Cap 22

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Malú no había podido acompañarnos a mis padres y a mi a ver el medico, estaba muy liada con el disco y no era justo que lo dejara aparcado, una cosa es que hubiera tenido que ir sola pero iba bastante arropada de mis padres.

A mitad de la mañana, nos plantamos en una urbanización y para que decir mentiras el tío vivía bastante bien, me imagino que yo no sería la única niña robada por el, se me revolvió el estómago de pensarlo.

Mi padre noto mis nervios y agarro mi mano cuando ya habíamos encontrado su chalet y estábamos dispuestos a llamar el timbre.

-Tranquila hija estamos juntos en esto.

-Gracias papá no tenía que haber sido tan gilipollas y haberos escuchado.

-Ya es pasado cariño y aquí los únicos culpables somos tus padres.

-Y ese mal nacido.

-Ese el peor y como vive debe haber hecho mucho daño.

-Deberíamos denunciarlo.

-No sacaríamos nada, es mayor y ya ha prescrito me conformo en que nos diga la verdad.

Llamamos al timbre, a los pocos minutos nos abrió una señora de mediana edad.

-No compramos nada señores.

-Y nosotros no vendemos buscamos a él doctor Ricardo.

-Ustedes quienes son?

-Viejos conocidos.

-Yo soy su hija y no les he visto en mi vida.

-Solo queremos hacerle unas preguntas.

-Mi padre esta enfermo y no recibe visitas de extraños.

-Mira o nos deja entrar o le juro que llamó a la policía y les cuento que clase de padre tienes!

-Pilar calmate.

-No me calmo Papa, he venido a por respuestas y no pienso irme, su padre se dedicó a robar niños a sus padres le suena de algo!

-Lo siento yo era muy joven no sabia nada.

-Entonces hay más casos?

-He oído algo pero mi padre tiene Alzheimer, tiene días que no se acuerda de nada.

-Nos deja intentarlo?

-Pasad veremos que se puede hacer.

Entramos dentro del chalet, con mi poca movilidad aunque ya iba con una muleta tardamos bastante tiempo en cruzar un jardín con una bonita piscina, entramos dentro de un salón allí sentado en una silla de ruedas había un hombre muy mayor que deduci que era el, miraba a la nada se veía bastante deteriorado, no me dio ninguna lástima era poco lo que le pasaba.

-Quieren tomar algo?

-No queremos acabar cuanto antes.

-Intenten no alterarlo mucho o se pondrá muy nervioso y no podréis sacarle ninguna información, yo si no les importa me quedo con ustedes.

Asentimos con la cabeza, nos indico donde sentarnos y acerco a su padre con la silla de ruedas delante de nosotras y ella se sento a un lado para no molestar demasiado pero donde podía estar cerca de su padre.

Mi padre se acerco a Ricardo cogió su mano este levantó la vista, sus ojos estaban vacíos su mirada perdida.

-Ricardo sabies quien soy?

Ricardo no contestaba pero esta vez su mirada se poso en la cara de mi padre.

-Te acuerdas de mí Ricardo soy Javier?

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