Capítulo 19

1 1 0
                                    

Salimos de ducharnos y mientras nos alistamos lo observo. Disfruto esta sensación ya que parecemos una pareja felizmente conviviendo juntos. Es tan metódico, hasta en la forma que se viste y se arregla, es como que lo hace todo en un orden específico.

- ¿Para todo eres tan organizado? - pregunto haciéndolo sonreír mientras se pone su delicioso perfume. - Creo que ya me he acostumbrado a seguir un patrón, cuando era más joven era bien desorganizado y muy olvidadizo. Pero conocí a una chica y por ella es que soy así de organizado - responde. ¿Una chica? Me pregunto, como que tengo que indagar un poco a este chiquito. - Jum... pues me encanta que seas así - digo ayudándolo a abotonarse la camisa. - Y a mí me encanta que yo te encante - dice sonriendo besando mis labios pero yo quiero más.

- Ahora además de tus besos, este cuerpito será mi adicción - respondo. - Mmm...vas a necesitar de mí constantemente - dice pegándose a mí para besarme. - Tenías toda la razón hay muchas cosas marroquíes que me gustan mucho más de lo que estaba acostumbrada - digo besándolo o más bien comiéndomelo. - Que pena que te tengas que ir - digo de forma coqueta. - Te prometo que trataré de no tardar... quiero llegar en ti lo antes posible - responde haciendo que hasta escalofríos sienta.

- Wow Ojitos, mira cómo me pones la piel - digo sonriendo como adolescente enseñándole mi brazo. - Sí, como la vez en el bus - dice besando mi cuello. - Ay Nasire...mira cómo te has puesto...te voy a ayudar con lo que está adentro de tu jean...te prometo que me voy a apurar para que no te retrases más - digo abriendo su pantalón y él muy obediente deja que yo lo plazca. Su respiración es fuerte, agitada, sus jadeos me hacen esmerarme mucho más.

- Oh Anabel... - dice entre dientes muy satisfecho cuando termina. - Ahora sí, puedes irte más relajado a tu reunión - digo sonriendo mientras guardo mi tesoro en sus pantalones. - Me quiero quedar contigo... - dice acariciando mi rostro. - Vamos, para darte la llave del auto para que vayas y regreses pronto. Aquí te voy a estar esperando muy ansiosa - respondo tomando su mano para ir a la cocina y darle la llave.

Ambos damos un salto al escuchar que tocan el timbre. Me asomo y veo el auto de Joselyn. - Abre la puerta tú, es Lyn - digo con travesura, él sonríe y asiente. Me voy detrás de él y cuando abre la puerta, ella lo mira como si se le fueran a salir los ojos. - Eh...Na...sire ¿qué haces aquí? - pregunta tartamudeando causándonos mucha gracia. - Vine a ver a mi mujer - responde dejándola perpleja. - Pero pasa Lyn se van a entrar los mosquitos - le digo halándola por el brazo. - Princesa ya me voy, Lyn un gusto verte - dice despidiéndose de ella con un beso en la mejilla y de mi con un beso en los labios. - Nasire...te ves bien en esta casa - le dice Joselyn guiñándole el ojo, él la mira, sonríe y se marcha.

- Me puedes explicar qué ha pasado aquí - dice Joselyn sorprendida, y se escucha el auto arrancar. - Espérate - le digo y salgo corriendo para ver cómo se ve manejando mi auto - ¡Oh my God! Se ve increíblemente delicioso - digo con emoción en voz alta. - Pareces que tienes 15 - dice Joselyn riendo. - Él me hace sentir así - respondo sonriendo de lado a lado.

- Bueno pues ayer fui a mi cita con los McMillan, la pareja que nos encontramos en el aeropuerto en Portugal, ¿recuerdas? - pregunto. - Sí, la pareja perfecta - ella responde sirviéndose café. - Exacto, pues resulta que Scott es uno de los socios en el proyecto de energía alterna y Nasire vino a reunirse con él - le explico. - Oh ok él es el canadiense - dice ella pensativa. - Ajá, que pequeño es el mundo ¿verdad?...bueno entonces da la casualidad que allí en su casa fue que nos reencontramos. Yo estaba en el baño y cuando salgo pensé que estaba loca porque escuché una voz similar pero cuando lo vi hasta las piernas se me aflojaron - le digo sonriendo. - Me imagino - dice ella muy interesada en mi historia.

- La cosa es que yo le dije que no nos buscáramos, que si el destino nos unía entonces yo aceptaba tratar de tener una relación con él. Y aquí está - continuo. - A Nasire se lo ve feliz, al igual que tú irradia rayos de luz - comenta. - Bueno...también puede ser...que por fin tuvimos sexo - digo con emoción. - Ana...bel...Montoya... ¿y qué tal es en la cama? Me imagino que la juventud se le sale por los poros...que pena que no fuiste tú quien le quitara la virginidad - comenta. - Todavía lo era...amiga esa experiencia...wow...me sentía la Diosa del placer...que delicia - digo sonriendo de oreja a oreja.

