Capítulo 38

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El viaje de regreso es maravilloso, la vista del Estrecho de Gibraltar es hipnotizante desde los aires. Esta vez lo puedo apreciar ya que la primera vez estaba perdida en las caricias de mi Ojitos.

Aterrizamos y nos vamos a su hotel para cenar. Como siempre la comida está deliciosa aunque mi acompañante lo está mucho más. Estamos muy felices hasta que me pregunta cómo me fue con los McMillan y el viaje en su bote. - Eh...muy bien. El bote es increíble, me hubiese encantado que estuvieras conmigo - respondo tragando fuerte. - No te preocupes, esa experiencia la podemos vivir juntos muy pronto - comenta acariciando mi mano.

- ¿Le tuvieron que hacer muchos cambios a la casa? - pregunta. - No, afortunadamente arreglamos el diseño para no hacerle cambios a lo que ya está construido, así evité que se atrase el itinerario - explico. - Que bueno, contratarte a ti como su diseñadora fue la mejor decisión que pudieron haber tomado - dice sonriendo. - Gracias Ojitos - respondo sonriendo y me quedo mirándolo a los ojos. Tengo que decirle que me acosté con Sam, no es justo que se lo oculte. - Nasire... - digo pero Aalia se nos acerca interrumpiéndonos para decirle que todo está listo y la van está cargada. - Bien...dile al grupo que nos esperen en la entrada, no tardamos - él le indica, ella asienta y se marcha. - ¿Lista? - me pregunta. - Sí, aunque no sé para qué - digo riendo. - Ya te explico, ven - dice sonriendo tomando mi mano y nos vamos.

Llegamos a un pueblito pequeño, y como me explicó Nasire por el camino, todos están afuera esperándonos muy felices. Todos los jueves visitan este pueblito y les regala comida, ropa, juguetes y otras cosas necesarias. Al salir de la van todos se acercan a saludarnos, me comienzan a hablar pero no les entiendo ya que su lenguaje es árabe, así que Nasire comienza a traducir lo que me están diciendo.

Luego les comenta algo haciendo que todos me miren a la misma vez sonriendo y asintiendo con la cabeza. - ¿Qué les dijiste? - le pregunto. - Que eres mi prometida - responde sonriendo. - ¿Prometida? Creo que es muy pronto... - pregunto mirándolo sonriendo, él sonríe encogiéndose de hombros. De repente se nos acerca una hermosa niña de piel blanca, pelo lacio negro y unos ojos hechizantes, el color es muy parecido a los ojos de Nasire pero son un azul más claro adornados por largas pestañas, debe tener unos cuatro años.

- Hola hermosa... - la saluda Nasire abrazándola. - Ella es Anabel mi novia - le explica. - Hola Anabel - su voz es muy tierna. - Hola, eres una niña muy preciosa - le digo sonriendo, ella sonríe tímidamente. - Buenas noches Sr. Mersinni - le saluda una mujer muy parecida a la niña, debe ser la madre. Nasire nos presenta y a lo que habla con ella yo me quedo con la chiquita quien nos ayuda a entregar los víveres que hemos traído.

Cuando entregamos todo me quedo conversando con ella, su nombre es Sahara, tiene cinco años. Para su corta edad habla muy articuladamente. Me dice que su madre es la maestra de los niños del pueblo, su madre le ha enseñado diferentes idiomas. Habla de ella como si fuera su heroína, pero noto tristeza en sus bella mirada, así que me pongo a jugar "Veo, veo" con ella. Luego uno de los habitantes pone música y nos invitan a tomar té y comer Ktefa recién hecho muy delicioso. Todos son muy amables, se nota que todos aprecian a Nasire muchísimo.


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