Capítulo 36

1 1 0
                                    

Siento que aterrizamos, todavía no sé dónde estamos ya que Nasire me cubrió los ojos a unos cuantos minutos de aterrizar. La curiosidad me tiene muy ansiosa, al bajar del helicóptero algo me dice que no estamos en Tanger, el ambiente huele diferente. - Bienvenida...a Marbella - dice quitándome la cinta que cubre mis ojos. - ¿Marbella? - pregunto sonriendo. - Olé - comenta haciéndome reír. - ¿Quieres ir a caminar o al hotel? - pregunta. - Necesito ir al hotel primero y luego hacemos todo lo que tú quieras - respondo. - Me gusta tu propuesta - responde sonriendo. Nos subimos al auto que espera por nosotros y nos vamos al hotel.

"Puente Romano" lee el letrero del hotel. A simple vista se ve lo lujoso que es. Al entrar una señora muy elegante se acerca a nosotros. - Sr. Mersinni un gusto recibirlo y tenerlo como huésped - le saluda. - Muchas gracias Sra. Durcal, le presento a mi novia Anabel Montoya - me presenta. - Mucho gusto Srta. Montoya y bienvenida. Espero que disfruten su estadía - dice sonriendo estrechándome su mano.

Hacemos el check-in y nos lleva a nuestra habitación. Es realmente hermosa, tiene una pequeña terraza con vista al jardín haciéndola muy acogedora. La Sra. Durcal nos enseña toda la habitación y se marcha. La puerta apenas se cierra y me acerco a Nasire para besarlo desesperadamente. Él responde de la misma manera desnudándonos rápidamente. Beso su cuello como si lo fuera a devorar, bajando por su pecho, mis manos acarician su perfecto y definido abdomen - Estas divino Nasire - digo agitada saboreando su piel.

- Anabel... - jadea tomando mi barbilla para besarme, nuestras lenguas se desean tanto como nuestros cuerpos. Poco a poco caminamos hasta la cama donde él me acuesta y besa todo mi cuerpo. Tengo mis ojos cerrados disfrutando las ricuras que mi Ojitos me está haciendo sentir, de pronto siento que apoya mis pies en sus hombros y se acerca a mi sexo. Estoy completamente accesible, y como mi nivel de excitación está todavía por los cielos, tengo un orgasmo con tan solo sentir sus labios en mi sexo. El morbo aumenta así que abro mis ojos para ver sus movimientos, sus gestos mientras me hace sexo oral, se ve demasiado sensual, estoy en un completo éxtasis. Cuando nota que mi sexo ya está muy sensible y mi cuerpo tiembla me acomoda de lado y me penetra. No sé qué tiene que me hace retorcerme de placer, se mueve tan bien que no puedo hacer más que gemir y jadear. Su ritmo, su penetración, sus caricias son perfectas. Definitivamente que ya conoce mi cuerpo, y lo que me enloquece.

- Ahora sí podemos hacer lo que tú quieras - comento cuando terminamos de ducharnos. - ¿O sea...que tu necesidad de venir al hotel era porque necesitabas de este cuerpito juvenil? - pregunta haciéndome reír. - No solo estoy adicta a ese cuerpito juvenil...pero a lo rico que se siente expresar nuestro amor en la cama - respondo. - Eso me gusta...expresar nuestro amor - dice sonriendo. - Ojitos...te amo tanto - sonrío acercándome a él y nos abrazamos.

- Cenemos aquí en el hotel y luego si quieres paseamos por la ciudad - sugiere. - Muy bien... ¿sabes? tú me haces sentir muy sexual así que no me voy a poner ropa interior ¿quieres? - pregunto haciendo que sus ojos brillen. - Mmm...delicia... por supuesto que quiero - responde besando mi cuello. - Okay...ven...dime cuál vestido quieres que cubra mi desnudo cuerpo - le digo halandolo por la mano.

Después de enseñarle las opciones decide por un vestido largo azul muy escotado en el frente y con tirantes cruzados atrás. Él me ayuda a ponerme el vestido y mis zapatos aprovechando para acariciar mi cuerpo. Luego se viste y salimos muy felices hacia el restaurante.

Ahora es él quien me observa y no deja de mirarme. - Ese vestido te queda muy hermoso...necesito un GPS porque estoy perdido en tus maravillosas curvas - comenta haciéndome reír a carcajada. - Nasire...a veces sales con unas...me encantas - digo entre risas, él levanta las cejas y me guiña el ojo. - Me matas cuando guiñas el ojo - le digo en voz baja. - Recuerdo lo que pasó cuando me dijiste que te mataba en tu casa...ven que estoy listo para ti - dice echándose un poco para. - ¿Ya te hizo efecto el vino? - pregunto sonriendo. - No princesa, solo te disfruto - responde. Nos interrumpen llevándose nuestros platos. - ¿Cómo estuvo la cena? - nos pregunta la chica que atiende. - Exquisita - respondo sonriendo, ella asienta orgullosa y se marcha.

