Salimos de ducharnos y mientras nos alistamos lo observo. Disfruto esta sensación ya que parecemos una pareja felizmente conviviendo juntos. Es tan metódico, hasta en la forma que se viste y se arregla, es como que lo hace todo en un orden específico.
- ¿Para todo eres tan organizado? - pregunto haciéndolo sonreír mientras se pone su delicioso perfume. - Creo que ya me he acostumbrado a seguir un patrón, cuando era más joven era bien desorganizado y muy olvidadizo. Pero conocí a una chica y por ella es que soy así de organizado - responde. ¿Una chica? Me pregunto, como que tengo que indagar un poco a este chiquito. - Jum... pues me encanta que seas así - digo ayudándolo a abotonarse la camisa. - Y a mí me encanta que yo te encante - dice sonriendo besando mis labios pero yo quiero más.
- Ahora además de tus besos, este cuerpito será mi adicción - respondo. - Mmm...vas a necesitar de mí constantemente - dice pegándose a mí para besarme. - Tenías toda la razón hay muchas cosas marroquíes que me gustan mucho más de lo que estaba acostumbrada - digo besándolo o más bien comiéndomelo. - Que pena que te tengas que ir - digo de forma coqueta. - Te prometo que trataré de no tardar... quiero llegar en ti lo antes posible - responde haciendo que hasta escalofríos sienta.
- Wow Ojitos, mira cómo me pones la piel - digo sonriendo como adolescente enseñándole mi brazo. - Sí, como la vez en el bus - dice besando mi cuello. - Ay Nasire...mira cómo te has puesto...te voy a ayudar con lo que está adentro de tu jean...te prometo que me voy a apurar para que no te retrases más - digo abriendo su pantalón y él muy obediente deja que yo lo plazca. Su respiración es fuerte, agitada, sus jadeos me hacen esmerarme mucho más.
- Oh Anabel... - dice entre dientes muy satisfecho cuando termina. - Ahora sí, puedes irte más relajado a tu reunión - digo sonriendo mientras guardo mi tesoro en sus pantalones. - Me quiero quedar contigo... - dice acariciando mi rostro. - Vamos, para darte la llave del auto para que vayas y regreses pronto. Aquí te voy a estar esperando muy ansiosa - respondo tomando su mano para ir a la cocina y darle la llave.
Ambos damos un salto al escuchar que tocan el timbre. Me asomo y veo el auto de Joselyn. - Abre la puerta tú, es Lyn - digo con travesura, él sonríe y asiente. Me voy detrás de él y cuando abre la puerta, ella lo mira como si se le fueran a salir los ojos. - Eh...Na...sire ¿qué haces aquí? - pregunta tartamudeando causándonos mucha gracia. - Vine a ver a mi mujer - responde dejándola perpleja. - Pero pasa Lyn se van a entrar los mosquitos - le digo halándola por el brazo. - Princesa ya me voy, Lyn un gusto verte - dice despidiéndose de ella con un beso en la mejilla y de mi con un beso en los labios. - Nasire...te ves bien en esta casa - le dice Joselyn guiñándole el ojo, él la mira, sonríe y se marcha.
- Me puedes explicar qué ha pasado aquí - dice Joselyn sorprendida, y se escucha el auto arrancar. - Espérate - le digo y salgo corriendo para ver cómo se ve manejando mi auto - ¡Oh my God! Se ve increíblemente delicioso - digo con emoción en voz alta. - Pareces que tienes 15 - dice Joselyn riendo. - Él me hace sentir así - respondo sonriendo de lado a lado.
- Bueno pues ayer fui a mi cita con los McMillan, la pareja que nos encontramos en el aeropuerto en Portugal, ¿recuerdas? - pregunto. - Sí, la pareja perfecta - ella responde sirviéndose café. - Exacto, pues resulta que Scott es uno de los socios en el proyecto de energía alterna y Nasire vino a reunirse con él - le explico. - Oh ok él es el canadiense - dice ella pensativa. - Ajá, que pequeño es el mundo ¿verdad?...bueno entonces da la casualidad que allí en su casa fue que nos reencontramos. Yo estaba en el baño y cuando salgo pensé que estaba loca porque escuché una voz similar pero cuando lo vi hasta las piernas se me aflojaron - le digo sonriendo. - Me imagino - dice ella muy interesada en mi historia.
- La cosa es que yo le dije que no nos buscáramos, que si el destino nos unía entonces yo aceptaba tratar de tener una relación con él. Y aquí está - continuo. - A Nasire se lo ve feliz, al igual que tú irradia rayos de luz - comenta. - Bueno...también puede ser...que por fin tuvimos sexo - digo con emoción. - Ana...bel...Montoya... ¿y qué tal es en la cama? Me imagino que la juventud se le sale por los poros...que pena que no fuiste tú quien le quitara la virginidad - comenta. - Todavía lo era...amiga esa experiencia...wow...me sentía la Diosa del placer...que delicia - digo sonriendo de oreja a oreja.
- Wow...que rico ya me imagino - comenta. - Él es un muñeco, ¿te he dicho que me encanta? - pregunto mordiendo mi labio. - Pero aunque estoy consciente que le dije que intentaremos tener una relación, no estoy segura...él se merece otra mujer, una que sea más de su edad - comento. - ¿Y ya sabes por fin cuantos años tiene? - pregunta. - Es un muchachito, tiene 28 años. Por eso digo que él necesita a alguien de su edad... - respondo y me interrumpe. - Son solo 12 años, mira a Hugh Jackman y su Deb, ella le lleva 13 años y se adoran. Él muere por ella, y todo es por y para ella. Se nota a simple vista que Nasire es igual contigo...yo tú lo pienso - dice mientras se termina de tomar su café.
