- Siento que hubo un lazo muy especial entre Sahara y yo - comento cuando estamos de camino a la casa. - Ella es mi niña, la vi crecer desde que estaba en el vientre de su madre - noto tristeza en su voz. - Halima ha sido una mujer muy fuerte, después que tuvo a Sahara fue diagnosticada con una enfermedad terminal. Yo le he pagado todos los tratamientos y estudios pero lamentablemente nunca encontraron la cura y me acaba de decir que le queda muy poco tiempo de vida - explica con lágrimas bajando por sus mejillas. - Oh no...lo siento amor - respondo con voz llorosa. - ¿Y qué pasará con la niña? - pregunto. - No lo sé todavía, esta noticia me ha tomado por sorpresa. Tengo que analizar la situación cuando no esté tan perturbado - responde. Me mira y sonríe un poco - Disculpa princesa...no quise incomodarte - dice limpiando mis lágrimas y yo las suyas. - No te preocupes Ojitos y puedes contar conmigo para lo que sea - respondo y lo beso en los labios.
Llegamos a su casa, todavía lo noto un poco triste e ido así que le doy su espacio y subo para arreglar mi equipaje. Me siento inquieta porque tengo que decirle lo ocurrido con Sam, pero este no es el momento después de la noticia que acaba de saber.
- Princesa... - dice Nasire entrando después de unos minutos y me abraza estando detrás de mí por la cintura. - Ya terminé...¿nos duchamos? - le pregunto. - Vamos - responde besando mi cuello. Entramos al baño, lo observo cuando abre la llave de la ducha, es tan meticuloso y me fascina. Yo lo desnudo y él me desnuda tomándonos todo el tiempo observando cada pulgada de nuestros cuerpo. Por supuesto el suyo es pura perfección.
- La vida es tan frágil...por eso tenemos que disfrutar cada segundo de ella - comenta Nasire abrazándome. - Anabel yo te amo...por favor nunca dudes de mis palabras. No quiero que gastes tu energía poniendo la diferencia de edad entre nosotros... - comienza a decir y lo beso. - No lo dejaré Ojitos...estos día que hemos pasado juntos, he vivido diferentes emociones contigo las cuales me ayudaron a aceptar que lo nuestro es verdadero. He descubierto que mi amor por ti es único, nunca había experimentado un sentimiento tan fuerte...es como si mi pecho quisiera explotar porque no sé cómo expresarlo - comento haciéndolo sonreír. - Te entiendo preciosa a mí me ocurre lo mismo - dice acariciando mi espalda, lo miro y lo beso como si fuera nuestro último beso. Tengo un terrible presentimiento de que cuando hable con él lo perderé.
Es de mañana y nos estamos alistando para irnos al aeropuerto. Nasire está en la habitación y yo en el baño cepillando mis dientes. Al salir me quedo sin aire sintiendo que me voy a desmayar. - Anabel...he querido hacer esto desde hace un tiempo, pero después de nuestra conversación en la ducha tus palabras me dieron fuerza para hacerlo - dice un tanto nervioso de rodillas y con una pequeña cajita en su mano.
Al no moverme y no ver reacción de parte mía, se levanta para acercarse a mí. - Nasire...no puedo... - comienzo a decir pero me interrumpe. - Yo sé que es muy pronto para ti...si quieres llamémosle "anillo de noviazgo"... ¿qué te parece? - pregunta sonriendo. - Me acosté con Sam en el viaje de los McMillan - digo con un nudo en la garganta.
Su sonrisa desaparece y me mira con confusión. Poco a poco se aleja de mí. - ¿Lo invitaste a ir contigo? - pregunta con coraje. - No...el arquitecto que ellos contrataron no pudo ir y le avisó a él para que lo remplazara...nadie sabía nada hasta que llegamos allí, él llegó por separado - le explico. Sus ojos miran para todas partes, su respiración es muy fuerte tratando de entender lo que le estoy diciendo. - ¿Y cómo coño terminaste en la cama con él? - pregunta con más coraje. - Logré salir de la isla lo más rápido posible a través de Turk & Caicos pero al llegar allá, el avión se descompuso así que me tuve que quedar y para mala suerte él se estaba quedando en ese hotel...bebí demasiado... - explico pero no me deja terminar. - Ya no quiero escuchar nada más...no puedo creelo Anabel -.
Tiene mucho enojo pero sus ojos están llenos de lágrimas. - No significó nada Nasire... - trato de decir. - ¿Nada?...Ese hombre era tu esposo, el que amabas hasta hace unos dos meses atrás... - pasa sus manos por su rostro y respira profundo. - ¿Sabes qué?...ya lo entendí...yo no puedo competir con él... - dice mirando hacia el suelo. - Nasire... - digo pero enseguida me interrumpe - Adiós Anabel...le indicaré a Khaleb que te lleve al aeropuerto - dice fríamente y se marcha.
Mi corazón está quebrado en mil pedazos, entiendo el dolor que está sintiendo. Salgo de la habitación para buscarlo, no me puedo ir sin terminar nuestra conversación. Al bajar escucho que un auto enciende y arranca a toda prisa. Corro pero ya es tarde, Nasire se ha ido. - ¿Lista Srta. Montoya? - me pregunta Khaleb saliendo del auto. Trago fuerte y asiento con la cabeza - Ya regreso, voy a buscar mi bolso - digo con tristeza y subo a la habitación. Comienzo a llorar cuando veo la cajita tirada en el suelo recordando su alegría cuando me la estaba dando. Le dejo un nota la cual lee "Lo siento Nasire, no podía aceptar el anillo si no sabías del gran error que cometí...quería que nuestro noviazgo fuera transparente sin secretos, ni mentiras... te amo mi chiquito de ojos hermoso". La dejo encima de la cama al lado de la cajita. Me refresco el rostro y me marcho.
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Azul
RomanceAzul es una historia de romance que comienza cuando Anabel Montoya, una mujer de 40 años, sugiere un viaje a Marruecos con sus dos amigas en una noche de borrachera. Un viaje el cual les cambia la vida a estas tres amigas, en especial a Anabel al c...