Vienen a mi mente todos los momentos que Nasire me ha expresado sus sentimiento, los momentos que hemos estado íntimamente, imágenes de su entrega, de su pasión. De su reacción al verme ayer en casa de sus padres. Doy vueltas y vueltas en la cama, parte de mí no quiere aceptar el error que he cometido en dudar de sus palabras. Parte de mí quiere explotar porque ya no aguanto más esconder lo que él significa para mí. Pasan los minutos, me levanto de la cama con mis ojos llenos de lágrimas y salgo a ver si lo encuentro.
Al salir miro para todos lados, no sé cuál puerta abrir. Tantas veces que he venido y nunca me había fijado en lo grande que es. Lo busco abriendo cada puerta que veo pero no lo encuentro.
Decido bajar y en la oscuridad veo una sombra en el patio. Me acerco y me quedo mirándolo, no se ha dado cuenta que estoy en la puerta. La culpabilidad se apodera de mí, las lágrimas bajan por sí solas mientras lo veo tan pensativo. - Discúlpame Ojitos - digo como puedo con voz temblorosa. Se voltea rápidamente - Anabel... - dice mirándome fijamente. Lentamente me acerco y al sentarme a su lado noto que sus ojos están rojos.
- Nasire...me he dejado llevar por los celos, lamento el haber dudado de tus palabras y hacerte sentir tan mal - digo llorando, siento que estoy dando un espectáculo pero no me puedo contener. - Shh...déjame terminar - le digo al notar que va a hablar. - Cuando te fuiste sin avisarme de mi casa sentí un gran vacío, cada día que pasaba me daba cuenta de lo mucho que te necesito en mi vida. Despertaba pensando en ti, trabajaba pensando en ti, me dormía pensando en ti. Cuando hablábamos por teléfono cerraba mis ojos y pensaba que te tenía a mi lado - me escucha atento y sus ojos comienzan a brillar.
- Cuando terminábamos de hablar nos visualizaba juntos, felices. Me di cuenta... - digo sonriendo - Bueno me di cuenta hace mucho tiempo atrás pero por fin acepté que estoy locamente enamorada de ti y...eres lo mejor que ha llegado a mi vida y no te quiero perder...además de que te amo - al decir esto él se levanta extendiendo su mano para que yo también me levante, me abraza, toma mi rostro entre sus manos limpiando mis lágrimas con sus dedos. - ¿Ves que tenía razón?...te dije que tú misma me lo dirías - comenta con humor haciéndome reír. - Sí mi amor, tenías toda la razón - sonrío.
Él acerca su rostro mirando mis ojos profundamente, sus labios rozan los míos - Te amo princesa - susurra y me besa. No puedo dejar de mirar sus hermosos ojos azules, sus labios poco a poco abren los míos dándole paso a que nuestras lenguas se entrelacen, él cierra sus ojos entregándose por completo, yo hago lo mismo. Nuestras respiraciones se agitan, sus manos recorren mi cuerpo haciéndome desearlo más
- Anabel... - dice pegándome a su cuerpo apretando mis nalgas - Necesito tenerte - continua a la vez que baja mi panty. - Lléname de ti Nasire... - digo jadeando empujándolo hacia la silla y cuando se sienta, me coloco a horcajadas en sus piernas. Sin dejar de besarnos saco su miembro y me dejo caer encima de él. Automáticamente mis caderas comienzan a moverse, sus manos aprietan mis nalgas luego suben por mi espalda terminando en mis senos. - Ah... - jadeo silenciosamente ya que hay mucho silencio y todo se escucha con eco.
Luego baja las tiras de mi bata de dormir para que mis senos queden expuestos y los comienza a besar...gimo, no lo puedo evitar...llegando al éxtasis. Su lengua saborea mis pezones creando una electricidad que recorre mi cuerpo entero, continúo mi movimiento...llego dos...tres...veces. Me excita lo que siento pero mucho más que se está controlando para mí. - Nasire...te amo... - jadeo haciéndolo perder el control y comienza a gemir. Sus gemidos son mi perdición, ambos nos dejamos ir llegando a un intenso clímax.
- Wow Ojitos... - digo agitada y muy plena. - Ves de todo lo que te ibas a perder - dice acariciando mi espalda haciéndome reír a carcajada por el comentario y porque siento mucha cosquilla ya que ha dejado mi cuerpo sumamente sensible. - Sin duda alguna - respondo entre risas.
- Anabel...que delicia de mujer eres - dice mientras besa mi hombro. - Hasta qué punto pensarás de esa manera... - comienzo a decir, enseguida su cuerpo se tensa y se separa de mí para mirarme a los ojos. - Hasta que me muera Anabel...tu eres y siempre serás mi obsesión, mi debilidad, mi soporte...mi gran amor - responde sin bajar su mirada. - ¿Ya no soy tu curiosidad? - digo haciéndolo sonreír. - Eres mi curiosidad y mi aventura porque cada día descubro sentimientos y deseos por ti - responde. Muerdo mi labio mirando sus labios - Pídeme lo que quieras...yo te complaceré. Enséñame a ser tu mujer Nasire - utilizo su mismas palabras, él sonríe muy sensualmente y lo beso.
- Mmm...tengo deseos de nadar - digo levantándome de sus piernas. Él me mira confundido pero al ver que me quito la bata y me quedo desnuda, me mira con deseo mordiendo su labio. Paso mis manos por mi cuerpo seductoramente, me doy la vuelta y entro a la piscina.
Una vez dentro del agua, lo observo levantarse de la silla desabotonando su camisa. Lo miro sonriendo me volteo y comienzo a nadar por debajo del agua hasta el otro lado de la piscina sin antes enseñarle mi desnudo trasero. Al salir para tomar aire me volteo y ya está adentro, así que vuelvo a nadar por debajo del agua hasta llegar donde él. Salgo tomo aire y vuelvo a entrar para hacerle sexo oral como puedo debajo del agua. Cuando saco la cabeza por aire él me aguanta y me besa muy intensamente apoderándose de mi cuerpo. Amarro mis piernas a su cintura y me penetra. Siento que estoy flotando, así que me tiro hacia atrás. La penetración se siente mucho más profunda, mis ojos están cerrados disfrutando de mi Ojitos cuando siento que me comienza a acariciar mi sexo mientras se sigue moviendo. - Anabel...te ves demasiado sensual, me estás haciendo perder el control...lleguemos juntos...no puedo aguantar - dice y gime tirando su cabeza hacia atrás dejándose llevar por el placer haciéndome explotar de sensaciones nunca experimentadas.
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Azul
RomanceAzul es una historia de romance que comienza cuando Anabel Montoya, una mujer de 40 años, sugiere un viaje a Marruecos con sus dos amigas en una noche de borrachera. Un viaje el cual les cambia la vida a estas tres amigas, en especial a Anabel al c...