Selección final

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Una silueta se veía caminar en la oscuridad de la noche por los jardines de la finca mariposa. Kocho Shinobu, la tan terca y firme chica había perdido lo que mantenía su vida con propósito.
Todas sus grandes desiciones habían siempre girado en torno y de la mano de su hermana mayor, sobretodo desde el momento en que solo se tenían la una a la otra para sobrevivir.
Si había podido entrenar había sido por su neesan, cuando consiguió por fin el veneno eficaz contra los demonios fue gracias a su neesan, y si se hizo cazadora.. Fue para proteger a su Neesan, y ahora, Kanae se había marchado para siempre.

Sus piernas comenzaron a sentirse débiles, sentía el tambaleo que se producía en sus articulaciones obligándola a caer de lleno contra el piso. Finalmente no había comido nada ese día, no tenía fuerzas para hacerlo.
Lo único que alimentaba su alma eran las últimas palabras que su adorada hermana le había dedicado.

"Baaka.. ¿Por qué habría de perdonarte si jamás hiciste algo malo?"...

Shinobu creía que el momento en que había dejado de llorar por Tomioka se debía a que se había secado por dentro, pero hoy descubrió que no era así, no era de ninguna forma así.

Las lágrimas caían y caían como quien hubiese dejado abierta una llave, aquella agua corriendo, inundandolo todo a su paso, esta sería la forma más básica y sencilla de intentar explicar lo que sentía en ese momento.

"Kanae neesan ¿Como pudiste pedirme sonreír y que fuera feliz si tu no estarías más a mí lado?"

De pronto sintió como un pequeño cuerpo se acurrucaba bajo su brazo, sorprendida pudo darse cuenta que se trataba de Kanao. Aquella chica que siempre se mostró distante con ella pero muy unida a Kanae, se encontraba en este momento completamente pegada a ella, acurrucada, intentando ocultar sus lágrimas pero sin decir ninguna palabra.

"Ya veo..también has perdido a la persona más importante de tu vida.."

- Jamás nos separemos.. Kanao-chan - la envolvió con ambos brazos mientras comenzaba a entender los propósitos de las palabras de su querida Oneesan - Recuerda que siempre me tendrás a tu lado para protegerte y amarte.. -.

Quería sonreír, quería sonreír como Kanae se lo había pedido, pero no podía, no por ahora..

"Neesan, solo dame tiempo, no me pidas sonreír por ahora, no por estos días.."

(...)

Una semana había transcurrido desde aquel día y finalmente llegaba el momento, era el día de la selección final.
Se suponía que Kanao, quien igual había estado entrenando duro participaría en esta ocasión, pero por motivo del duelo que aún vivían prefirieron aplazarlo un año. La pequeña necesitaba estar con la mente concentrada en la ocasión y exactamente este, no era el momento.

Por otro lado, los discípulos del pilar del agua se encontraban llegando al lugar indicado por Urokodaki-sama, pero había algo con lo que no contaban..

Poco después de al fin ubicarse entre todos los aspirantes sintieron una mano que se apoyó en los hombros de ambos.

- Esforcémonos ¿Si? - Makomo había aparecido por sus espaldas, para la sorpresa de ambos, pues ella no contaba con la autorización de estar en aquel lugar.

-Makomo en qué te estás metiendo - Sabito la sostuvo por los hombros - detesto cuando actúas tan impulsivamente -.

-Mako-chan por favor vuelve a casa.. - le suplicó Giyuu.

Pero estos solo recibieron negación por parte de la chica.

- He estado entrenando toda mi vida, el mismo tiempo que ustedes lo han hecho ¿Por qué sería menos capáz que ustedes? - reclamó la chica.

"La luna está preciosa" Donde viven las historias. Descúbrelo ahora