Entramos al restaurante agarrados de la mano, lo que quiero es abrazarle el brazo así que sigo mi impulso y lo hago mientras esperamos a que nos asignen la mesa. - Te amo Ojitos - le digo, él besa mi cabeza - Te amo princesa - responde. Cuando la chica se acerca se sonríe y nos mira con ternura haciéndome sentir bien - La mesa está lista - nos indica y le seguimos.
Voy risueña mientras caminamos hasta la mesa, de pronto Nasire se detiene pero veo que la chica sigue caminando. - Anabel...Sam está aquí - me dice en voz baja, cuando lo encuentro con la mirada me sorprendo. - ¡Bel! - exclama Beatriz. - Buenas noches - les saluda mi chiquito. Sam nos mira sin decir una sola palabra, sus ojos miran a Nasire, luego a mí. Yo lo miro y sonrío. - ¿Qué hacen por aquí? - le pregunto a Bea. - Estábamos haciendo algo para los gemelos muy cerca de aquí - explica. Noto que Nasire y Sam se miran con coraje pero la chica regresa por nosotros para indicarnos cuál es nuestra mesa. - Nos vemos mañana y buen provecho - les digo me despido de Bea con un beso en la mejilla y nos vamos a nuestra mesa.
- ¿Te puedo hacer una pregunta? - dice Nasire. - Todas las que quieras - respondo. - Después de Turk & Caicos... ¿hablaste con él? - me pregunta. - No...lo boté de la habitación y no supe más de él hasta ahora. Aunque sabía que lo iba a ver en la fiesta de los niños - respondo. - Sí eso también lo sé - dice poniendo los ojos en blanco. - Pero vamos a estar juntos, me importa poco lo que diga o piense - digo acariciando su mano. - ¿Si te estás dando cuenta que él no deja de mirar a nuestra mesa? - me pregunta. - Sí lo he notado... ¿nos vamos? - le pregunto. - Solo si tú quieres irte - responde. - No voy a dejar que nos dañe nuestra cena... - digo sonriendo acariciando su mejilla. - Muy bien...entonces... - dice y le haces señas al mesero. - Dos copas de Moet Chandon - le pide asintiendo con la cabeza.
Mientras esperamos noto que Nasire está tenso e incómodo, así que acaricio su mano atrapando su atención. - ¿Seguro que te quieres quedar? - le pregunto. - Tengo que acostumbrarme a estar cerca de él, prefiero hacerlo ahora así mañana estoy más relajado y no le daño la fiesta a los gemelos - responde. - Mi Ojitos siempre tan considerado - digo sonriendo acariciando su rostro. Nos traen el champagne y brindamos por el comienzo de nuestra relación, ahora sí una relación seria y estable, sin excusas ni complejos.
- ¿Quieres ser mi novia? - pregunta sacando la cajita del bolsillo de su chaqueta. El anillo es hermoso, es de oro blanco con pequeños zafiros azules todo alrededor. - Sé que no te gusta la opulencia así que te escogí éste sencillo anillo como muestra de nuestra unión - explica sacándolo de la cajita. Lo miro detalladamente tiene un mensaje grabado que lee "Mi amor por ti es ∞". - Va en el dedo del corazón - dice poniéndomelo y acaricia mi mano. - Sí Nasire Mersinni, quiero ser tu novia - me acerco a él para besarlo y escuchamos un golpe en una mesa sobresaltándome. Al mirar hacia la dirección del ruido me doy cuenta que Sam está parado respirando fuerte mirándonos. Beatríz me mira apenada, se levanta y se marcha. Al darse cuenta Sam sale detrás de ella.
- Ya, ahora sí podemos estar tranquilos - comento mirando a sus bellos ojos. Él me mira, pero mira hacia la dirección por donde ellos salieron quedándose pensativo por unos segundo. - Hey Ojitos, te amo - comento para que su atención regrese a mí. - Yo también princesa - responde. El camarero se nos acerca y pedimos nuestra comida.
- Nasire...sé que dije que no íbamos hablar más del tema...pero ¿qué pasó con Samira? - pregunto. - Siguió buscándome - responde. - Descuida princesa no te pongas tensa. Recuerda que además de haber sido mi pareja, también éramos...bueno somos amigos. Salimos a tomarnos unos tragos y desahogué toda mi frustración. Aunque tal vez se te haga difícil de creer, ella me hizo entender que mi furia más que contigo o Sam, era conmigo mismo por la culpabilidad que tenía por haberme acostado con ella - me explica.
