Mentiras

Cap 41

Que ropa me pongo?

-No se Malú ponte lo que quieras tienes el armario lleno de ropa tienes donde elegir.

-Es como no se donde me llevas a cenar.

-Es una sorpresa mi amor.

-Por lo menos dame una pista.... Es por saber que ponerme.

-Lo de la ropa es una escusa que te conozco, estas intentando sacarme donde vamos.

-Me has pillado Pili.

Pilar se sienta en la cama sin dejar de mirarme y sobre todo de sonreír.

-Te estás burlando de mi?

Le pregunto mientras me siento encima de sus brazos entrelazando sus piernas en mi cintura y pegando sus labios en los míos besandome con ternura.

-Me estas haciendo chantaje?

-la verdad... Un poco si jajajajaj.

-Tampoco se donde vamos.

-Como?

-Me lo ha recmendado Manuel.

-Me voy a tener que poner celosa?

-Malú es mi hermano!

-Jajaja es broma tonta.

Y vuelvo a juntar mis labios con los suyos pero sus manos se interponer se posan en mi pecho i me hechan hacia atrás.

-Para fiera que como sigas no salimos de la cama.

-No es mal plan cariño... Hacemos el amor y cenamos en la cama luego volvemos hacer el amor.

-Mal plan no es pero lo dejamos para otro día hoy me apetece salir fuera de casa con mi novia es nuestro primer aniversario y me hace ilusión.

-Vale esta bien....

-Si no te apetece cancelo la cena.

-Claro que me hace ilusión lo que pasa es que quería sacarte información.

-Eres más mala Malú... Mira no he ido nunca, Manuel me ha dicho que es pequeño romántico y no se más.

-Ni fotos ni nada.

-Nooooo pesada ahora levanta que se hace tarde.

-Un beso por lo menos?

Esta vez me besa ella despacio adentrando su lengua en mi boca buscando y encontrando la mía, jugamos con ellas unos minutos hasta que termina este maravilloso beso mordiendo mi labio inferior y yo suspirando de puro placer.

Me levanto de sus brazos directa al armario por que si me quedo más en sus brazos no iremos a cenar me lo dice ya mi humedad de mis piernas y Pilar lo sabe y se ríe a carcajadas de mi.

-No sabes lo que me probocas Pilar no lo sabes.

-Jajaja... Lo mismo que tú a mi.

Acabamos vistiendonos sencillas pero arregladas un poco de maquillaje y tacones que no pueden faltar.

Conduce ella por que yo no se donde es, pone su mano en mi muslo acariciandolo por encima de la tela del pantalón y en cada semaforo me roba un beso, me gusta verla así tan feliz tan ilusionada pero a la vez los nervios se la comen, se que quiere una cena perfecta.

Aparca el coche miro alrededor no conozco esta parte de Madrid, no es el centro donde siempre nos movemos, es más un barrió sencillo no muy lejos donde vive su familia, por eso su hermano se lo ha recomendado.

-No te suena nada Verdad?

-No...

-Ven.

Me da la mano y caminamos dos minutos hasta llegar a la puerta del restaurante, por fuera se ve muy viejo y debo de haber puesto cara de horror por que Pili me abraza antes de entrar.

-Tranquila no es lo que parece.

-Madre mía esto no caerá?

-No seas burra Malú, te gustará ya veras.

Cogidas de la mano entramos dentro del restaurante y si mi cara cambia de horror a asombro.

Pero lo que no sabe nuestra pareja es que alguien las ha visto bajarse del coche y las ha reconocido, sentado en una terraza con una cerveza y su ligue no deja de mirarlas hasta que ve donde entran, mira a su ligue y le dice.

-Me tengo que ir.

Y casi sin despedirse de ella y sin pagar la consumición se levanta y la deja plantada y con paso firme llega hasta el restaurante y se espera fuera fumando varios cigarros hasta que decide entrar y sentarse en un rincón de la barra desde allí podía verlas bien y se lo comía la rabia.

El restaurante era diferente a  lo que yo estaba acostumbrada, nada elegante pero precioso, pequeño unas veinte mesas de poca gente como mucho de cuatro decoradas las mesas de manera muy romántica flores y velas, es un lugar oscuro solo iluminado por velas.

-Te gusta?

Me pregunta abrazándome.

-Es increíble.

-Manuel dice que la comida es increíble que pidamos un poco de todo y los postres increíbles.

-El postre eres tu mi amor.

Iba a contestarme cuando el metre se acerca a nosotras Pili le dice su nombre y el nos lleva hasta nuestra mesa.

-Os he puesto la mejor mesa, aquí os dejo la carta mientras os traigo un par de cervezas y algo para picar.

-Gracias.

Nos sentamos en nuestra mesa es de las pequeñas de dos personas así podemos estar más cerca acariciarnos por encima de la mesa y por debajo.

Nos trajeron un par de cervezas y algo para comer y con las manos entrelazadas hablábamos de cualquier cosa eso si su mano temblaba nerviosa.

-Amor tranquila me encanta este lugar ya puedes tranquilizarte.

Lo que no sabia Malú era por que estaba nerviosa, no era por el lugar ni por la cena era por el anillo que tenía en mi bolso que no sabía como dárselo como decirle que quería casarme con ella, tenía miedo a su respuesta pero tenía que terminar con este miedo y disfrutar de la cena y su compañía me deje llegar y ya vendría lo que tenia que venir.

El metre vino con la carta nos recomendó un surtido variado y un buen vino, eran rápidos y los platos venían y se iban vacíos, la botella cada vez bajaba más, reíamos de cualquier cosa hablábamos de todo, el cansancio del día había quedado olvidado sólo eramos nosotras dos.

-Dios mío estoy llena voy a rebentar.

-Si es que no paras.

-Mmmmmm tranquila que luego en casa hacemos ejercicio....

Me decía susurrando y poniéndome colorada.

-Pero primero voy a ir al baño necesito hacer pipí, espera para pedir el postre.

Asentí Malú se levantó y cruzó medio restaurante buscando el baño y yo mientras pensaba como hacerlo, saque la cajita del bolso la mire, sentí unos pasos pensé que era ella ya tan pronto, la escondí debajo de su servilleta casi cuando se sento pero no era ella mi cara se torno blanca.

Desde la barra no perdía detalle de lo que pasaba en la mesa estaba rabioso de verla feliz, ya se había bebido tres cervezas y había pedido una cuarta, no sabía que hacer tenía que hablar con ella, tenía que pedirle explicaciones como era posible que lo hubiera olvidado tan pronto, no la  amaba, solo veía dinero y lo necesitaba como siempre, espero paciente hasta que vio que su acompañante se levantaba de la silla en dirección al baño, ese era su momento, espero a que desapareciera por la puerta, había pasado por delante de él no lo había reconocido tan solo lo había visto una vez y hace más de un año.

Se levantó de prisa dirección a la mesa Pilar estaba de espaldas a él no lo podía ver, se pudo sentar sin problemas delante de ella cuando Pilar lo vio su sonrisa se borro al instante.