Capítulo 27

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Las semanas pasan rápidamente. Llegamos a una isla la cual ubica una inmensa mansión que más bien parece resort. El viaje en el bote de los McMillan fue increíble, aunque hubiese disfrutado mucho más si Nasire hubiese estado conmigo. Pero la distancia me ha ayudado mucho a recapitular mi vida y reestructurar lo que quiero en ella. Me he mantenido en contacto con él por teléfono y como siempre me hace sentir amada y la mujer más atractiva del planeta aumentando mi autoestima. Tengo un viaje reservado para irlo a ver después de esta reunión, él no lo sabe ya que quiero caerle sorpresivamente. Me hace tanta falta que me he pasado todo el tiempo hablando de él con Joselyn y Bea, ya las tengo mareadas a las pobres. Pero poco me importa ya que cada vez que lo menciono me lleno más de él en su ausencia.

- ¿Y a esto ustedes le llaman casa? - pregunto haciéndolos reír. - Queremos que este sea un "family retreat". Desde que Scott y yo nos conocimos hemos tenido la dicha de conocer muchas personas que nos han ayudado y han estado con nosotros incondicionalmente, las cuales ya son parte de nuestra familia. Pensando en ellos hemos construido esta casa - me explica Juliette. - ¿Pero la isla es privada? No veo más nada casas alrededor - pregunto mirando alrededor. - Sí es nuestro pedacito de tierra donde podemos hacer lo que queramos - responde sonriendo. - Maravilloso - respondo sorprendida.

De pronto miramos a Scott quien se atora y empieza a toser. - Amor ¿estás bien? - le pregunta Juliette acercándose, él no responde, solo levanta la mirada para un punto detrás de mí. - Oh por Dios...Anabel no entiendo qué hace él aquí - dice Juliette con preocupación y sin darme tiempo de ver quién es, escucho la voz de Sam. Me quedo perpleja mirándolo mientras le estrecha la mano a ellos y a mí me besa la mejilla. Finalmente se bajó la barba y arregló su cabello, parece otra persona.

- ¿Qué haces aquí Shaw? - pregunta Scott. - Montgomery tuvo un percance inesperado y me pidió que lo cubriera, espero no les moleste - responde. - No molesta, pero nos hubiesen dejado saber con anticipación, aunque entiendo que fue inesperado. Con la tecnología moderna si la llamada no conecta hay otras formas de comunicación - comenta Juliette un tanto enojada. Se nota que es fuerte de carácter. - Lo entiendo y lo siento Sra. McMillan - responde. - Bueno pero ya que estamos aquí aprovechemos porque ya no podré regresar hasta después de un mes y no quiero que se retrase el proyecto - dice Scott con cautela mirándome como esperando mi aprobación, asiento y nos vamos a ver la construcción.

- Anabel...como pudiste notar, nosotros no teníamos idea que él vendría - Juliette se disculpa cuando nos quedamos un poco atrás. - Descuida, no te preocupes. Su presencia es insignificante para mí - respondo y continuamos nuestro camino.

Afortunadamente logré conseguir un vuelo de regreso a Florida desde Turks y Caicos. Después de la desagradable sorpresa decidí regresarme lo antes posible para evitar compartir más tiempo con Sam. Nuestros planes eran parar en Bahamas cuando regresáramos en el bote a Florida, pero Juliette y Scott entienden mi decisión. Así que uno de los trabajadores me lleva hasta la isla en una lancha rápida.

Para añadir a los inconvenientes del día de hoy, el avión sufre un desperfecto así que me tocará quedarme hasta mañana. Pero como la aerolínea nos va a alojar a los pasajeros en un hotel 5 estrellas no me molesta, además estoy lejos de Sam y eso es lo que quería. Me ducho, ceno algo liviano y me quedo en el bar disfrutando de un cocktail escuchando la agradable música que un grupo local toca para relajarme antes de irme a dormir.

Pasan unas horas, los tragos han hecho su trabajo así que decido ir a mi habitación. Pago la cuenta y al voltearme me encuentro con Sam. - ¿Qué rayos haces aquí? ¿Me estas siguiendo? - pregunto. - Pues aquí me estoy quedando y no te estoy siguiendo Ana - responde.

Tengo que admitir que ese nuevo "look" le queda demasiado bien, se ve muy guapo. - Sal de mi camino...ya me voy a mi habitación - digo con coraje. - No te vayas, déjame invitarte solo un trago más y te prometo que no te molesto mas - pide. Lo pienso por unos segundos y accedo. - Solo para que me dejes en paz...te conozco lo suficiente y sé que si te digo que no, me seguirás hasta la habitación insistiendo y no estoy de humor para tus juegos. Me tomo el trago y me voy - respondo. - Perfecto - dice sonriendo, parece que también ha estado bebiendo, su aliento huele a licor.

Nos sentamos en una mesa cerca de la playa con nuestras bebidas, me mira sin decir nada. - Vinimos a conversar o te vas a quedar como tonto mirándome - digo tomando un gran sorbo a mi trago. - Estaba admirando lo hermosa que te ves con tu nuevo corte de cabello, te queda muy bien - responde. - Gracias - digo fríamente. - ¿Qué es lo que me tienes que decir que es tan importante? Aprovecha y dímelo ya - pregunto.

- Hoy no Ana...estoy un poco tomado y esa conversación tengo que hacerla con la mente fría - responde tomando un gran sorbo de su bebida. - Pues yo no quiero tener otro momento a solas contigo Samuel. No entiendes que tu presencia me molesta...me hace recordar los momentos buenos y los momentos malos de nuestra relación y me siento impotente al no poder controlar esos pensamientos ya que los buenos fueron muy buenos y me duele mucho recordarlos. Se me hizo muy difícil desligarme de ti porque siempre te soñaba, te soñaba cuando me hacías el amor y con cada sueño tenía la esperanza de que volviéramos. Tuve una etapa muy fuerte, siempre estaba confundida el odio tan grande que te tenía se convirtió en una obsesión, una obsesión de tenerte, de amarrarte a mí y no soltarte hasta que viajé a Marruecos... - ya estoy como cotorra pero él me interrumpe.

- Ana...yo no me quería separar de ti... - dice, no dejo que continúe hablando. Me levanto con rabia y lo abofeteo tan duro como puedo. Nos quedamos mirándonos por unos segundos y se levanta de la silla. - Ana... - vuelve a decir acercándose. - No te acerques infeliz - comienzo a pegarle en el pecho llorando como desquiciada. - Jugaste conmigo, yo te lo di todo, te entregué todo mi amor... - digo entre sollozos. - ¿Qué carajo hice para que me traicionaras con tantas mujeres? - continúo. - Fui un idiota Ana - es lo único que dice aguantando mis brazos y me besa atrapandome completamente...


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