- No y para colmo Sam vino esta mañana - digo haciéndola escupir el sorbo que acaba de tomar. - ¿Qué dijo? - pregunta. - Por suerte Nasire se había ido a trotar por el vecindario y Sam no se dio cuenta que estaba aquí. Lo malo es que Nasire sí se dio cuenta que era Sam al ver el auto estacionado y le incomodó - le cuento. - Es de esperarse Bel - ella dice limpiando el reguero de café.
- Pero me preocupa porque Nasire me dijo que me ama... - le digo haciendo que se atragante con el café nuevamente. - Ya no tomes café hasta que terminemos de hablar - digo riendo. - ¿Te ama? Amiga le has dado buen caldo - dice haciéndome reír a carcajada. - No le cierres las puertas al amor, creo que tú necesitas a alguien como él y volver a vivir - continúa. - Vamos a ver qué pasa... - respondo encogiéndome de hombros.
- Espérame para que me acompañes de tiendas, tengo que comenzar a comprar los materiales para el trabajo de los McMillan - le digo con emoción. - Me encanta ir de compras cuando estás trabajando, además que me puedes seguir contando de tu "terapia de rejuvenecimiento" de anoche - comenta haciéndome reír y me marcho.
Pasamos un rato increíble, y estoy feliz porque no he tenido que dar tantas vueltas ya que mis contactos han podido dar con las adiciones que los McMillan han añadido. Y Joselyn encantada con todo, a veces me le quedo mirando pensando qué me voy a hacer cuando se vaya para España y me da un poco de melancolía. Pienso en que tengo a Bea, pero no es lo mismo, Joselyn y yo siempre hemos sido más unidas. - ¿Vamos? - pregunta Joselyn sacándome de mis pensamientos. - ¿Para dónde? - le pregunto. - ¿Ojitos te tiene tan mal que no escuchas?...A Lupis a almorzar, estamos cerca - responde sonriendo. - Sí y sí - digo riendo, así que guardamos las cosas en mi auto y nos vamos caminando.
- ¿Has hablado con Bea? - me pregunta después que ordenamos la comida. - No, desde antes de ayer que la vimos no me ha llamado. Ella está tan diferente últimamente - respondo. - Sí, no sé qué tiene. La he llamado varias veces pero no me devuelve la llamada. Tal vez es que se consiguió un novio y como es tan reservada no nos ha dicho nada. Pasemos por su apartamento a ver si averiguamos algo - propone. Lo pienso por unos segundos - ¿Sabes qué?...vamos, estoy loca por ver a Cameron y a Javier, me hacen mucha falta - respondo.
Mi teléfono suena interrumpiéndonos - Hola princesa - dice Nasire cuando contesto. - Hola Ojitos ¿cómo va tu reunión? - pregunto sonriendo de oreja a oreja. - Muy productiva, ¿y tu día cómo ha ido? - pregunta. - Muy productivo también, estoy con Joselyn almorzando - respondo. - Entonces no te quito mucho tiempo, me hacía falta escucharte. Más o menos regreso en unas cuatro horas, si estas ocupada no te preocupes yo espero a lo que llegas - dice. - Tenlo por seguro que estaré esperándote - digo de forma coqueta, Joselyn me mira y se ríe. - Anabel me tienes mal...muy mal, ya te contaré cuando llegue a tu casa. Nos vemos más tarde Princesa, y a pesar que sé que lo has ignorado yo no puedo ocultarlo, te amo mujer hermosa, adiós - se despide dejándome sin palabras y termina la llamada.
- Te pusiste pálida Bel - dice Joselyn con preocupación. - Es que Nasire me volvió a decir que me ama, y no sé qué decirle - digo. - Habla con él y dile lo que sientes y lo que piensas...yo sé que él saca lo mejor de ti, si le das la oportunidad sé que pronto tus sentimientos cambiarán - me aconseja dejándome pensativa.
- Permiso... ¿desean algo más? - nos dice el mesero interrumpiendo mis pensamientos. - Todo bien muchas gracias - responde Joselyn, el mesero asienta y se marcha. - ¿Recuerdas cuando veníamos los sábado en la noche? - pregunto para cambiar el tema. - La pasábamos increíble, conocimos a tantas personas - responde sonriendo. - Wow sí desde cantantes hasta jugadores de baseball - comento sonriendo también. - Por eso yo creo que Beatriz inscribió a los gemelos en baseball, después de su aventura con su Pirata de Pittsburgh - recuerdo riendo. - Y al otro pelotero que ella le llamo Chorizo Ebro - dice Joselyn soltando una risotada causándome mucha gracia. Mientras disfrutamos de nuestra comida seguimos recordando anécdotas y por supuesto cerramos la velada con una bebida Orgasmo para no perder la costumbre.
ESTÁS LEYENDO
Azul
RomanceAzul es una historia de romance que comienza cuando Anabel Montoya, una mujer de 40 años, sugiere un viaje a Marruecos con sus dos amigas en una noche de borrachera. Un viaje el cual les cambia la vida a estas tres amigas, en especial a Anabel al c...