- ¿Qué ella hizo qué?... ¿si quería regresar contigo? - pregunto con confusión. - Yo le dejé mis sentimientos muy claro. Le costó un poco aceptarlo pero ella sabe cómo soy yo con mis decisiones y me ayudó a entender el origen de mi ira - responde. Lo miro dudosa - Anabel, yo soy tuyo... - comienza a decir pero lo interrumpo. - Eso lo tengo bien presente mi amor, es solo que lo estoy asimilando -. Él me mira sonriendo y lentamente sus ojos bajan hasta mi escote, haciéndome sonreír. - ¿Hambre? - pregunto mordiendo mi labio. - Te deseo - responde con mirada profunda. - ¿Le decimos que nos pongan la comida para llevar? - pregunto levantando las cejas haciéndolo reír.
Mientras comemos estudio todo su físico, su cabello, sus perfectas cejas, sus oscuras pestañas. Su masculino pecho, su piel, sus increíbles manos y pienso en lo que puede hacer con ellas. - Tengo tantos deseos de ti - digo en voz baja. - ¿Qué dices princesa? - pregunta. - Estoy adicta a ti - digo haciéndolo sonreír, sus bellos ojos azules se iluminan haciéndome estremecer. - ¿Realmente eres mío? - pregunto. - Completamente Anabel - responde riendo y besa mi mano. - ¿Desean un postre? - nos interrumpe el camarero al recoger nuestros platos. - No muchas gracias, la cuenta por favor - responde Nasire, el camarero asienta y se marcha.
- Necesito tener esos hermoso pechos rozando mi piel - me dice al oído erizándome de pies a cabeza. - Me matas Nasire - digo sonriendo. - Aquí no princesa, me da vergüenza que me vean el trasero - comenta haciéndome reír. - Ganas no me faltan de brincarte encima - comento justo antes de que nos traigan la cuenta. Nasire le da su tarjeta para pagar y mientras nos traen el recibo nos comemos con la mirada. Siento que todos alrededor se dan cuenta de la manera en que nos estamos deseando. No puedo evitar quitar mis ojos de él, me estoy obsesionando con su físico, mucho más con la forma en que él me mira.
Al llegar al estacionamiento, Nasire me pega contra el auto y me besa muy apasionadamente. Mientras me besa abro mis ojos por un momento, tengo un orgasmo mental observando el deseo en sus gestos al besarme. Mi corazón late con rapidez y mucha fuerza, nuestras respiraciones son profundas y agitadas. Cierros mis ojos sumergiéndome en las profundidad de su beso, hasta que suelta un jadeo sordo. - Tenemos que irnos Nasire - digo pegada en sus labios. Él me mira, acaricia mis labios con su dedo pulgar y me besa tiernamente. - ¿Cómo despegarme de estos labios que me tienen loco? - dice sonriendo y le da un suave mordisco a mi labio inferior. - Mmm... - lo disfruto, él me mira me guiña el ojo y me abre la puerta del auto.
Al sentarme siento la excitación de mi cuerpo, jamás mi cuerpo había actuado de esta manera con tan solo un beso. - No solo me haces sentir más joven pero hasta mi cuerpo lo haces responder como nunca había respondido - comento cuando se sube al auto. - ¿De verdad princesa? Me halaga saberlo - responde con orgullo. - Pudiste ser primerizo cuando comenzamos pero complaces mi cuerpo como todo un experto inclusive desde la primera vez que estuvimos juntos - digo sonriendo. - Y yo todo nervioso pensando que no te iba a gustar estar con un "culicagado" como yo - comenta haciéndome reír. - Ahh...pero que bien te sentiste - digo retorciéndome al recordarlo. - Mira hasta se me eriza la piel al imaginarte dentro de mí - le muestro mi brazo.
En ese momento la luz del semáforo nos hace detenernos. Él acerca su rostro al mío, lame suavemente mis labios y nos besamos, esta vez el claxon de los autos nos interrumpen. Nos miramos riéndonos como chiquillos. - Así que te gusta lo que te hago - comenta acelerando, las luces de los autos que viene en sentido contrario iluminan sus bellos ojos embobándome. - Muchísimo, eres una delicia de hombre - respondo admirándolo. - Es que tu cuerpo es simétricamente perfecto para mi cuerpo, tu cuerpo hace que mi cuerpo funcione, somos el uno para el otro - dice besando mi mano. - Nasire ¿de dónde saliste? Todo lo que haces, lo que dices es...perfecto. Me tienes rendida a tus pies, te adoro - digo abrazándole el brazo y ahí me quedo todo el camino disfrutando de su olor.
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Azul
RomanceAzul es una historia de romance que comienza cuando Anabel Montoya, una mujer de 40 años, sugiere un viaje a Marruecos con sus dos amigas en una noche de borrachera. Un viaje el cual les cambia la vida a estas tres amigas, en especial a Anabel al c...