- Wow...que rico ya me imagino - comenta. - Él es un muñeco, ¿te he dicho que me encanta? - pregunto mordiendo mi labio. - Pero aunque estoy consciente que le dije que intentaremos tener una relación, no estoy segura...él se merece otra mujer, una que sea más de su edad - comento. - ¿Y ya sabes por fin cuantos años tiene? - pregunta. - Es un muchachito, tiene 28 años. Por eso digo que él necesita a alguien de su edad... - respondo y me interrumpe. - Son solo 12 años, mira a Hugh Jackman y su Deb, ella le lleva 13 años y se adoran. Él muere por ella, y todo es por y para ella. Se nota a simple vista que Nasire es igual contigo...yo tú lo pienso - dice mientras se termina de tomar su café.

- No y para colmo Sam vino esta mañana - digo haciéndola escupir el sorbo que acaba de tomar. - ¿Qué dijo? - pregunta. - Por suerte Nasire se había ido a trotar por el vecindario y Sam no se dio cuenta que estaba aquí. Lo malo es que Nasire sí se dio cuenta que era Sam al ver el auto estacionado y le incomodó - le cuento. - Es de esperarse Bel - ella dice limpiando el reguero de café.

- Pero me preocupa porque Nasire me dijo que me ama... - le digo haciendo que se atragante con el café nuevamente. - Ya no tomes café hasta que terminemos de hablar - digo riendo. - ¿Te ama? Amiga le has dado buen caldo - dice haciéndome reír a carcajada. - No le cierres las puertas al amor, creo que tú necesitas a alguien como él y volver a vivir - continúa. - Vamos a ver qué pasa... - respondo encogiéndome de hombros.

- Espérame para que me acompañes de tiendas, tengo que comenzar a comprar los materiales para el trabajo de los McMillan - le digo con emoción. - Me encanta ir de compras cuando estás trabajando, además que me puedes seguir contando de tu "terapia de rejuvenecimiento" de anoche - comenta haciéndome reír y me marcho.

Pasamos un rato increíble, y estoy feliz porque no he tenido que dar tantas vueltas ya que mis contactos han podido dar con las adiciones que los McMillan han añadido. Y Joselyn encantada con todo, a veces me le quedo mirando pensando qué me voy a hacer cuando se vaya para España y me da un poco de melancolía. Pienso en que tengo a Bea, pero no es lo mismo, Joselyn y yo siempre hemos sido más unidas. - ¿Vamos? - pregunta Joselyn sacándome de mis pensamientos. - ¿Para dónde? - le pregunto. - ¿Ojitos te tiene tan mal que no escuchas?...A Lupis a almorzar, estamos cerca - responde sonriendo. - Sí y sí - digo riendo, así que guardamos las cosas en mi auto y nos vamos caminando.

- ¿Has hablado con Bea? - me pregunta después que ordenamos la comida. - No, desde antes de ayer que la vimos no me ha llamado. Ella está tan diferente últimamente - respondo. - Sí, no sé qué tiene. La he llamado varias veces pero no me devuelve la llamada. Tal vez es que se consiguió un novio y como es tan reservada no nos ha dicho nada. Pasemos por su apartamento a ver si averiguamos algo - propone. Lo pienso por unos segundos - ¿Sabes qué?...vamos, estoy loca por ver a Cameron y a Javier, me hacen mucha falta - respondo.

Mi teléfono suena interrumpiéndonos - Hola princesa - dice Nasire cuando contesto. - Hola Ojitos ¿cómo va tu reunión? - pregunto sonriendo de oreja a oreja. - Muy productiva, ¿y tu día cómo ha ido? - pregunta. - Muy productivo también, estoy con Joselyn almorzando - respondo. - Entonces no te quito mucho tiempo, me hacía falta escucharte. Más o menos regreso en unas cuatro horas, si estas ocupada no te preocupes yo espero a lo que llegas - dice. - Tenlo por seguro que estaré esperándote - digo de forma coqueta, Joselyn me mira y se ríe. - Anabel me tienes mal...muy mal, ya te contaré cuando llegue a tu casa. Nos vemos más tarde Princesa, y a pesar que sé que lo has ignorado yo no puedo ocultarlo, te amo mujer hermosa, adiós - se despide dejándome sin palabras y termina la llamada.

- Te pusiste pálida Bel - dice Joselyn con preocupación. - Es que Nasire me volvió a decir que me ama, y no sé qué decirle - digo. - Habla con él y dile lo que sientes y lo que piensas...yo sé que él saca lo mejor de ti, si le das la oportunidad sé que pronto tus sentimientos cambiarán - me aconseja dejándome pensativa.

- Permiso... ¿desean algo más? - nos dice el mesero interrumpiendo mis pensamientos. - Todo bien muchas gracias - responde Joselyn, el mesero asienta y se marcha. - ¿Recuerdas cuando veníamos los sábado en la noche? - pregunto para cambiar el tema. - La pasábamos increíble, conocimos a tantas personas - responde sonriendo. - Wow sí desde cantantes hasta jugadores de baseball - comento sonriendo también. - Por eso yo creo que Beatriz inscribió a los gemelos en baseball, después de su aventura con su Pirata de Pittsburgh - recuerdo riendo. - Y al otro pelotero que ella le llamo Chorizo Ebro - dice Joselyn soltando una risotada causándome mucha gracia. Mientras disfrutamos de nuestra comida seguimos recordando anécdotas y por supuesto cerramos la velada con una bebida Orgasmo para no perder la costumbre.

AzulDonde viven las historias. Descúbrelo ahora