- ¿Quieres pasear por la ciudad? - pregunta Nasire. - Mejor caminemos por el hotel, nos tomamos unos tragos y nos vamos a nuestra habitación. Tenemos que aprovechar y estar juntitos lo más que podamos ya que en unos días tengo que regresar - comento. Nos levantamos, entrelazo mi brazo con su brazo y salimos del restaurante. Caminamos un poco por las áreas exteriores del hotel y luego nos vamos al área de la piscina para disfrutar de una Sangría.

- Escuché un poco la conversación entre Samira y tú - comento. Él abre sus ojos sorprendido y casi se ahoga con el sorbo de Sangría que acaba de tomar. - Disculpa...sé que no debí hacerlo. Pero ayudó a asegurarme más de tu amor por mí - explico. - ¿Escuchaste todo? - pregunta. - No...sólo lo necesario...y tienes toda la razón. Lo de nosotros es más que sexo... - respondo sonriendo. - ¿Siempre ha sido más que sexo? - pregunta muy interesado en mi contestación. Lo miro y sonrío - Sí...aunque lo negué y te hice creer que era solo sexo para mí. Creí que estaba confundida por la vulnerabilidad de mi divorcio y mi baja autoestima - respondo. - ¿Desde cuándo tenías sentimientos hacia mí? - pregunta. - ¿Me estás interrogando? - sonrío. - No te puedo responder con exactitud, fue todo muy rápido...lo que sí te puedo decir es que desde que dejé de luchar conmigo misma y acepté que me enamoré de ti, no puedo detener la necesidad de amarte y me aterra sentirme así, no te lo voy a negar - le explico.

- Anabel me encanta que te sinceres conmigo y el saber lo que sientes me hace amarte más. No tengas miedo, mi corazón te pertenece - dice acariciando mi mano. - ¿Y cuando comiencen a notarse más los años y tenga arrugas por todo el cuerpo? - pregunto. - Los años están aquí en tu cabeza...mente joven, cuerpo joven...además entre tú y yo no hay diferencia de edad. Eso es solo un estereotipo que las personas se han inventado, no saben vivir sus vidas y se andan metiendo en la vida de los demás - comenta encogiéndose de hombros. - Eres increíble Ojitos - digo sonriendo desnudándolo con la mirada. - El saber que no llevas ropa interior puesta me tiene ansioso...¿Nos vamos? - pregunta sonriendo sensualmente, respondo mordiendo mi labio asintiendo con la cabeza.

Luego de una sesión de entrega total, estamos sumergidos en el jacuzzi. Estoy recostada de su pecho con mis ojos cerrados. - ¿Quieres que me mude para Florida? - pregunta sacándome de mis pensamientos. - Jamás te pediría eso Nasire...tú tienes el hotel, tu familia y tus responsabilidades... - respondo. - Pero no te tengo a ti, a quien quiero tener conmigo todo el tiempo. Recuerda princesa que yo quiero ser tu hombre, quiero ser perfecto para ti. Tengo todo planeado, tú dime qué quieres hacer y yo lo organizo todo - responde. - Que graciosito eres Ojitos... - digo riendo.

- Ahora que mencionas familia...nunca me has hablado de la tuya - comenta acariciando mis brazos. - Mi madre me tuvo cuando tenía 15 años, el chico que la embarazó nunca se hizo responsable de nosotras, así que no lo conozco. Después se casó con quien yo consideré mi padre. Su nombre era Robert, yo era su niña pero cuando cumplí ocho murió en combate, era militar. Mi madre quedó embarazada pero yo fui quien me hice cargo de mi hermana Lizzy ya que ella trabajaba y estudiaba al mismo tiempo - digo sintiendo un nudo en la garganta.

- No quise perturbarte princesa - comenta Nasire. - No te preocupes Ojitos...lo ibas a saber de todas maneras...fueron tiempos difíciles. Pero estoy muy orgullosa de Lizzy, siempre estuvo en honores en la escuela así que le dieron una beca en Princeton y recién el año pasado terminó su doctorado en leyes - digo sonriendo.

- Si te hiciste cargo de ella entonces es gracias a ti princesa - comenta. - Tal vez... - digo encogiéndome de brazos. - Mi madre es...especial. Siempre he sentido que me ve más como una amiga que como una hija... - digo y me quedo pensativa. - ¿Sabes qué? Quiero que vengas conmigo a la fiesta de los gemelos, así las puedes conocer - le comento. - Allí estaré, ¿Cuándo es? - pregunta. - Es en...18 días - respondo volteándome. - Te advierto que mi madre es especial - le reitero y beso sus labios. - Entendido...bueno princesa, mañana te tengo una sorpresa y tenemos que descansar - dice mirando la hora. - ¿Más sorpresas? - pregunto. - Sí, espero que te guste - comenta saliendo del agua. Lo observo amarrarse la toalla en su cintura, luego toma mi bata de baño y extiende su mano para ayudarme a salir del jacuzzi. Al salir me pone mi bata de baño y nos vamos a la cama.

- Hermosa... - dice entre dientes cuando me quito la bata. - Me encanta que te encanto - digo entrando a la cama. - No me encantas Anabel...me fascinas - dice acomodándose detrás de mí y comienza a jugar con mi cabello. - Te amo Ojitos... - le digo y como arte de magia caigo rendida en un profundo sueño.


AzulDonde viven las historias. Descúbrelo ahora