque Joselyn no para de bailar. – Bueno hagamos algo, Salvaje y yo nos vamos a conocer el hotel mientras tú descansas, tenemos que ir las tres a esa fiesta – sugiere Beatriz. Lo pienso por unos segundos y accedo. – Está bien, me tomo otra copa de este delicioso vino y me acuesto un rato – respondo. – ¡Eso es! ¡Salud! – dice Joselyn con emoción.

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