Capítulo 34

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- Ojitos...mi amor...despierta - está tan profundo dormido que me temo vaya a llegar tarde al hotel. Lentamente abre sus hermosos ojos, al verme sonríe y acaricia mi rostro. - Son las siete...llegaras tarde - digo besando su mano. - Solo tengo que ir un momento más tarde...quiero que vengas conmigo - responde abrazándome para pegarme a su cuerpo, que delicia.

- Me tengo que ir esta noche, no lo puedo volver a cambiar - digo con mis ojos cerrado oliendo su cuerpo. - ¿Volver a cambiar? - pregunta. - Por lo ocurrido ayer lo cambié...había dado nuestra relación por terminada - comento, su cuerpo se tensa. - Cancélalo...nuestra relación recién comienza - dice oliendo mi cabello. - Ya perdí dinero haciendo el cambio...no quiero perder más - comento besando su desnudo pecho, su piel poco a poco se eriza. - Yo lo pago... - dice entre dientes. Me detengo para mirarlo - ¿Por qué me dejas de besar? - pregunta abriendo su ojos. - No es que no lo pueda pagar Nasire... - digo pero enseguida me besa, nos volteamos y ahora él está encima de mí.

- Déjame convencerte - dice acomodándose y me penetra. - ¿Te quedas? - pregunta una vez su pene está completamente dentro de mi tocando el punto más sensible de mi interior. - Mmmm... - no puedo articular una sola palabra. Sale y entra nuevamente en mi - ¿Te quedas? - pregunta nuevamente. -...Ah... - jadeo. Se mueve para salir de mi interior pero lo aguanto apretando su trasero. - Anabel...no te vayas...todavía no - dice moviéndose penetrándome profundamente. - Nasire... - digo entre dientes y muerdo su hombro. - Quiero darte más de mí...hacerte sentir que eres mía - dice agitado sin dejar de moverse. - Sí... - gimo ya que siento que su penetración ha tocado un misterioso punto dentro de mí que me hace vibrar. Gimo y gimo porque es incontrolable, lo estoy disfrutando demasiado y no quiero que se detenga. Sus jadeos se vuelven más agresivos, su penetración más intensa haciendo evidente que estamos perdidos en nuestros cuerpos.

Luego de la deliciosa manera de persuadirme y una refrescante ducha, Nasire llama a un conocido en la línea aérea para que cancelen el cambio y reincorporen mi información en el vuelo original sin costo adicional. Desayunamos en el patio recordando nuestra sesión de sexo acuático y nos reímos con complicidad además de flirtearnos y mirarnos seductoramente mientras comemos.

Me conversa de los avances e investigaciones que ha hecho recientemente en el proyecto del parque eólico. Además aprendo que tiene varias asociaciones de caridad para ayudar a los necesitados en Tanger. La mayor parte del tiempo me pierdo en su conversación pensando en lo afortunada que soy en que éste joven empresario se haya fijado en mí, no por el exitoso futuro que tendrá si no por lo especial que él es como persona, al contrario de Sam, él piensa en todos menos en él.

Mi corazón late fuertemente, parece que va a salir expulsado de mi pecho, ésta vez es por un sentimiento de admiración, de adoración, de amor. - Duele - digo en voz baja interrumpiéndolo. - ¿Qué te duele? ¿Te sientes mal? - pregunta con preocupación rápidamente. Sonrío y lo miro a los ojos - Nasire...mis sentimientos hacia ti son tan fuertes que siento que me duele el corazón - respondo.

Se queda perplejo mirándome sin saber qué decir. Su reacción me asusta y al parecer él lo nota en mi mirada. - Princesa me has dejado sin palabras...porque no me esperaba ese comentario...tus palabras me hacen el hombre más feliz de este planeta, me hacen sentir completo. No tienes idea cuanto añoraba esta reafirmación - dice levantándose de la silla y me extiende la mano para que me levante y así poder abrazarme.

- ¿Reafirmación? - pregunto. - Me parecía una alucinación que me dijeses que me amabas anoche...pero con lo me acabas de decir reafirmo que fue real - comenta sonriendo. - Ni yo misma creo lo que en tan poco tiempo tú has creado. Esto que siento es totalmente diferente a lo que yo sentí por... - me quedo callada al notar que su cuerpo se tensa. - Mi amor nunca ha sido tan fuerte por nadie como lo es por ti Ojitos - corrijo mis palabras y nos besamos.

El timbre de la puerta nos sobresalta, como el personal de servicio no está en la casa Nasire va a ver quién es. Así que recojo los platos para llevarlos a la cocina cuando oigo la voz de Samira. - ¡Perfecto! - digo en voz baja poniendo mis ojos en blanco. - ¿Podemos hablar? - escucho que le dice a Nasire después de haberlo saludado. - Sí adelante, vamos al patio allí nos espera Anabel - responde.

Escucho que se acercan y al voltearme ya están entre la gran puerta y el patio. - Buenos día Samira - le saludo. - Buenos días - ella responde con sonrisa hipócrita. - Eh... ¿puedo hablar a solas contigo? - le pregunta a Nasire. - Lo que me tengas que decir lo podemos hablar en frente a mi mujer - le responde dejándola en silencio por unos segundos. - No se preocupen...yo ya me iba para la cocina. Hablen tranquilos... - les digo y antes de marcharme Nasire me aguanta por la cintura y me besa en la mejilla.

Estando en la cocina me doy cuenta que se oye un poco lo que hablan y como no puedo con la curiosidad trato de escuchar lo que dicen. - Me alegro que hayas venido... ¿Cuáles son tus intenciones? - Nasire le pregunta. - ¿A qué te refieres? - ella pregunta. - Sabes muy bien a lo que me refiero, no te hagas la ingenua Samira... ¿qué pretendías con lo que le contaste a Anabel? - su tono es un poco fuerte. - Es muy claro Nasire...te quieres vengar de mi por haberte dejado por Luka. A simple vista se ve que me lo quieres restregar en la cara...eres demasiado atento con ella, tú nunca fuiste así conmigo - escucho que ella le responde y mi sangre comienza a hervir.

- Si tú crees que yo me estoy vengando de ti es porque la consciencia no la tienes tranquila...puedes pensar lo que tú quieras, tu opinión para mí no tiene relevancia alguna. Pero hazme un favor y no te compares con ella, lo que hay entre Anabel y yo es muy diferente a lo que tú y yo tuvimos... - Nasire dice quitándome todo el enojo. - ¿Lo dices por el sexo? - ella comenta...y yo con deseos de halarla del cabello y sacarla de la casa. - Samira...entiende algo...con Anabel es mucho más que placer sexual, hay sentimientos envueltos...ella y yo hacemos el amor -. Al escuchar que él le responde eso dejo de escuchar su conversación con una sonrisa que no se puede borrar de mi rostro. Y con una felicidad inmensa termino de lavar los platos y recoger la cocina.

- ¿Y Samira? - pregunto ya que cuando regreso al patio, ella ya no está. - Ya se fue, solo quería ver si le podía dar empleo en mi hotel. Por sus actitudes contigo me tuve que negar. No le gustó mi respuesta y se fue sin despedirse...ya ella no es la misma, está actuando como una niña - responde.

- Pero ya...no le demos importancia a eso...prepara un bolso con ropa...te tengo una sorpresa - dice con emoción cambiando completamente el tema. - Oh..okay - digo con confusión, me toma de la mano y nos vamos a la habitación, recogemos un poco de ropa y nos vamos.


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