Decidimos ir a cenar todos juntos al mismo restaurante que fui con Nasire la noche de mi vergonzosa borrachera. Samira se ducha en el baño de sus padres, Fatíma en la ducha del cuarto de Samira, Hernán en el baño del cuarto de huésped del primer piso y Nasire y yo en el baño del cuarto de huéspedes del segundo piso. Aprovechamos la oportunidad y liberar el estrés de nuestra conversación con una deliciosa sesión de placer debajo de la ducha.
Cuando estamos mucho más relajados y listos recogemos nuestras cosas, pero antes de bajar decido ponerme el velo que Nasire me regaló. - Te ves hermosa princesa - dice besando tiernamente los labios. - Tú estás guapísimo...es más...vámonos a tu casa y nos comemos tú y yo... - digo mordiendo su labio. - Conmigo no hay problema - dice rozando su excitación con mi cuerpo. - Nos morimos de hambre - escuchamos la voz de Samira al mismo tiempo que toca la puerta, ambos nos miramos y ponemos los ojos en blanco, tomamos nuestros bultos y bajamos.
- ¿Listos? - dice Samira y al voltearse se queda perpleja mirando mi velo. - Vamos que se nos hace tarde - dice Nasire notando la reacción de ella, pone su mano en mi cintura y salimos de la casa.
Fatíma y Hernán ya están en su auto conversando mientras esperan por nosotros y cuando estamos guardando nuestras cosas en el portamaletas de su auto, Nasire recibe una llamada del hotel. - Disculpa princesa tengo que atender esta llamada, solo me tomará un minuto - me guiña el ojo y se aleja un poco, lo admiro de pies a cabeza y mis pensamientos se van a volar a cuando estábamos en la ducha.
- Muy bonito tu velo - Samira dice sobresaltándome. - Gracias, un regalo de Nasire - respondo sonriendo. - Sé la historia de ese velo...si no me hubiese ido a Francia quien lo llevaría hubiese sido yo - dice mirándome fijamente a los ojos. - Según lo que Nasire me ha contado, no lo dudo - respondo, ella me mira sorprendida. - ¿También te contó que en Francia yo tuve una relación con un señor mayor a mí? ¿Te contó lo mucho que sufrió por eso? - pregunta, sé a dónde quiere llegar. - No...no me comentó pero algo sí me aseguró - le digo sin bajar la mirada. - Bueno...no te lo tengo que decir si sabes el significado del velo - digo encogiéndome de hombros demostrándole que sus palabras no me han hecho daño...aunque en realidad sí lo han hecho.
Nos vamos y voy todo el camino en silencio dándole vueltas a lo que ella me ha dicho. Nasire respeta mi silencio ya que le mentí y le dije que me dolía la cabeza, pero al preguntarme que si quería ir a la casa me negué ya que no quiero que Samira se dé cuenta de lo confundida que me ha dejado.
En el restaurante actúo normal aunque hay veces que mis pensamientos me traicionan distrayéndome de la conversación. Fatíma, Nasire y Samira conversan recordando sus años en la universidad, alimentando más mi confusión. De pronto me siento muy ansiosa, necesito retirarme un momento así que pretendo que he recibido un mensaje de un cliente y me voy caminando hasta una esquina para estar sola aunque sea unos minutos.
Siento que estoy hiperventilando...todo era muy perfecto para ser real. Escucho pasos y al voltearme es él quien se acerca. Lo veo que viene caminando con su bella sonrisa y se me encoge el corazón de dolor. - Necesito estar contigo a solas, vamos para despedirnos de ellos - dice besando mi cuello, asiento con la cabeza y después de despedirnos de todos, nos marchamos.
- ¿Todavía te sientes mal? Has estado muy callada desde que salimos de la casa de Samira - pregunta Nasire cuando estamos en la habitación. - Cansada - respondo entrando al baño. - Anabel...te conozco lo suficiente...dime que te incomodó... - Nasire pide. - Nada Nasire, solo que estoy cansada - trato de esquivarlo saliendo del baño pero me aguanta por la mano. - Por favor...háblame princesa - dice con mirada de preocupación.
- Creo que debes retomar tu relación con Samira - digo quitándome el velo. -¿De qué me estás hablando? - pregunta confuso. - Ella y tú han vivido muchas experiencias juntos, tenían planes... - digo tragando fuerte. - Anabel no por favor... - dice pasando su mano por su cabello. - Son jóvenes, pueden explorar novedades juntos, crear una familia sin que nadie los mire extraños... - continúo. - Anabel... - vuelve a decir. - Hacen una pareja muy bonita y sus hijos serían preciosos... - lo ignoro.
- ¡Joder Mujer! No volvamos a hablar de lo mismo, ya te aclaré que no quiero nada con nadie...solo contigo... - dice levantando su tono de voz atrapando mi atención. - Ya entiendo por qué te fijaste en mí... - ahora soy yo quien atrapo su atención. - Samira te dejo para irse con un señor mayor y tú le estás haciendo lo mismo... - digo, él abre sus ojos y cierra sus puños. - No puedo creer que dudes de mi palabra, de mis sentimientos...que pienses que me acerque a ti por esa estúpida razón... yo te a...- se queda en silencio por unos segundos. - Ya no te voy a seguir insistiendo...me acabo de dar cuenta que lo nuestro no va para ningún lado... - dice negando con la cabeza. - Me voy a la otra habitación... - dice y se marcha.
El puertazo me despierta de mi trance. Caigo sentada en la cama y todo me da vueltas. Mitad de mi cerebro dice que tomé la decisión correcta y la otra mitad se arrepiente. Me levanto, arreglo mi equipaje y entro a la línea aérea para cambiar mi vuelo aunque tenga que pagar la multa por el cambio. El único vuelo disponible es mañana en la noche así que hago el cambio. Me pongo mi bata de dormir, me quedo mirando el techo del cuarto y es cuando me entra el cargo de consciencia.
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Azul
RomanceAzul es una historia de romance que comienza cuando Anabel Montoya, una mujer de 40 años, sugiere un viaje a Marruecos con sus dos amigas en una noche de borrachera. Un viaje el cual les cambia la vida a estas tres amigas, en especial a Anabel al c...