Capítulo 10

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- Estás fabulosa – me dice Joselyn cuando salgo de la habitación ya arreglada. – Gracias – respondo sonriendo. – Llamó Beatriz, dice que llegó bien y que Cameron está bien, le tuvieron que poner un yeso – me avisa. – Pobrecito...que bueno que no fue nada grave – digo cambiando de cartera. - ¿Quieres saber lo que dijo de Sam? – me pregunta. – Nop, no me interesa – respondo sintiendo una punzada en mi estómago al escuchar su nombre. – Okay...bueno disfruta yo también ya me voy a alistar, vamos al club por si se animan y quieren ir – me avisa. – Perfecto, nos vemos más tarde – me despido y me marcho.

Voy todo el camino pensando en Nasire, sus ojos, sus labios y sus besos. La piel se me eriza y siento mariposas en el estómago, me gusta revivir estas sensaciones. Al llegar, mi chiquito de ojitos hermosos está esperando por mí. Me abre la puerta y me da la mano para ayudarme a salir del auto.

– Khaleb, espéranos un momento – le avisa y me lleva adentro de la casa. - ¿Te puedo besar? – pregunta. Sin responder me acerco a su deliciosa boca y nos besamos. Su respiración refleja su estado de excitación encendiéndome mucho más. Sus manos pegan mi cuerpo al suyo, haciéndome jadear silenciosamente. – Uff Anabel...tu forma de besar– dice negando con la cabeza - Nos tenemos que ir – continúa agitado. – Okay – digo casi sin aliento y salimos.

Vamos muy callados por el camino, pero estamos con nuestras manos agarradas, él acaricia mi mano con su dedo pulgar. Está muy pensativo, me encantaría saber lo que por su mente está pasando. De pronto le dice algo a Khaleb en árabe que no le entiendo y siento como el auto baja de velocidad y se detiene de un lado del camino. Khaleb baja del auto y nos deja solos.

– Anabel tengo algo muy importante que decirte – dice asustándome. – Te escucho Nasire – comento. – Anabel...soy un hombre...digamos que diferente al hombre estándar. Nunca he jugado con los sentimientos de una mujer y es por eso que no tengo pareja. Yo escogí ser como soy, yo tomé la decisión de ser así, y se ha hecho difícil...créeme, pero no imposible...hasta que llegaste tú. Le he dado vueltas al asunto, traté de seguir mi meta, pero cada vez se me hace más difícil cuando estoy contigo. Quiero decirte esto porque no quiero que pienses que estoy buscando aprobación de mis padres. Ellos no tienen ni idea de esa decisión que yo tomé hace años. Te lo digo porque te ibas a dar cuenta de todos modos porque ya no puedo aguantar, tu ocasionas descontrol en mí con lo que me haces experimentar – dice, lo noto un tanto avergonzado.

– A ver Nasire, dime sin pena, no te voy a juzgar – digo tratando de reconfortarlo, pero la curiosidad por saber qué es lo que me está tratando de decir me tiene ansiosa. – Anabel...yo...no he estado con una mujer – dice tragando fuerte. ¡¿Que qué?! grito por dentro. - ¿Eres gay? – pregunto un poco confusa. – Oh...por eso soy tu curiosidad – comento y me quedo pensando. – No Anabel...no soy gay – dice rápidamente sin dejarme pensar mucho. – Nunca he tenido relaciones sexuales – comenta mirándome con esos bellos ojos color azul. - ¿Perdón? – pregunto del asombro. – Soy v... - va a responder y lo interrumpo. – Okay no lo digas ya lo entendí – comento abanicándome con la mano. – Espero que esto no cambie nada entre nosotros – comenta. – Eh...bueno... - comienzo a decir, pero no me deja hablar al besarme. ¿Qué voy a hacer? Con las ganas que le tengo y el chico es virgen pienso mientras lo beso. - ¿Mejor? – pregunta acariciando mi barbilla. – Jum... - respondo saboreando el sabor de sus besos. Baja la ventana y le vuelve a hablar árabe a Khaleb, se oye tan sexy.

El resto del camino soy yo quien va pensativa, él me mira de vez en cuando y besa mi mano, luce como si estuviera preocupado por haberme dicho su verdad. Llegamos a la casa de sus padres, él sale del auto y me abre la puerta. - ¿Te incomodé? – pregunta. – Tranquilo, todavía estoy asimilando lo que me dijiste – respondo para no agobiarlo y dañarle la noche, él besa mi mano y entramos a la inmensa casa.

– Nasire, Anabel...bienvenidos – nos saluda creo que su padre. – Anabel, te presento a mi padre Faruk – dice Nasire. Wow ya sé de dónde Nasire sacó sus encantos, su padre es muy guapo. – Mucho gusto Señor Faruk – digo estrechándole mi mano. – Solo llámame Faruk – dice sonriendo. – Hola Anabel un gusto conocerte – dice acercándose una mujer. – Mi madre Kamil – me dice Nasire sonriendo. Ella me saluda abrazándome. Me hacen sentir muy bien a pesar de que los tres parecemos de la misma edad. – Finalmente te conocemos – dice bajando la misma chica con quien llegó al club. – Un placer conocerte soy Fatíma – dice alegremente. Todos en esta familia son guapísimos, Nasire tiene los ojos de su madre y Fatíma los del padre, son color ámbar. – Adelante, vamos al comedor, la cena está lista, ¿gustas vino? – pregunta Kamil. – Sí muchas gracias – respondo, Nasire me toma de la mano y nos vamos al inmenso comedor, afortunadamente él se sienta de frente a mí, así lo puedo admirar durante la cena.

Son una familia muy unida todos conversamos muy amenamente. Parece como que nos conociéramos de toda la vida con la confianza que nos hablamos. Por supuesto no pueden faltar las historias de la abuela.

Lo observo cuando habla, miro sus labios, recuerdo sus besos. Pienso en lo que me dijo, las cosas que le puedo enseñar, mi corazón comienza a palpitar rápidamente. ¿Anabel qué hago? me pregunto. – ¿Deseas Anabel? – me pregunta su padre. – Sí muchas gracias – respondo sin saber que me ha preguntado ya que estaba pensando en si me acuesto con su hijo virgen o no. – El té que prepara mi padre es el mejor de Marruecos, ya verás – dice Fatíma con emoción y se va con él para ayudarle.

– Me disculpan un momento – dice Nasire levantándose y se marcha, solo nos quedamos Kamil y yo. – Nasire nos ha hablado mucho de ti, lo veo muy entusiasmado. Yo lo tuve a mis 18 años, Faruk y yo nos casamos muy jóvenes. Desde pequeño Nasire ha sido muy independiente y muy reservado hasta ahora. Desde que te conoció es otra persona – ella comenta sonriendo. Mientras ella me habla estoy sacando cuentas de cuál es su edad y solo es 6 años mayor que yo. – Realmente no sé cuáles sean sus planes, pero quería decirte que siempre las puertas de mi hogar estarán abiertas para ti – dice tomando mi mano. – Muchas gracias Kamil, mi casa está a sus órdenes también cuando estén en Estados Unidos – respondo.

En ese momento llegan Faruk, Fatíma y Nasire. – Después del té nos podemos ir – me dice al oído y lo que me dan deseos es de tomarme el té de un solo sorbo. Se sienta a mi lado y pone su mano en mi muslo, sentir que me toca me desconcentra y me pone más ansiosa ya que es la primera vez que me acaricia otra parte de mi cuerpo que no sea mi mano o mi rostro. Pero como mujer madura que soy me aguanto los deseos de querer brincarle encima y disfruto del té, el cual efectivamente es muy sabroso.

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